Rojo impar, gana Vettel. GP de Mónaco 2017
Para triunfar en el deporte, como en la vida, además de ser muy bueno en lo que haces, habrás de tener suerte. Y no cabe duda de que Sebastian Vettel (Ferrari), además de un gran piloto de Fórmula1, es un hombre de suerte.
Mientras él recogía el trofeo de ganador en el GP de Mónaco 2017, mitad ruleta, mitad tiovivo, a miles de kilómetros de allí se encontraba Fernando Alonso, preparándose en Indianápolis para participar en otro juego, también mitad ruleta, mitad vertiginoso tiovivo. El mismo Fernando Alonso que, al precio de perder su propio asiento en Ferrari, provocó a finales de 2014 el tsunami que arrastró todo lo que el tiempo había cubierto de polvo en Maranello.
Durante los libres y “qualy” de Mónaco ha quedado claro que en la “Scuderia” italiana se ha recuperado el pulso y existe ahora la tensión que permaneció dormida durante demasiado tiempo. Han cambiado los nombres, cambian las formas y llegan los resultados.
En la sesión de calificación, Kimi Räikkönen (Ferrari) marcó una magnífica “pole”, como fueron las suyas de otro tiempo, e inmediatamente detrás, se colocó Sebastian Vettel (Ferrari), situando dos fichas rojas encabezando el tapete de apuestas en la salida.
Tras los monoplazas de Ferrari si iban a situar Valtteri Bottas (Mercedes), Max Verstappen (Red Bull), Daniel Ricciardo (Red Bull), Carlos Sainz Jr (Toro Rosso), Sergio Pérez ( Force India), Romain Grosjean (Haas), Daniil Kvyat (Toro Rosso) y Nico Hülkenberg (Renault), ocupando estos las vacantes de obligado retraso por sanción aplicado a los McLaren-Honda de Stoffel Vandoorne y Jenson Button, capaces de entrar los dos en la Q3 por primera vez en la temporada.
La sorpresa la marcaba Lewis Hamilton (Mercedes), que apostando todo a una carta en la Q2, se vio atrapado entre banderas amarillas en el 13º lugar de parrilla de salida.
Con el sol del mediodía brillando sobre las pieles tendidas en las cubiertas de los yates asomados a la bahía de Montecarlo, arrancaba una carrera cuya falta de emoción, tras unas primeras vueltas sin incidentes, invitaba a sestear a los cuerpos más “fashion”, acariciados por la brisa del Mediterráneo.
Mientras Kimi marcaba el ritmo monótono que el trazado monegasco impone cuando reina la calma, pasaron muchas vueltas hasta que los tácticos de Red Bull (vuelta 32) y Ferrari (vuelta 34) debieron concluir que era conveniente cambiar algunas cosas. Así, con la primera parada para cambiar neumáticos (todos los «pit stop»), Daniel Ricciardo (Red Bull) adelantaba a Max Verstappen (Red Bull) y Sebastian Vettel (Ferrari) se situaba por delante de Kimi Räikkönen (Ferrari), todo ello al paso por el “pit lane” y sin entablar ninguna pelea.
Sebastian Vettel había aprovechado para exprimir a tope la vida de sus gomas las vueltas en las que Räikkönen se perdía en el tráfico buscando la cabeza y el alemán se reincorporaba a la pista en la vuelta 40 por delante del piloto finlandés, asegurando su victoria en la maniobra.
Por detrás, Carlos Sainz Jr “ensanchaba” su Toro Rosso todo lo posible para impedir que le rebasara la “Flecha de plata” de Lewis Hamilton, que habiendo escalado hasta la 7ª posición, lo intenta varias veces sin conseguirlo.
Siempre ha sido tarea de valientes adelantar en el circuito de Montecarlo y, ahora, las mayores prestaciones y geometría de los nuevos bólidos lo hacen casi imposible.
Lo intentaba Jenson Button, lanzando su McLaren al pico interno de la curva anterior al túnel, pero por ahí pasaba la trazada del Sauber de Pascal Wehrlein y se producía el “efecto afilador”, dejando al monoplaza del piloto germano volcado sobre el lado izquierdo mientras llegaban las asistencias, afortunadamente sin daños físicos.
Tras las colisión, Button intentaba regresar al “pit” con el McLaren-Honda “de Alonso” maltrecho, pero no meado, como prometió el británico en una simpática conexión previa a la salida entre los dos compañeros y amigos.
Sin novedad posible en la cabeza, las vueltas finales iban apeando del tiovivo a Marcus Ericsson (Sauber), Stoffel Vandoorne (McLaren), Daniil Kvyat (Toro Rosso), Sergio Pérez (Force India) y Lance Stroll (Williams), dejando reducida a 13 la nómina de supervivientes de una guerra que no existió.
Tras su tercer triunfo en la temporada, Sebastian Vettel y los integrantes del equipo Ferrari disfrutarían el glamour de la feria de las vanidades monegasca, quizás lo único que perdura de aquel tiempo de ruido y furia que convirtieron las calles del Principado en el campo donde se libraron algunas de las más cruentas batallas y se escribieron muchas de las más bellas páginas de la historia de la Fórmula 1.
Muy poco después y a miles de kilómetros de allí, Fernando Alonso notaría en su espalda que el motor Honda de su bólido en la “Indy” había dejado de empujar y con ello vería desvanecerse el sueño de ganar en su primera participación en esas 500 Millas de Indianápolis que le habían devuelto durante un par de semanas el furor de vivir para vencer.
Alonso abandonaba vencido (por avería de la mecánica) pero no derrotado. Y lo hacía tomándose un largo trago de leche y con la misma promesa de Douglas McArthur, aquel general americano que, en marzo de 1942, huyendo del Imperio del Sol Naciente, abandonó Filipinas a bordo de una lancha torpedera diciendo su célebre “Volveré”.
Así pues, en esta ruleta de fortuna y bancarrota, Vettel, número cinco, rojo impar, gana en la F1, mientras Fernando Alonso, número 29, naranja impar, pierde en la Indy 500.
CLASIFICACIÓN FINAL GP DE MÓNACO 2017
1º Sebastian Vettel (Ferrari), 78 vueltas en 1 h 44 m 44,3 s
2º Kimi Räikkönen (Ferrari), a 3,1 s
3º Daniel Ricciardo (Red Bull-TAG Heuer Renault), a 3,7 s
4º Valtteri Bottas (Mercedes), a 5,5 s
5º Max Verstappen (Red Bull-TAG Heuer Renault), a 6,2 s
6º Carlos Sainz Jr (Toro Rosso-Renault), a 12,0 s
7º Lewis Hamilton (Mercedes), a 15,8 s
8º Romain Grosjean (Haas-Ferrari), a 18,1 s
9º Felipe Massa (Williams-Mercedes), a 19,4 s
10º Kevin Magnussen (Haas-Ferrari), a 21,4 s
