El podio de las tres caras. GP de México 2016
Tras el triunfo aplastante de Lewis Hamilton (Mercedes) en el GP de México 2016, no es difícil adivinar las caras de aburrimiento que debían esconder los aficionados bajo las máscaras del “Día de los Muertos” con las que algunos habían acudido al resucitado “Circuito Hermanos Rodríguez”, al abandonar las gradas mucho antes de que concluyera este aburrido “Tiovivo” que resultó ser la carrera.
Los entrenamientos libres del viernes habían comenzado con los pilotos de Red Bull mimetizados con la tradición del culto a los muertos, vencidos y convencidos por las matemáticas de que, en esta temporada, lo único que queda en pie es la incertidumbre del nombre del piloto de Mercedes que se grabará en la copa de los campeones.
Ahora su esperanza se cifra en que sea el joven Max Verstappen quien complete, tras Daniel Ricciardo, el cuadro de cabeza, con diploma de honor al final del campeonato.
Esta nueva victoria de Lewis Hamilton (Mercedes) parecía la constatación de que han sido la suerte adversa y la guardia baja que ha mostrado el piloto británico, en alguna fase de la temporada, los elementos por los que hoy, tras su octavo triunfo en la temporada, tiene muy difícil, que no imposible, el cuarto entorchado.
Hemos visto a un Nico Rosberg (Mercedes) apagado, sufriendo quizás el peso de la responsabilidad ante la oportunidad de consagrarse campeón y corriendo el riesgo, por ello, de perderla si le salen un par de cartas mal repartidas. Así de ingrata puede llegar a ser la Fórmula 1.
Con la excepción del 5º lugar de parrilla obtenido por Nico Hülkenberg (Force India), ya en la antesala de su llegada a Renault en 2017, los equipos punteros habituales se repartían las primeras posiciones de salida. Lewis Hamilton (Mercedes) y Nico Rosberg (Mercedes) ocupaban la primera línea, seguidos por los Red Bull de Max Verstappen y Daniel Ricciardo. A continuación Hülkenberg y, por detrás, los dos Ferrari de Kimi Räikkönen y Sebastian Vettel, los dos Williams de Valtteri Bottas y Felipe Massa, mientras Carlos Sainz Jr. (Toro Rosso) cerraba las diez primeras posiciones de parrilla.
El undécimo lugar de Fernando Alonso (McLaren) en la parrilla, con posibilidad de calzar los neumáticos de su elección para la carrera, parecía darle alguna posibilidad de escalada, pero su McLaren-Honda volvía a mostrarse escaso de competitividad durante toda la prueba.
Tras apagarse los semáforos, Lewis Hamilton (Mercedes) mantenía su primera posición durante los 890 metros de distancia que hay hasta la primera curva, aunque apuraba tanto la frenada para guardarse de los ataques de sus rivales que terminaba cruzando la primera chicane por la hierba para mantener su liderato, mientras Nico Rosberg (Mercedes) aguantaba la embestida de Max Verstappen (Red Bull), que se emparejaba con el piloto alemán y llegaba a tocarle.
Por detrás de la cabeza, Esteban Gutiérrez (Haas) tocaba a Pascal Wehrlein (Manor) y el piloto alemán golpeaba de carambola el Sauber-Ferrari de Marcus Ericsson. El monoplaza de Wehrlein quedaba dañado en una escapatoria de la pista y el “Coche de Seguridad” entraba en acción para ralentizar la carrera.
Nos enterábamos entonces, por la radio de Fernando Alonso (McLaren), que Carlos Sainz Jr. (Toro Rosso) le había llevado fuera del límite de la pista y el asturiano necesitó muchas “manos” para que su “excursión por la hierba” no terminara en desparrame, maniobra que le costaba a Sainz una penalización de 5 segundos.
Cuando se relanzaba la carrera, con Hamilton liderando y Rosberg con nulas posibilidades de atacarle, la prueba entraba en una fase que podríamos llamar de puro y duro aburrimiento, donde las sorpresas no iban a llegar hasta el final del Gran Premio.
Con este panorama, los aficionados locales más entusiastas se centraban en el duelo imposible de un “Checo” Pérez (Force India) que intentaba ganar en las curvas lo que resultaba imposible alcanzar en las rectas, un misil llamado “Williams-Mercedes” capaz de alcanzar en la recta principal una velocidad punta de 372 kilómetros por hora.
Salvo algún espejismo de acercamiento, ninguna sorpresa se producía en los puestos de cabeza. Por detrás, la frustración emanaba del “cockpit” de Fernando Alonso, que tras unas indicaciones por la radio de su ingeniero de pista (Mark Temple) para que “empujara” más, el asturiano respondía con evidente enfado: “Lo estoy haciendo desde la primera vuelta. Tú haz tu trabajo, que yo haré el mío. Estoy empujando fuerte y luchando con un coche que no debería estar en carrera”.
Con Lewis Hamilton (Mercedes) ajeno a las peleas, tendríamos que esperar hasta las últimas vueltas de carrera para asistir a los únicos momentos de verdadera emoción, cuando Max Verstappen (Red Bull) asestaba un arriesgado ataque sobre Nico Rosberg (Mercedes) y se iba recto en la curva 5, permitiendo al alemán mantener su segunda posición.
Poco después, el propio Verstappen se tenía que defender del ataque de Sebastian Vettel (Ferrari) en la vuelta 68, alargando su trayectoria por fuera de la pista para no ceder la tercera posición (maniobra que le costaría 5 segundos de penalización antes de finalizar la carrera).
Vettel entraba entonces en cólera, percatándose también del fugaz ataque al que le iba a someter Daniel Ricciardo (Red Bull), que llegaba por detrás con neumáticos más frescos y mucha más velocidad en pista.
De nuevo en la frenada de la curva 5, Ricciardo se lanzaba por el interior en un adelantamiento al límite y Vettel cerraba la puerta en el último momento para contener el ataque, tocándose ambos monoplazas y poniendo en ebullición el final de carrera.
La bandera de cuadros saludaba la octava victoria de Lewis Hamilton (Mercedes) en esta temporada, seguido por Nico Rosberg (Mercedes), Max Verstappen (Red Bull), Sebastian Vettel (Ferrari), Daniel Ricciardo (Red Bull) y Kimi Räikkönen (Ferrari), que también acababa tocándose con Nico Hülkenberg (Force India) antes de cruzar la meta.
La sanción de 5 segundos de tiempo a Verstappen se hacía efectiva antes de terminar la prueba (relegándole a la cuarta posición final), mientras que Vettel, después de subirse al tercer escalón del podio, era sancionado con 10 segundos de penalización por su lance con Ricciardo.
Como un Haloween adelantado, Vettel recibía el “caramelo envenenado” de un “truco sin trato”, que le relegaba a la quinta posición final, subiendo a Daniel Ricciardo (Red Bull) al tercer escalón de un podio virtual que había tenido tres caras y del que no podrá recordar el espumoso sabor del champán.
Peor recuerdo se habrán llevado los pilotos españoles, tras concluir Fernando Alonso (McLaren) en la décimo tercera posición y Carlos Sainz Jr (Toro Rosso) en décimo sexto lugar.
CLASIFICACIÓN FINAL GP DE MÉXICO 2016
1º Lewis Hamilton (Mercedes), 71 vueltas en 1 h 40 m 31,4 s
2º Nico Rosberg (Mercedes), a 8,3 s
3º Daniel Ricciardo (Red Bull-TAG Heuer Renault), a 20,8 s
4º Max Verstappen (Red Bull-TAG Heuer Renault), a 21,3 s
5º Sebastian Vettel (Ferrari), a 27,3 s
6º Kimi Räikkönen (Ferrari), a 49,4 s
7º Nico Hülkenberg (Force India-Mercedes), a 58,9 s
8º Valtteri Bottas (Williams-Mercedes), a 1 m 05,6 s
9º Felipe Massa (Williams-Mercedes), a 1 m 16,2 s
10º Sergio Pérez (Force India-Mercedes), a 1 m 16,8 s
NOTA: Max Verstappen (Red Bull) cruzaba la meta en 3ª posición, pero había sido penalizado con 5 segundos en su lance con Vettel, que le relegaban a la 4ª posición final (16,3 s + 5 s de penalización). Sebastian Vettel (Ferrari) entraba en meta en cuarta posición, pero era penalizado con 10 segundos en su lance con Ricciardo, que le relegaban a la 5ª posición final (17,3 s + 10 s de penalización).
