Rosberg, sólido como una roca. GP de Bahréin 2016
Sobre las arenas movedizas del desierto de Bahréin, Nico Rosberg (Mercedes) se ha mostrado sólido como una roca. Con esta nueva victoria sobre el circuito de Sakhir, el piloto alemán ha enhebrado una cadena de triunfos que no sabemos cuándo ni dónde acabara (dos de dos en el nuevo campeonato 2016 y quinta victoria consecutiva desde finales de la temporada anterior).
El fue, junto al inolvidable Michael Schumacher, uno de los elegidos para tripular el renacimiento de la leyenda de las “Flechas de Plata”, en aquella temporada 2010 en la cual se reunió una constelación de seis campeones del mundo para disputar la supremacía sobre las pistas.
Han pasado muchas cosas desde entonces y hubo momentos en los que surgieron dudas sobre su capacidad de liderazgo. Hijo del campeón, Keke Rosberg (aquel que ganó para Williams el título de 1982), Nico no terminaba de certificar su ADN ganador, pero podría estar en el camino de la gloria.
No obstante, en la Q3 del sábado, disputada (es un decir) bajo esa nueva fórmula que todos quieren olvidar, su compañero y más feroz adversario, Lewis Hamilton (Mercedes), era quien se llevaba a su casillero la pole nº 51 de su carrera, mostrando una clara intención de romper la racha del piloto alemán.
Colocado en la segunda posición de parrilla, el embrague del monoplaza de Rosberg se mostró vacilante al inicio de la vuelta de calentamiento, pero fue la “Flecha de Plata” del rubio alemán la que salió disparada camino de la victoria cuando se apagaron las luces rojas que marcaron el inicio de la prueba.
Fue una salida atípica, con Sebastian Vettel fuera de carrera prematuramente (cuando el motor de su Ferrari SF16-H se rompía en la vuelta de formación), dejado un hueco en la parrilla por el que se colaron los dos Williams FW38, sorprendiendo a Kimi Räikkönen y llevándose por delante (Valtteri Bottas) al Mercedes de Lewis Hamilton.
Pese al fortísimo “arrastrón” (en el que saltaron varias piezas de su monoplaza) que le retrasaba varios puestos, el británico se rehizo del aparente desastre y se dispuso para la remontada, una vez que se comprobó la solidez indestructible de los productos de la fábrica de Brackley.
En esa agitada primera vuelta, a la “melé” de Bottas (Williams), Hamilton (Mercedes) y Ricciardo (Red Bull), hubo que añadir la retirada de Jolyon Palmer (Renault) y el incidente entre el Force India de Sergio Pérez y el Toro Rosso de Carlos Sainz Jr (mala suerte para el madrileño).
No les fue mucho mejor a las huestes de McLaren-Honda, que veían como Jenson Button tenía que abandonar por una avería mecánica en la vuelta 7, aunque el primer golpe se lo llevaron cuando los médicos denegaron a Fernando Alonso la posibilidad de correr (tras su accidente en el GP de Australia). Los médicos detectaron la fractura de alguna costilla y un neumotórax en el cuerpo del asturiano, obligado por la FIA a permanecer en el dique seco y ver la carrera desde el box de McLaren.
Así era como toda la responsabilidad caía sobre los hombros del joven piloto belga, Stoffel Vandoorne. Rescatado de urgencia de unas pruebas en Japón, el vigente campeón de la GP2 se acomodó en el monoplaza destinado a Fernando y demostró su capacidad de adaptación a la categoría, con una solvencia que le auparía a la zona de puntos al final de la carrera (el primer punto de McLaren en la temporada 2016).
Aunque continúa el dominio de Mercedes, es evidente que algo ha cambiado en el panorama de esta competición. A la evidente mejora de Ferrari se le han unido otras notas positivas que aligeran, en parte, aquella sensación de asfixia que amenazaba con llevar la Fórmula 1 a su último declive.
Se han producido suficientes movimientos en la composición de la parrilla para pensar que no todo está perdido: la incorporación de Haas (en cierto modo una “marca blanca” de Ferrari), la revitalización de Manor (con propulsor Mercedes) y la reentré de Renault, lo confirman.
Suma también en positivo la incorporación del tercer juego de compuesto en los neumáticos, que abre mucho las opciones estratégicas de los equipos y les obliga a planteamientos tácticos que pueden variar en minutos lo que de salida pudiera parecer más racional.
Bien lo han aprendido (sufriendo) en el equipo Williams, que partía con varios juegos de compuesto “medio” (aparentemente los más indicados para Bahréin) que fueron la causa de su falta de garra cuando la noche del desierto rebajó la temperatura del asfalto (hundiéndoles de la cabecera a la pedrea de los puntos).
Puente sobre aguas turbulentas es el que transitan en su duelo al sol Max Verstappen y Carlos Sainz Jr en Toro Rosso. Por unas causas u otras, el piloto español está llevando la peor parte, obligado a la retirada en la vuelta 31 por avería mecánica.
Con aparente placidez, Nico Rosberg (Mercedes) ha controlado en todo momento las distancias que le separaban de cualquier sobresalto, antes de cruzar como vencedor bajo la bandera de cuadros, pese a los esfuerzos de Ferrari por empujar a Kimi Räikkönen al ataque.
Esto ha permitido al espectador asistir a múltiples disputas entre sus perseguidores, siendo especialmente interesante la que, en distintas fases de la carrera, han mantenido el Ferrari del finlandés (2º) y el Mercedes de Lewis Hamilton (3º en la meta).
Disminuido el potencial de la montura del británico (desde el tropezón que le costó un “drive through” a Valtteri Bottas), Hamilton desistió de dar alcance a “Iceman” tras el último cambio de neumáticos (cuando faltaban 15 vueltas para el final), pensando que ya llegarán mejores ocasiones.
Tras el triplete que configura el podio del GP de Bahréin 2016, han finalizado la carrera Daniel Ricciardo (mejorando día a día su Red Bull), Romain Grosjean (sorprendiendo otra vez con el Haas-Ferrari VF-16), Max Verstappen (tan rápido como insolente en sus declaraciones), Daniil Kvyat (Red Bull) y los decepcionantes Williams de Felipe Massa y Valtteri Bottas, con el debutante Stoffel Vandoorne rebañando para McLaren el honor de llevarse el último punto en la llegada.
No ha sido una prueba épica, pero sí muy entretenida, lo que nos renueva la esperanza de ver cómo a la ambición de un triple campeón, Hamilton, se opone la solidez rocosa de este “nuevo” Nico Rosberg, con genes suficientes para serlo en el nombre del padre.
CLASIFICACIÓN FINAL GP DE BAHRÉIN 2016
1º Nico Rosberg (Mercedes), 57 vueltas en 1 h 33 m 34,6 s
2º Kimi Räikkönen (Ferrari), a 10,3 s
3º Lewis Hamilton (Mercedes), a 30,1 s
4º Daniel Ricciardo (Red Bull-TAG Heuer Renault), a 1 m 02,5 s
5º Romain Grosjean (Haas-Ferrari), a 1 m 18,3 s
6º Max Verstappen (Toro Rosso-Ferrari), a 1 m 20,9 s
7º Daniil Kvyat (Red Bull-TAG Heuer Renault), a 1 vuelta
8º Felipe Massa (Williams-Mercedes), a 1 vuelta
9º Valtteri Bottas (Williams-Mercedes), a 1 vuelta
10º Stoffel Vandoorne (McLaren-Honda), a 1 vuelta