El poder se llama Mercedes. GP de Italia 2016

Viendo el entusiasmo con el que los “tifosi” aplauden a Sebastian Vettel (Ferrari), subido al tercer peldaño del podio del “templo de la velocidad“, habrá que pensar que en Ferrari han asumido ya su condición de aspirantes al segundo puesto en el campeonato.

Reconoce Sergio Machionne, máximo responsable de la escudería italiana, que quizá fueron demasiado optimistas al marcarse sus objetivos para esta temporada 2016 y que el dominio aplastante del equipo Mercedes-AMG F1 es incontestable, por ahora.

Resulta innecesario repasar las cifras de un GP de Italia 2016 en el que, desde los primeros entrenamientos del viernes, quedó muy claro que Lewis Hamilton (Mercedes), incluida la “pole position”, parecía dispuesto a marcar un monólogo que apabullaría al resto de la parrilla.

Así las cosas, tras los dos Mercedes-AMG W07 Hybrid, se situarían los dos Ferrari de Sebastian Vettel y Kimi Räikkönen (Ferrari), seguidos por Valtteri Bottas (Williams), Daniel Ricciardo (Red Bull), Max Verstappen (Red Bull), Sergio Pérez (Force India), Nico Hülkenberg (Force India) y Esteban Gutiérrez (Haas), cerrando los diez primeros puestos de parrilla de salida.

En 11º lugar se posicionaba un decepcionante Felipe Massa (Williams), quizá en prueba de rendición, tras anunciar en Monza su retirada de la Fórmula 1 cuando finalice la temporada, mientras que Fernando Alonso (McLaren) y Carlos Sainz Jr. (Toro Rosso) ocuparían las posiciones 12 y 15 respectivamente, condicionados ambos por la deficiente potencia de sus propulsores (en el circuito más rápido de la temporada).

Y llegado el momento de la salida, una nueva “distracción” de Lewis Hamilton (ya recurrente en los pilotos de Mercedes) le relegaba hasta la sexta posición en la primera chicane, dejando el liderato en bandeja a su compañero y principal rival por el campeonato, Nico Rosberg (Mercedes).

En esa primera curva, iban a ser Felipe Nasr (Sauber) y Jolyon Palmer (Renault) los protagonistas de un golpe que dejaba trozos de sus monoplazas esparcidos por el asfalto, aunque finalmente los comisarios de pista resolvían el problema sin obligar a recurrir al “Safety Car”.

Con Nico Rosberg (Mercedes) marcando una y otra vez los mejores tiempos por vuelta, Lewis Hamilton (Mercedes) comenzaba la caza de su compañero, ajusticiando con el poderío de su unidad de potencia a cada uno de los rivales que habían osado adelantarle en la arrancada. Primero a Daniel Ricciardo (Red Bull), luego a Valtteri Bottas (Williams) y después a los Ferrari de Kimi Räikkönen y Sebastian Vettel.

Un trazado tan rápido como el de Monza se presta a vistosos adelantamientos y frenadas al límite, que motivan algunos paseos por las chicanes de los que no se libraba ni el agresivo Hamilton.

La estrategia a dos paradas de los pilotos de Ferrari (para cambio de neumáticos) parece también una de las causas de la fugaz remontada de Hamilton, en una estrategia del equipo Mercedes a una sola parada que les ha llevado a ocupar las dos primeras posiciones finales.

No ha brillado Max Verstappen (Red Bull) como otras veces, quizá más calmado tras ser advertido por Charlie Whiting (Director de carrera) para que se olvide del exceso de agresividad mostrado en ocasiones anteriores y tampoco han podido hacerlo los dos McLaren, que han sufrido en sus “pit stop” el castigo impensable de un mal funcionamiento del semáforo del equipo.

Las aguas bajaban turbulentas en Toro Rosso y tanto Carlos Sainz Jr. como Daniil Kvyat han estado remando contra corriente, sobre todo el ruso, al que una sanción retrasaba aún más de lo previsto, llegando a la retirada unos giros después.

Abandonada cualquier esperanza por parte de Lewis Hamilton (Mercedes) de dar caza a un triunfal Nico Rosberg (Mercedes), el británico se ha conformado con navegar segundo hasta la meta, tras superar cómodamente a los dos pilotos de la Scuderia Ferrari (Vettel y Räikkönen) y por delante de Daniel Ricciardo (Red Bull), Valtteri Bottas (Williams), Max Verstappen (Red Bull), Sergio Pérez (Force India), Felipe Massa (Williams) y Nico Hülkenberg (Force India).

Fernando Alonso (McLaren), tras un entretenido forcejeo con su compañero, Jenson Button (12º), era llamado por tercera vez a boxes y quedaba relegado al 14º puesto final. En esta última parada montaba un neumático de compuesto “súper blando” que, al menos, le permitía la honrilla de marcar la vuelta rápida en carrera (1 m 25,3 s), algo que no conseguía desde hace mucho tiempo, demasiado tiempo.

La prueba de Monza suele ser lugar donde, año tras año, se anuncian despedidas y buenas nuevas. De estas últimas, el más feliz ha resultado ser Stoffel Vandoorne, un joven belga de 24 años, ganador de la GP2 en 2015, tutelado en su carrera por el mismísimo Ron Dennis y que debutó en la Fórmula 1 sustituyendo a Fernando Alonso en la prueba de Bahréin, tras el fuerte accidente del asturiano al comienzo de la temporada (GP de Australia 2016).

Esta confirmación significaba el desplazamiento de otro campeón del mundo, Jenson Button (McLaren), que cede su asiento, pero continúa ligado al conjunto de Woking en un triple papel de embajador, tercer piloto y quién sabe si sustituto del mismísimo Fernando Alonso si este optara por desligarse en 2017 del compromiso con un proyecto en el que, dígase lo que cada uno piense, no ha podido sentirse plenamente realizado hasta ahora.

Con el GP de Italia llegamos al final de la temporada europea en 2016, con nuevos escenarios por delante, nuevos retos y los dos pilotos de Mercedes, Hamilton y Rosberg, separados por tan solo dos puntos en la clasificación provisional.