Bakú, tierra de viento y fuego. GP de Azerbaiyán 2017
Como si de una canción de Earth Wind & Fire se tratara, el GP de Azerbaiyán ha tenido el mismo ritmo y colorido que supo darle el grupo americano a sus mejores composiciones.
El circuito urbano de Bakú es un trazado batido por los vientos que provocan los bólidos en esta especie de reinventado Montecarlo a orillas del Mar Caspio y calentado por el fuego que desprenden las grandes batallas entre campeones.
Allí, en esa tierra lejana donde se asentó la Fórmula 1 en 2016 (GP de Europa), hemos presenciado una carrera muy buena, en un circuito que lo reúne casi todo para convertirse en un clásico imprescindible en el futuro del Gran Circo. Una mezcla de Mónaco, Canadá y Spa Francorchamps con velocidad, adelantamientos (esa materia tan escasa a veces) y un resultado sorpresa, donde han ganado los que menos posibilidades parecían tener, a priori.
No es que Daniel Ricciardo (Red Bull) no haya demostrado antes de ahora su valía, de hecho, el “aussie” y Max Verstappen (Red Bull) habían estado muy activos en las tandas libres.
Pero la “pole” nº 66 de Lewis Hamilton (Mercedes), una obra de arte en la “Q3” del sábado, no dejaba muchas opciones a los demás, batiendo el récord de pista dejado el año anterior por Rosberg en más de cuatro segundos. Además, Valtteri Bottas (Mercedes) completaba la primera línea de salida y establecía una barrera que parecía infranqueable para el resto, salvo que ocurrieran muchas cosas.
Tras ellos, los Ferrari de Kimi Räikkönen y Sebastian Vettel tampoco parecían piezas fáciles de cobrar en la partida.
Ya sabemos cómo las gasta Max Verstappen (Red Bull), que se emparejaba con Sergio Pérez (Force India) en la tercera línea de parrilla, precediendo a Esteban Ocón (Force India) y Lance Stroll (Williams), cada día más piloto, por delante de su veterano compañero Felipe Massa (Williams) y con Daniel Ricciardo (Red Bull) cerrando el 10º puesto de salida.
Allá, perdidos en las profundidades, se posicionaban Carlos Sainz Jr (P15) y Fernando Alonso (P19), el de Toro Rosso relegado tres puestos tras su colisión en el anterior GP de Canadá 2017 y, el piloto asturiano, ese desperdicio de talento en palabras de Mark Webber, con 40 puestos de penalización y cumpliendo una inmerecida condena a bordo del McLaren-Honda, con la expectativa de un presentido divorcio con su actual equipo (los representantes de Alonso estuvieron muy activos en reuniones con diversos equipos como Mercedes y Renault).
En el instante de la salida, Lewis Hamilton (Mercedes) cerraba la puerta en la primera curva a su compañero Valtteri Bottas y, en la segunda, un toque entre Kimi Räikkönen (Ferrari) y Bottas (Mercedes) daba comienzo a un festival de piezas voladoras, mientras Carlos Sainz Jr (Toro Rosso) protagonizaba un trompo al esquivar a su compañero Daniil Kvyat (Toro Rosso).
Muy temprano, en la vuelta 5, empezaba el baile en “pit lane”, con la entrada de Daniel Ricciardo (Red Bull) y Stoffel Vandoorne (McLaren), buscando tácticas diferentes.
Tras la bandera amarilla provocada por la avería de Daniil Kvyat (Toro Rosso), Max Verstappen (Red Bull) abandonaba la carrera con el motor roto y el “Coche de Seguridad” salía a pista (vuelta 12) al mismo tiempo que el caos se apoderaba del “pit lane”, donde entraban casi todos los pilotos a cambiar neumáticos (salvo Ricciardo y Vandoorne).
Valtteri Bottas (Mercedes), que había tenido que detenerse en el garaje para reparar los daños sufridos en el toque con Räikkönen, recuperaba vuelta perdida con el “Safety Car” y la guerra psicológica entre Hamilton y Vettel les llevaba a protagonizar un insólito lance en el momento que se quitaba el “coche de seguridad”.
Hamilton ralentizaba la marcha y Vettel le golpeaba por detrás, dañando su alerón delantero y el difusor trasero del Mercedes. El piloto alemán, como en la disputa urbana más cutre, increpaba al británico, ponía su monoplaza paralelo con el rival y embestía el costado de Hamilton en una maniobra macarra que posteriormente le costaría un “Stop & Go” de 10 segundos y tres puntos en su súper licencia por “conducción peligrosa”.
La carrera se reanudaba en la vuelta 19 y Felipe Massa (Williams) aprovechaba a disputar la apurada de frenada a Vettel (Ferrari), que conseguía mantener la segunda posición a pesar de tener el alerón dañado.
En la siguiente curva eran Sergio Pérez y Esteban Ocon los que golpeaban los costados de sus Force India (disputando la cuarta posición) y volvían a dejar la pista llena de restos de fibra de carbono, apareciendo de nuevo el “SC” sobre el trazado urbano, hasta que el director de carrera terminaba sacando en la vuelta 23 la bandera roja que estaba reclamando Fernando Alonso por la radio (para poder dejar la pista limpia con seguridad).
La pista se volvía a reanudar con salida lanzada y Daniel Ricciardo (Red Bull) protagonizaba un espectacular adelantamiento en donde “ajusticiaba” a Felipe Massa (Williams), Lance Stroll (Williams) y Nico Hülkenberg (Renault) para colocarse en la tercera posición de carrera, comenzando a sentar las bases de un triunfo que en ese momento no presentía.
Hülkenberg (Renault) golpeaba poco después uno de los muros del trazado urbano de Bakú y quedaba fuera de carrera, mientras Vettel (Ferrari) recibía por radio la noticia de su sanción y Hamilton (Mercedes) debía entrar obligatoriamente en “pit lane” para solucionar un problema con el cabecero de su monoplaza cuando era sólido líder, despejando el camino hacia la victoria a un Daniel Ricciardo (Red Bull) que dibujaba dentro del casco la mejor de sus sonrisas.
Por detrás, un increíble Lance Stroll (Williams) comenzaba a demostrar que no es un simple “piloto de pago”, aunque los millones paternos hayan ayudado a conseguir el asiento del Williams que pilota, al mismo tiempo que Valtteri Bottas (Mercedes) remontaba posiciones con ayuda de los “Safety Car”, los lances de carrera y el ritmo vertiginoso que imprimía sobre el trazado urbano, hasta conseguir arrebatarle la segunda posición a Stroll casi al paso por la línea de meta (0,104 segundos de diferencia), dejando el tercer escalón del podio al joven piloto de Williams (su primer podio en F1).
Sebastian Vettel (Ferrari) firmaba la cuarta plaza final, justo por delante de un Lewis Hamilton (Mercedes) que pensaba darse un baño de gloria en las murallas de Bakú y terminaba remontando posiciones por un absurdo problema ajeno a su pilotaje, provocando una de las llegadas más apretadas de los últimos tiempos (los cinco primeros clasificados en 6,2 segundos).
Tras ellos, en esta carrera loca en que se ha convertido el GP de Azerbaiyán 2017, completaban las diez primeras posiciones Esteban Ocon (Force India), Kevin Magnussen (Haas), Carlos Sainz Jr (Toro Rosso), remontando desde la última posición de carrera tras su trompo inicial, Fernando Alonso (McLaren), sumando sus primeros dos puntos de la temporada y Pascal Wehrlein (Sauber), que ponían el brillante broche final a una jornada donde el ruido y la furia tradicionales se han unido con la Tierra, el Viento y el Fuego que proporciona este deporte en las grandes ocasiones.
CLASIFICACIÓN FINAL GP DE AZERBAIYÁN 2017
1º Daniel Ricciardo (Red Bull-TAG Heuer), 51 vueltas en 2 h 03 m 55,5 s
2º Valtteri Bottas (Mercedes), a 3,9 s
3º Lance Stroll (Williams-Mercedes), a 4,0 s
4º Sebastian Vettel (Ferrari), a 5,9 s
5º Lewis Hamilton (Mercedes), a 6,2 s
6º Esteban Ocon (Force India-Mercedes), a 30,3 s
7º Kevin Magnussen (Haas-Ferrari), a 41,7 s
8º Carlos Sainz Jr (Toro Rosso-Renault), a 49,4 s
9º Fernando Alonso (McLaren-Honda), a 59,5 s
10º Pascal Wehrlein (Sauber-Ferrari), a 1 m 29,1 s
