Todos contra Lobato
Lo que menos me gusta de Lobato es cuando, en plena retransmisión de un Gran Premio decía: «aprovechando este momento de calma vamos a dar paso a la publicidad y ya nos lo quitamos de encima…” Y Telecinco o La Sexta te metían un bloque de seis o siete minutos, robándote de tres a cinco vueltas, mientras en la pista, ¡¡qué casualidad!! se producían los lances más interesantes de la carrera. Así, una y otra vez, convirtiendo en un suplicio lo que debería ser un disfrute para los aficionados de la Fórmula 1. Pero de ello, ¿tiene la culpa Lobato?
El hombre y su circunstancia, que decía Ortega. Los que hemos vivido desde niños la pasión por “las carreras de coches” y después de muchos años continuamos enganchados a esa droga que es la velocidad, ¡¡cuánto habríamos dado por haber tenido en las décadas anteriores un Lobato en nuestras vidas!!
Para no parecer el manido “abuelo Cebolleta”, voy a referirme “solo” a los últimos 40/45 años, una época en la que TVE, en conexión con Eurovisión, inicia la retransmisión esporádica de algunos Grandes Premios de Fórmula 1 (de España y Mónaco, preferentemente), así como el espectacular momento de la salida de las 24 Horas de Le Mans (con los pilotos dándose la carrerita hasta sus bólidos para salir disparados en aquellos legendarios Ford GT-40, Ferrari 330 o Porsche 907/908) y los minutos finales de la carrera.
Estoy refiriéndome a finales de los 60, aún recuerdo algunas imágenes televisivas de 1969 en el viejo y añorado Montjuic, con aquellos Lotus 49, Brabham BT26 y Matra enarbolando aparatosos y frágiles alerones cuya rotura, además de provocar espectaculares accidentes, menguaban sensiblemente las clasificaciones.
Tengo en mi retina la escena dantesca y los vivos colores, porque yo estaba allí, viéndolo con mis propios ojos, del accidente seguido de incendio de Jacky Ickx y de Jackie Oliver en el Gran Premio del Jarama de 1970.
Buscando en internet he conseguido encontrar algunas imágenes de ambos sucesos y, en las del Jarama, una versión en blanco y negro en la que aparece un operador de cámara aguantando el tipo muy cerca de las llamas. También otra, en viejo celuloide Súper 8, en la que el BRM de Oliver se empotra contra el rojo Ferrari del belga Ickx.
Sin embargo, la nostalgia no me impide recordar la pobreza de medios y desconocimiento en la materia de algunos locutores de la época, de cuyo nombre no quiero acordarme. En sus limitaciones llegaban a mutilar las retransmisiones conectando cuando ya habían transcurrido las dos o tres primeras vueltas o confundían su número y desconectaban, dejándonos sin ver las vueltas finales y el resultado.
Aquello duró lo que duró y, después del grave accidente del Gran Premio de España de 1975 en Montjuic, con Stommelen herido y cuatro víctimas mortales, el tema pareció perder todo su interés y durante muchos años las emisiones se volvieron aún más esporádicas.
Los “cuatro locos” que quedábamos con ganas de seguirlo con algún detalle, nos las tuvimos que apañar durante algunos años “vía parabólica” (através de Eurosport, RTL, etc) y sus retransmisiones en lenguas desconocidas.
Y en 2004, con el fenómeno “Alonso” en pleno auge, llegó Telecinco (que ya tuvo una desafortunada primera experiencia en la emisión de los Grandes Premios a mediados de los 90). Al frente de las retransmisiones continuaba Gonzalo Serrano (posterior inventor en 2007 de un celestial “San Ganchao”) y se estrenaba un poco conocido Antonio Lobato.
Aquello fue una auténtica revolución, al fin había un español con lo que había que tener para ganar en el deporte, competición, circo o lo que fuera la Formula 1. Y todos los españoles entendieron de pronto de qué iba aquello: Gonzalo, Lobato y Tele 5 nos lo ponían fácil.
Hace algo más de 20 años, un sexto o séptimo puesto de Luis Pérez Sala o de Adrián Campos parecía una proeza (y lo era, dados sus escasos medios). Ahora, un doble Campeón del Mundo de F-1 y todo lo que ha venido después, hasta la llegada de Fernando Alonso a una escudería como Ferrari (con grandes presupuestos y poco talento), parece ser algo sin ningún valor y justificación suficiente para cuestionarle, incluso perderle el respeto a él y a quienes, como Antonio Lobato, le defienden.
Aún admitiendo sus defectos ¡¡quién no los tiene!! Antonio Lobato fue el principal “culpable” de que, en los bares españoles, algunos lunes por la mañana se hablara casi tanto de neumáticos, frenadas y entradas en boxes, que de goles o manos dentro del área.
Han transcurrido los años y han pasado muchas cosas. Ahora, casi apagada la euforia, lo que se lleva es poner a parir a Lobato y de paso a Alonso, cuando, desde mi punto de vista, Lobato es una víctima más de las circunstancias. Su mayor pecado, la defensa a ultranza de Fernando Alonso en un país cuyo deporte principal es derribar a sus propios mitos.
Negar la labor pedagógica del “calvo de la tele” en el conocimiento de la Fórmula 1 es negar lo obvio. Y por ello, suficiente justificación para disculparle alguna parcialidad crecida al calor de muchas jornadas de trabajo conviviendo con Fernando Alonso y, sobre todo, en el papel que le ha tocado asumir a la hora de conciliar la emoción de una carrera con el valor monetario de la carga publicitaria impuesta por Paolo Vasile en Tele5 y después acentuada hasta el paroxismo por la “Secta Roures”.
Estamos a las puertas de una nueva temporada en la cual los «chicos» de Antena 3 serán los encargados de traernos la Fórmula 1 a nuestro plasma. Habrá algunos, me consta, que, por huir de Lobato, sintonizarían Al Yazeera, pero como decía mi abuela, “otro vendrá que bueno te hará”.
Y si no, al tiempo…
jueves, 9 febrero 2012 a las 10:22
Yo le niego la mayor con todos mis respetos, abuelete. A Lobato no le debemos nada. Si acaso se lo debemos a los directivos de Telecinco que decidieron apostar por la Fórmula 1 a principio de siglo. A Lobato le dieron la responsabilidad, como se la podían haber dado del baloncesto, de los partidos de Rugby, de Polo, o de natación sincronizada.
Que Lobato acabara en la F1 fue un derrape de esos que da la vida a los que tienen buena estrella. Durante estos años ha demostrado que es un inepto. Que antes de las carreras se hagan programas muy didácticos e interesantes tampoco es algo que debamos de agradecerle. Muchas veces tendemos a identificar al personaje que da la cara con el deporte o la competición, cuando al final él tan sólo es la cara visible de un equipo de gente invisible, incluidos los directivos.
Yo lo tengo muy claro: le daré las gracias a este personaje el día que se calle.
jueves, 9 febrero 2012 a las 11:48
JuanFran, por negar, veo que niegas la mayor y hasta el pan y la sal al Lobato.Después de «mucha carretera por detrás» y sin saber la que aún me espera por delante, la vida me ha enseñado que no hay colores puros (excepto el amarillo de mi coche),todo es una gama infinita de grises.Respeto que todo lo referido a Lobato lo veas negro negrísimo,yo soy algo más ¿indulgente? y pienso que algo habrá aportado hasta conseguir algunos picos de audiencia envidiables.Sin duda, ahora está en una deriva que no nos gusta a casi nadie, yo lo achaco mayormente a las circunstancias,pero podría estar equivocado y cuando lo crea así, lo diré sin cortarme un pelo. Mientras tanto,en tu calidad de «compi» de aventura en Autolimite y sabiendo que tus pasos te llevan en ocasiones por la orilla del Mediterráneo te invito a sumarte al arrocito y el zumo de naranjas recién exprimidas (nada de D. Simón) que tengo comprometido con Jorge Silva y los demás para cuando querais venir a verme. Seguro que la sobremesa será divertida.Quizás hablemos de las «carreras de coches»…
jueves, 9 febrero 2012 a las 13:41
Queridos colegas. Me apunto a la perspectiva en gama de grises que apunta nuestro miembro senior. En país de tan poco respeto a la palabra ajena, de tanto grito y tanta m, Lobato es un mal muy pequeño. Colgaría de los pulgares a los que matan (o mataban) en nombre de no se sabe qué, a quienes nos roban e hipotecan el futuro de nuestros hijos, pero al pobre Lobato habría que dejarlo un poco en paz. No es más que un profesional buscándose la vida, como cada hijo de vecino. Personalmente me pone enfermo cuando grita, cuando interrumpe a Pedro de la Rosa o Marc Gené, cuando se pone soñador… pero no hace mal a nadie. No seamos tan criticones con el curro de los demás. Por alusiones: Abuelete ¿para cuándo dices que es lo del arrocito?
jueves, 9 febrero 2012 a las 17:49
Yo tengo la paellera siempre lista para las grandes ocasiones,es cuestión de que me digáis cuántos os apuntáis y cuando. Oye, cuando salgais a grabar algún vídeo con mucho derrapaje es cuestión de alargarse un poco más y buscar nuevos escenarios, por aquí cerca hay magníficos tramos entre naranjos…
sábado, 11 febrero 2012 a las 10:51
Lobato es un comentarista de lo que ignora. No tiene idea de lo que habla, es osado enseñando sus vacíos cognoscitivos a un público que se ha encargado de azuzar, promover y buscar para aleccionarlo trasladando lo peor de la afición futbolística al automovilismo. Es un inepto con horror al silencio, no calla, no hay quien lo calle, es forofo y forofista, es lo peor que puede pasar para una afición.
Es un instrumento de picos de audiencia. Un tonto útil y el responsable de la pérdida de respeto no a Alonso, sino al deporte del automovilismo en general.
Es malo que comente aquél que tanto desconoce. Es malo que promueva el patrioterismo. A mí me gusta la F1, el deporte no tiene nacionalidades y a Alonso no lo hace mejor ni peor, más simpático o menos capaz el lugar en el que salió del vientre de su madre. Confundir banderas, mezclar terruños, sidras y demás, es buscarse un aplauso fácil donde dicho aplauso no te lo arranca el respeto de un comentario ilustrado.
No soy indulgente con Lobato, porque es dañino, nocivo, molesto y pernicioso.
JM
sábado, 11 febrero 2012 a las 12:25
Hola Jota Eme, no te veo muy partidario del Lobato,jejeje.Viendo como está el patio creo que Antena 3 tendrá que pensárselo dos ó tres mil veces antes de encargarle ningún cometido al calvo,suponiendo que este forme parte del paquete heredado de la «Secta». Aunque sigo con asiduidad el informativo de las 9 p.m. con Matías Prats te confieso que cuando llegan a los deportes,lo que dice Manu , además de escaso me resulta poco emocionante, la verdad. Ojalá encuentren ese comunicador que el momento exija.Como digo en el Blog,en los últimos 45años siguiendo la Fórmula 1 de todas las maneras posibles en televisión, he visto de todo, desde señores encorbatados a los que te entraban ganas de enviar el más sentido pésame en cada retransmisión y locutores brasileños que celebraban (Ayrton Senna se lo merecía)cada vuelta del ídolo brasilero como un Mundial de fútbol ganado por Pelé, Santos,Rivelino y compañía.Es posible que Lobato tenga todos los vicios y defectos que se le atribuyen,desde mi perspectiva, quizás la edad le hace a uno más indulgente ó ignorante,la cosa no me parece para tanto y salvo aparición milagrosa de algún genio de la comunicación al que hoy por hoy no soy capaz de poner nombre y apellido (que pena que ya no esté Matias Prats senior)me temo que, respecto a Lobato,lo que decía mi abuela: «otro vendrá que bueno me hará» porque lo que vislumbro haciendo zapping en los programas deportivos son señores muy maleducados,estudiando para ser de mayores…¡¡ Belén Esteban!!.
En cualquier caso, Jota Eme,muchas gracias por tus opiniones en este espacio donde entiendo sinceramente que todas las opiniones son válidas y respetadas. Un saludo del Abuelete.
sábado, 11 febrero 2012 a las 19:12
Pues yo voy a salir en defensa del Abuelete del M3… aunque también veo una parte completamente lógica en el resto de los comentarios. Así que me quedo en un término medio.
Lo único que sí tengo claro es que hacer una retransmisión televisiva me parece muy difícil y hacer una buena retransmisión de Fórmula 1 me parece extremadamente complicado. He tenido ocasión de participar en varias (una de ellas el G.P. de Brasil de 1999) y en ninguna me he quedado satisfecho de los comentarios realizados. Quizá sea porque, para realizar una cobertura buena de verdad, uno depende de muchos factores y casi nunca es posible acertar en todos.
A Lobato no le veo más «error» que ser extremadamente «Alonsista» en determinadas circunstancias, aunque su tono general me resulta adecuado. Preguntarse por qué no le deja Massa pasar a Alonso en medio de la carrera es como pretender que el Málaga le deje meter más goles al Real Madrid en medio de un partido. En la competición no hay amigos y los triunfos hay que ganárselos. Massa no está ahí para hacer bulto. Otra cosa distinta son sus resultados y que, en determinadas ocasiones, las órdenes de equipo resulten útiles y beneficiosas.
La pieza clave en las retransmisiones en los últimos años ha sido Pedro De la Rosa. Ni siquiera Marc Gené nos ha ofrecido una visión tan analítica. Y no porque Marc no sepa de lo que habla. La clave es muy simple: la información que tenía Pedro sobre la estrategia en carrera de su equipo y del resto de equipos era mejor que la que tenía Marc (hasta ahí puedo leer). Simplemente, Pedro conocía información de primera mano que Marc no tenía. Información que, si no tenía Gené, ya no te cuento Lobato.
Hacer bien una retransmisión de F-1 sin dicha información es imposible, ni Lobato ni Lobezno, ni cualquiera que llegue, aunque sepa mucho de coches.
sábado, 11 febrero 2012 a las 20:54
Gracias «baranda», llega Ud. como el 7ºde Caballería en las de John Ford.Me estoy preguntando una cosa, cuando escribí el capítulo de LOS DOS TITULOS DE ALONSO en mi «Pequeña historia de la F-1» hay un par de párrafos en los que Lobato relata algunos detalles de la situación emocional de F. Alonso en algún momento de la temporada 2006, a punto de conseguir su segunda corona. El capítulo es bastante extenso y en él se exponen opiniones muy diversas por parte de varios comentaristas que, como Lobato, tuvieron cosas que decir sobre el nuevo fenómeno. Visto como está el «patio», si cometo el sacrilegio de publicarlo incluyendo el comentario del sr. Lobato, ¿seré pasado por las armas al amanecer? es, como dice J.L.Alvite, por ir preparando mi alma del nueve largo. Espero sus instrucciones…
martes, 14 febrero 2012 a las 11:17
Lobato, un «currante» que en la Sexta cobraba a razón de 600.000 euros de nómina, contratos publicitarios aparte.
Nadie ha dicho que retransmitir carreras de F1 sea fácil. Mis críticas a Lobato son de periodista a periodista, de profesional a profesional. No le debemos nada a Lobato del éxito del a F1 en España. Se lo debemos a Alonso. Igual que no le debemos a de Carlos de Andrés nada por los éxitos de Contador, o al bonachón y fallecido, se me mojan los ojos, de Pedro González por el auge del ciclismo con Indurain, y tampoco le debemos nada a Arseni Cañada por el éxito de la selección española de baloncesto. Se lo debemos a los protagonistas.
Que algunos, con gran bonhomía y simpatía quieran identificar el éxito del deporte con el que nos los cuenta, me parece estupendo y de agradecidos.
Hace año y medio, en el mundial de fútbol, a JJ Santos le pusieron a un narrador encima (Paco González, porque JJ Santos es muy malo narrando y no se entera. Y no pasó nada. Y se lo pusieron entre otras cosas porque mucha gente se quejaba.
No estoy pidiendo nada especial. Simplemente estoy pidiendo cosas básicas, que no me apetece detallar, que se le pueden exigir a un profesional de primer nivel, que son de base, que son el abecé de la profesión, profesional que además va para los dos lustros en las carreras, y que sigue insistiendo en su ignorancia, en sus errores torpes por incontinencia y en su actitud de hincha reincidente.
Supongo que es normal que, entre tanto griterío, al final se mezclen los comentarios de los expertos con los de barra de bar y sol y sombra. Qué le vamos a hacer.
martes, 14 febrero 2012 a las 11:25
Con permiso por entrar en esta conversación «privada», añado un tronco al fuego que crepita: vale, sí, Lobato, pros y contras, ok, pero, ¿para cuándo la evolución? ¿por qué se conforman -nos conformamos- con él? ¿No es «lógico» que todo evolucione, a mejor, con el tiempo?
martes, 14 febrero 2012 a las 11:51
No, Juan Antonio. En este país evolucionar y crecer es la excepción. Ahí tenemos a Ángel Nieto, eterno campeón de una categoría petarda. Sus compañeros evolucionaron y promocionaron a categorías superiores, él se quedó allí, en esa categoría de promoción, sin promocionar, recibiendo muchachos y viéndolos partir.
Hoy en día, el eterno campeón de una estación de paso, es considerado un gurú, y se permite el lujo de decirle a Rossi o a Hayden o a cualquiera «qué es lo que tienen que hacer» como si a él le avalara algo más que obstinarse en ganar a muchachos recién llegados.
Nadie cambiará al incompetente de Lobato porque tomar una decisión es «arriesgar». Y así nos va, que nos conformamos con lo que no merecemos y Lobato, como Nieto pero aún con menos galones, seguirá diciendo cuál es la estrategia que tiene que hacer no sé quién o le seguiremos escuchando que no sé cuál piloto es un paquete.
Como si él supiese algo de lo que los pilotos hacen.
JM
martes, 14 febrero 2012 a las 18:32
Hola chic@s, se vá una de crucero por el Nilo ahora que los dan baratos y deseando ver como crecen mis niños favoritos de autolimite, incluido el Abuelete y me encuentro una conversación en la que, «como es privada», quiero meter la cuchara.Detecto cierta disparidad de opiniones sobre ese pelao que alguno de vosotros encuentra entre los huevos de un indio disfrazao de piloto ¡¡¡Uyyyyloquedicho!!no sabía yo que el Lobato ese era tan maléfico. Veo que el Abuelete debe ser un santo, con lo que le llevais la contraria y ¡¡aún os convida a un arrocito!!por cierto abuelete,si me avisais yo pongo el vino y mi cuerpo de Esfinge a lo Liz Taylor, con permiso de tu señora.
Y ahora hablando de lo que importa, además del Abuelete y el que escribe las pruebas, ¿ Hay alguien ahí…?Venga, que por lo leido hasta ahora, yo se que todos vosotros sabeis de coches, pero hijos,¡¡¡como cuesta sacaroslo!!!
viernes, 17 febrero 2012 a las 0:40
Hola Cleo, perdona mi retraso en responder,ahora es Fangio el que me trae de cabeza,estoy ultimando la publicación de sus hazañas. Lo de Lobato ha quedado en empate técnico.Y lo del arrocito entre naranjos, por mi parte no hay problema la paellera es grande y aún cabemos algunos más,pero el vinito que sea de alguna buena cosecha del viejo Egipto.Por cierto mi señora estará encantada de charlar contigo , se ha visto tu peli unas 20 veces.Besetes y saludetes, como tu dices. El Abuelete.
viernes, 17 febrero 2012 a las 13:07
Pero qué arte tiene usted, Abuelete. Ahí quieto, elegante y de buen humor, templando, cerca del peligro, con la figura bien compuesta, ajeno a los tiros y viajes de puñal que vuelan y sobrevuelan… Sí señor, esa es la esencia de lo que nos falta (y que si lo tuviéramos esto sería un país como es debido). JotaEme, por favor, no compares a Lobato con Ángel Nieto. Correr en 50 y 125 sería todo lo tontorrón que tú quieras, pero hacerse Monza a ciento setenta y tantos de promedio con una cafeterilla de 20.000 rpm tenía su misterio, no lo niegues. Ángel era listo y valiente, no lo niegues tampoco. Y una cosa: no he oído jamás a Nieto dar consejos a Rossi, entre otras cosas porque él es poco de dar consejos. En todo caso en privado, y tampoco mucho. Por último, permitidme que rompa una astilla, una lanza en miniatura, por Lobato, en plan abogado del diablo: si tenemos en cuenta que su especialidad es el desgañite y los deportes de «ganas o pierdes», cada cosita que ha ido aprendiendo sobre cigüeñales, aerodinámica, rodamientos o ferretería en general, aun no siendo muchas, en mi opinión son una prueba de dignidad profesional. Hala, insultadme si queréis, que mi equipo es el Numancia.
viernes, 17 febrero 2012 a las 21:38
Hola Uvedoce, bienvenido a Autolímite y gracias por compartir este espacio de sana discusión.Si eres del Numancia la forja en frío de Los Pajaritos da un temple que ya lo quisiera Asterix para su pócima. Hablando de pócimas y puñales que vuelan,yo no he notado nada extraño, quizás sea que a mí me pasa como aquel a quien le para la Benemérita y le dicen:»¿No ha visto Vd. la flecha?» y responde:» No he visto los indios , ¡como para ver la flecha!» Pues eso, que en algún momento de mi vida empecé a leer «El Príncipe» de Maquiavelo y cuando iba por la tercera página, ya desconfiaba de mi padre, de mis hijos, del portero de la finca,del señor Paco, el del puesto de los caramelos y de mi señora, así que lo dejé en la estantería para que las visitas piensen,¡¡joer, como debe ser este tío!! y aquí estoy, intentando vivir viendo el lado bueno de la vida ,¡¡abajo la melancolía!!.
Hago una observación apoyando tu opinión sobre Angel Nieto:
En la España de los 60/70 ¿cuantas motos gordas se fabricaban y se vendían en España? Yo solo recuerdo la Harley y la Indian con las que un par de chulo putas paseaban a las idem hasta el solarium de la Piscina «El Lago» y la «Zundapp 600» del «motorista del Pardo» que cito en uno de mis relatos y que atravesó el tabique que cegaba un ojo del Puente de los Franceses (¡justo al lado de la Piscina El Lago!) con su «casco», mitad orinal, mitad chichonera».
Con esa realidad, como para promocionar a otras categorías. Angel Nieto se tuvo que quedar ahí porque el hambre es «mú mala».Yo le he visto muchas veces correr en el Jarama y os aseguro que era un espectáculo y le he visto también correr, jugándose la vida en «circuitos» trazados en polígonos industriales sobre un «asfalto» con baches,tapas de alcantarilla y cristales rotos de los botellines de cerveza.Todo ello , como tú dices en una cafeterilla a 20.000rpm de aquellas que fabricaba, Bultó antes de que le rompieran el corazón en pedazos unos desalmados. Una cafeterilla de 50 ú 80cc.que tenían la mala h..de gripar y convertir al que la pilotaba en una especie de hombre bala, pero sin cañón. En fín Uvedoce, que yo respeto todas las opiniones pero también tengo la mía y en esto , coincidimos. Cordialmente.
viernes, 24 febrero 2012 a las 18:20
Me alegro muchísimo de coincidir con usted, también en esto. He visto a Ángel Nieto correr en el Jarama y sí, era un espectáculo, porque hacía cosas que ninguno e nosotros sabíamos hacer. También le vi correr (y ganar) en Jerez, GP de la Merced de 1971. Nieto venía con una pierna achicharrada por el agua hirviendo de un radiador, con unas motos que se gripaban a la mínima, y daba miedo verle bajar a fondo por aquel polígono industrial. Barry Sheene y Jarno Saarinen también corrían ese día. Saarinen, a quien vi cambiar personalmente los dos pistones de su Yamaha, me dijo: «tienes razón, estamos todos bastante locos». No recuerdo mucho más, salvo el olor del Castrol R40 y el golpe de viento cada vez que estos tíos te pasaban a un palmo de la cara, montados en aquellas motos precarias y rapidísimas. Gracias por la cordialidad, que le devuelvo.
viernes, 24 febrero 2012 a las 20:43
Ésta es una entrada populista. Espero que no sea la línia que marque la web para crecer. Y no me vale que la entrada esté bien documentada o que los comentarios sean interesantes.
Salud
domingo, 26 febrero 2012 a las 20:18
Estimado Castell.Respeto tu opinión como las demás. Quizás te parezca una entrada populista y tengas razón, todos los días no puede uno estar ejerciendo en plan «stuppenddo». Solo te voy a pedir un favor: si la entrada está bien documentada y los comentarios son interesantes. ¿Podrías indicarme el motivo de tu rechazo y cual es, según tú, la línea a seguir? Te garantizo que si tengo conocimiento y opinión formada sobre los temas que propongas trataré de incluirlos en mi colaboración.Si por ser tan «evolucionado» voy a caer en el ridículo, seguiré con mis «batallitas».A lo largo de mi vida he leído de todo y desde enfoques muy diversos.Por hacerlo fácil, en el caso de la prensa, siempre había alguna sección a la que no prestaba ni la más mínima atención, pero ello no me impedía disfrutar del medio.¿Razonable? Cordialmente.
domingo, 26 febrero 2012 a las 20:40
Gracias Uvedoce,las afinidades hermanan y los que hemos vivido algunas cosas debemos dar testimonio de ellas, aún a riesgo de no contentar al resto del mundo.
Es imposible todavía trasladar a un escrito el olor de un CastrolR40 , de una Zundapp 600 o el impacto de una ráfaga sobre un rostro, pero todos tenemos en nuestra mochila olores, sabores y sonidos o silencios que nos reconcilian con la Vida. Ahora que aún no somos androides.Un cordial y amistoso saludo.
lunes, 12 marzo 2012 a las 15:50
Sí, estimado Abuelete, aprovechemos mientras nos llega el «momento androide». Es cuestión de tiempo, claro que sí, pero tal vez nos quede a ambos más carretera por delante de la que creemos. Veo que me falla la memoria más que a usted, así que -por favor- siga reconciliándonos con la Vida. Un saludo.
domingo, 2 septiembre 2012 a las 15:41
Me parece muy bien los que defendéis a Lobato, yo no lo puedo soportar, es un marisabidillo de cuidado. Hoy ha dicho de Kimi que era maleducado con su gente mientras Marc Gené que ha trabajado con él decía que no, que todos lo conocen y nunca se han sentido maltratados ni ofendidos, saben como es y no ofende, y el otro erre que erre. Maleducado él que la mayoría de las veces pretende saber más que los que saben de verdad. Ojú, que tío, que mal lo llevo…
Un saludo a todos, que hacía tiempo que no venía.
lunes, 3 septiembre 2012 a las 14:02
Hola Lourdes, ¡¡qué agustito te has quedao, hijamía!! Tienes razón, hoy el Lobato se ha pasado un par de pueblos, por lo menos, con Kimmi. Se podrá decir de él que es tímido,inexpresivo, frío o lo que nos parezca, pero nó maleducado. Raikkonen es sin duda un magnífico piloto y un buen chaval honrado y nada manipulador. Yo por mi parte estoy deseando poder escribir la crónica de su primer triunfo en una carrera de F-1 después de su regreso. Pienso que lo conseguirá a pesar de ciertos altibajos. Ya quisiera el «cabra loca» de Grosjean parecerse a su compañero.Un abrazo y no hace falta que te vengas «tan abajo» en el Blog para situar tus comentarios. Aunque, bien mirado, hoy sí estaba justificado…