Eterno Silverstone. GP de Gran Bretaña 2018
Poco queda, excepto los nombres de alguna de sus curvas, de aquel Silverstone original, nacido sobre el cemento de un aeródromo de la 2ª Guerra Mundial al que el tiempo (70 años ya), varias remodelaciones y algunas de las más brillantes disputas de la Fórmula 1 desde 1950 lo convirtieron en uno de los templos más consagrados de la competición.
Quedan, sin embargo, varias generaciones de la mejor y más entendida masa de aficionados, que cada verano, haga frío o calor, acuden en masa buscando el espectáculo de ruido y furia que después comentarán en algún pub, con juego de dardos y pintas de tibia cerveza (of course).
Imposible no describir el paisaje antes de la batalla en este año 2018 en el que, por fin, superada en Ferrari la crisis que detonó Fernando Alonso con su marcha de Maranello y situada Mercedes en un plano de mayor igualdad respecto a sus rivales, nos están ofreciendo un espectáculo de redención de una Fórmula 1 que vimos agotada y ahora parece dispuesta a renovarse.
Con esa expectativa y el sol regalando un brillo poco habitual en la comarca, se fueron llenando las gradas en las sesiones “libres” y “qualy” del viernes y sábado, reventando el domingo la capacidad del viejo Silverstone (340.000 espectadores), bajo la promesa de asistir a una gran batalla.
Una vez más, Lewis Hamilton (Mercedes) había marcado una “pole” prodigiosa, situando en 1 m 25,892 s el nuevo récord del circuito, a muy pocas milésimas del Ferrari de Sebastian Vettel, que lideraba la clasificación con un solo punto de ventaja antes de esta 10ª prueba.
Por detrás, se alternaban Valtteri Bottas (Mercedes) y Kimi Räikkönen (Ferrari), dispuestos los dos finlandeses a hacer valer sus méritos en la disputa.
Un peldaño inferior en la parrilla era ocupado por los Red Bull de Max Verstappen (renacido tras su triunfo en el anterior GP de Austria) y Daniel Ricciardo, aunque ambos eran conscientes de que su monoplaza no sería tan competitivo en esta jornada.
Kevin Magnussen y Romain Grosjean supieron colocar su Haas-Ferrari inmediatamente después, con Charles Leclerc (Sauber) y Esteban Ocon (Force India) cerrando los lugares de honor en la salida.
Ya en el puesto 13 aparecía Fernando Alonso (McLaren), fuera de la Q3, reivindicando el asturiano esta posición como una de sus mejores “performances” de clasificación con el material de que dispone a estas alturas (qué desastre), mientras que Carlos Sainz Jr (Renault) arrancaría desde la posición 16, cinco puestos detrás de su compañero en Renault, Nico Hülkenberg.
En ese ambiente de fiesta grande, en el que incluso los aviones de la “RAF” viste ahora con los colores de su bandera los cielos en los que hace muchos años hubo de disputar la “Batalla de Inglaterra”, se apagaron los semáforos y miles de ojos atónitos contemplaron la indecisión de Lewis Hamilton (Mercedes) en la arrancada, mientras un velocísimo Sebastian Vettel (Ferrari) se colocaba en cabeza llegando a la primera curva.
Rebasado también por su compañero, Valtteri Bottas (Mercedes), la carrera se le pondría cuesta arriba al tetracampeón cuando Kimi Räikkönen (Ferrari) le tocaba en la rueda trasera derecha y quedaba fuera del trazado (el incidente le costaba a Räikkönen una penalización de 10 segundos que cumplía en su primera parada en “pit lane”).
Relegado a los últimos lugares y temiendo lo peor en su comunicación por radio (“mi coche está roto”), Lewis Hamilton habría de comprobar que no eran ciertos sus temores y que tenía por delante más de 50 vueltas a ese circuito talismán para intentar la remontada.
Hasta los aficionados más expertos dejaban en silencio las gradas de Silverstone, para que fuera el rugir del motor de la “Flecha de plata” el que les devolviera la esperanza de ver a su ídolo intentar el más difícil todavía.
En la vuelta 13, la línea de boxes comenzaba a recibir a los primeros monoplazas para cambiar neumáticos, montando la dureza de sus compuestos de goma según sus estrategias (todos los “pit stops”).
Entretanto, los 5.891 metros del trazado británico se convertían en el escenario de algunos adelantamientos al límite, hasta que, en la vuelta 32, el accidente de Marcus Ericcson (Sauber) levantaba un clamor en la grada, viendo en el inminente “Safety Car” la ocasión de un reagrupamiento en el que se abrirían nuevas posibilidades para Lewis Hamilton (Mercedes).
Los dos pilotos de Ferrari y varios más, entre ellos Fernando Alonso (McLaren), aprovechaban para realizar su segunda monta de neumáticos “blandos”, mientras los estrategas de Mercedes, calzados con compuesto “medio” mantenían a los suyos en pista.
Cuando se retiraba el “Coche de Seguridad”, Valtteri Bottas (Mercedes) era quien encabezaba la carrera y Max Verstappen (Red Bull) protagonizaba un prodigioso adelantamiento sobre Kimi Räikkönen (Ferrari) por la línea exterior de la curva de “Luffield” para recuperar la cuarta plaza.
Unos instantes después, Romain Grosjean (Haas) se llevaba por delante a Carlos Sainz Jr (Renault) cuando el piloto español realizaba un atrevido adelantamiento por la línea exterior de “Copse”, momento en el que el “Safety Car” debía entrar por segunda vez en acción.
Cuando ambos monoplazas eran retirados de la puzolana, la carrera se reanudaba con un nuevo estirón de Valtteri Bottas (Mercedes) y se producía una encarnizada batalla entre los monoplazas de Mercedes y Ferrari a escasas 10 vueltas del final.
Un espectacular trompo de Max Verstappen (Red Bull) alejaba definitivamente al joven piloto holandés de los puestos de podio, mientras Sebastian Vettel (Ferrari) conseguía superar a Valtteri Bottas (Mercedes) en un espectacular adelantamiento a 5 vueltas del final.
Vettel aprovechaba la mejor adherencia de sus neumáticos de compuesto “blando” para arrebatar el liderato a un Bottas que calzaba unos neumáticos de compuesto “medio” ya deteriorados en su agarre, siendo incapaz de defender también la posición frente a Lewis Hamilton (Mercedes) y Kimi Räikkönen (Ferrari).
Con semejante remontada desde la última posición, Lewis Hamilton arrancaba los aplausos y la nominación de “piloto del día” de esa afición que sabe agradecer como ninguna la emoción de las grandes batallas, aunque volvía a perder algunos puntos extra frente a su principal rival por el título.
El nuevo triunfo de Sebastian Vettel (Ferrari) y la segunda plaza de Lewis Hamilton (Mercedes), acompañados de Kimi Räikkönen (Ferrari) en la ceremonia del podio, son la mejor prueba de que aún son posibles jornadas como la que han disfrutado hoy esos aficionados que, año tras año, cumplen con el rito litúrgico de la Fórmula 1, siempre fieles, siempre esperando días como este.
Quiero resaltar también el 8º puesto de Fernando Alonso (McLaren), dándolo todo con un monoplaza que no está a su altura, mientras que Sergio Pérez (Force India) conseguía sumar un punto tras sufrir un trompo en la primera curva y remontar desde la última posición de carrera.
CLASIFICACIÓN FINAL GP DE GRAN BRETAÑA 2018
1º Sebastian Vettel (Ferrari), 52 vueltas en 1 h 27 m 29,7 s
2º Lewis Hamilton (Mercedes), a 2,2 s
3º Kimi Räikkönen (Ferrari), a 3,6 s
4º Valtteri Bottas (Mercedes), a 8,8 s
5º Daniel Ricciardo (Red Bull-TAG Heuer Renault), a 9,5 s
6º Nico Hülkenberg (Renault), a 28,2 s
7º Esteban Ocon (Force India-Mercedes), a 29,9 s
8º Fernando Alonso (McLaren-Renault), a 31,1 s
9º Kevin Magnussen (Haas-Ferrari), a 33,1 s
10º Sergio Pérez (Force India-Mercedes), a 34,7 s
NOTA: Pierre Gasly (Toro Rosso) cruzaba la bandera de cuadros en décima posición, pero era penalizado con 5 segundos por causar una colisión con Sergio Pérez.