Ford apuesta por la tracción total
La tracción a las cuatro ruedas no es algo nuevo para una marca como Ford, pero el fabricante americano ha emprendido una apuesta específica para impulsar la comercialización de sus coches con tracción total en el mercado europeo. De los tres modelos con transmisión integral comercializados en 2012 se ha pasado a nada menos que ocho modelos disponibles en 2016 (casi el 50 % de la gama Ford), mejorando la capacidad de tracción en carretera y también en conducción “off road”.
Según los datos declarados por la marca del óvalo, la previsión de ventas para sus vehículos con tracción a las cuatro ruedas ascenderá hasta las 139.000 unidades en 2016, lo que supone un incremento de casi un 120 % respecto a las 63.000 unidades de vehículos Ford comercializados en 2014 con dicho sistema de transmisión.
A los vehículos todo camino de Ford con tracción total (Ford Kuga y Ford Edge) hay que unir el Ford Ranger 4×4 (“pick-up”), la furgoneta Ford Transit Van AWD, varios modelos de turismo (Ford Mondeo, Ford S-Max y Ford Galaxy) y el deportivo Ford Focus RS III.
Ford ha adaptado cuatro diferentes sistemas de transmisión total a los distintos modelos de su gama, para obtener así el máximo equilibrio de conducción en función de las características del vehículo.
De esta manera, el Ford Ranger 4×4 cuenta con un dispositivo de tracción conectable a las cuatro ruedas (con caja reductora y bloqueo del diferencial trasero), que mediante un mando situado en la consola central permite al conductor seleccionar automáticamente la propulsión trasera (en condiciones normales) o la tracción total (en superficies deslizantes).
Para la furgoneta Ford Transit Van AWD, los ingenieros han adoptado un sistema de “tracción inteligente AWD con modo de bloqueo”, que reparte el par de tracción de manera automática y permite también bloquear el reparto de par al 50 por ciento en ambos ejes (mediante un botón específico).
Los modelos de turismo (Mondeo, S-Max y Galaxy) y los dos todo camino de Ford (Kuga y Edge) disponen de un sistema de “tracción inteligente AWD” controlado electrónicamente, que mediante un dispositivo de embrague con accionamiento electromagnético modifican el reparto de par entre ambos ejes para ofrecer la máxima capacidad de tracción.
Junto a dicho mecanismo de transmisión permanente a las cuatro ruedas, los Ford Mondeo, Ford Galaxy, Ford S-Max y Ford Edge añaden un “Control de Reparto de Par” (“Torque Vectoring Control”), que frena de forma selectiva la rueda interior de las curvas para ofrecer una mayor agilidad de conducción.
El sistema de tracción total más evolucionado (“Ford Performance AWD”) lo ha estrenado el nuevo Ford Focus RS III, modelo deportivo que cuenta con un “Control Vectorial de Par Dinámico” y reparte sus 350 CV de potencia de manera inteligente entre ambos ejes y entre las ruedas del lado izquierdo y derecho (en el eje trasero).
La transmisión a las cuatro ruedas aporta una mayor capacidad de tracción y resulta una elección especialmente recomendable para circular sobre superficies deslizantes. En pisos de escasa adherencia (arena suelta, barro, nieve…), donde un coche con tracción a un solo eje (ya sea tracción delantera o propulsión trasera) se mueve con dificultad (o ni siquiera es capaz de moverse), el mismo coche con tracción total nos permite un desplazamiento más eficaz y seguro (facilita el control del vehículo).
Además, la tracción a las cuatro ruedas permite “dulcificar” las reacciones del coche en fases de aceleración y ofrecer una conducción más segura, especialmente cuando es muy potente (como el Ford Focus RS III), pero también en cualquier superficie que tenga un escaso agarre.