Verstappen y Hamilton repitieron. GP de México 2018
Con su segunda victoria consecutiva en el Autódromo Hermanos Rodríguez de Ciudad de México y quinto triunfo de su palmarés en la Fórmula 1, Max Verstappen (Red Bull) nos está dejando un mensaje muy claro.
Él mismo, Lewis Hamilton y Sebastian Vettel van a ser los únicos de la parrilla con ese gramo más de genialidad necesario para luchar por los títulos, ahora que Fernando Alonso, decepcionado, se despide de la Fórmula 1, dispuesto a buscar nuevas victorias y títulos en otros horizontes.
El joven holandés, tras algún tropiezo desastroso a principios de temporada, está demostrando en este final de campeonato que, como los personajes de Tom Wolfe, “tiene lo que hay que tener” para llevarse la victoria.
Ha sido un rapto de audacia que le llevó a dominar las tandas de entrenamientos “Libres” y a quedarse en “”Qualy” a tan solo 26 milésimas de segundo de su compañero en Red Bull, un Daniel Ricciardo que marcó una estratosférica “pole” en 1 m 14,759 s durante los últimos instantes de la “Q3”.
Con los dos Red Bull en las posiciones P1 y P2, Ricciardo y Verstappen ocupaban la primera línea de parrilla, seguidos por Lewis Hamilton (Mercedes), Sebastian Vettel (Ferrari), Valtteri Bottas (Mercedes), Kimi Räikkönen (Ferrari), Nico Hülkenberg (Renault), Carlos Sainz Jr (Renault), Charles Leclerc (Sauber) y Marcus Ericsson (Sauber), mientras Fernando Alonso (McLaren) arrancaría desde P12, de nuevo condicionado por la escasa competitividad de su monoplaza.
Lewis Hamilton (Mercedes) llegaba al trazado mejicano con la preocupación de cuidar la integridad de su “Flecha de plata” y convertirse en pentacampeón del mundo si cruzaba la meta no más allá de la séptima posición.
A la vista de los resultados que el piloto británico venía encadenando en esta última mitad de temporada, el objetivo parecía sencillo y el premio le llevaría a ascender, por quinta vez, al Olimpo de los campeones.
Igualaría con ello los cinco campeonatos del mundo que había conquistado otro de los dioses indiscutibles de la F1, aquel legendario Juan Manuel Fangio que hubo de enfrentarse, con 46 años de edad, a la que quedó señalada como “La carrera de los Dioses”, el 4 de Agosto de 1957 en el “Infierno verde” del viejo Nürburgring.
En aquella ocasión, el “Chueco” hubo de enfrentarse a lo imposible, con su Maserati 250F sobrepasando todos los límites, armado con la “concentración y voluntad de vencer” necesarias para crear un ánimo de victoria por el que declaró posteriormente: “Aquel día yo estaba decidido y preparado para todo”.
No lo tenía tan difícil, a priori, Lewis Hamilton (Mercedes) y quizá por ello no podremos incluir este GP de México 2018 entre los más emocionantes.
Imposible la emoción cuando las tácticas para la conservación de los neumáticos en las 71 vueltas del recorrido obligaban a los equipos a desplegar estrategias conservadoras que les llevaran a sus objetivos.
En esas condiciones, Max Verstappen (Red Bull) le disputó a Lewis Hamilton (Mercedes) la frenada en la primera curva, sabiendo que el piloto británico no iba a arriesgar allí la posibilidad de alcanzar ese día su quinto título por demostrar, una vez más, la garra de su ADN ganador. La Gloria y la Victoria le esperaban llegando entre los siete primeros a la bandera de cuadros.
Por ello la verdadera disputa de la carrera empezaba y acababa en esos escasos 900 metros que separan la línea de partida de la primera curva, seguida de la retorcida “chicanne” en la que un tropiezo de Esteban Ocon (Force India) contra Nico Hülkenberg (Renault) proyectaba una lluvia de piezas de fibra de carbono que acababan dañando uno de los radiadores de refrigeración del McLaren de Fernando Alonso, llevando al piloto español a una nueva y triste retirada en la vuelta 4.
También en esos primeros momentos, un Sebastian Vettel agónico intentaba asaltar la cabeza sin conseguirlo, al tiempo que provocaba un ligero toque de su Ferrari, rueda con rueda, con el Mercedes de Valtteri Bottas.
Con el “VSC” (“Safety Car Virtual”) activado mientras se recogían los restos del alerón de Esteban Ocon (Force India) y se retiraba el monoplaza de Fernando Alonso (McLaren), la carrera se relanzaba con apenas 8 vueltas consumidas, momento en el que los neumáticos de varios participantes, entre ellos Hamilton, Bottas y Räikkönen, comenzaban a dar muestras de “graining”, obligando a los pilotos a ralentizar el paso por las curvas más rápidas del circuito.
Las paradas para cambiar gomas habían comenzado ya desde la vuelta 10 y, dentro de esta táctica conservadora, los dos pilotos de Mercedes eran de los primeros, pasando ambos por el “pit lane” en la vuelta 11 (todos los “pit stops”).
Entradas y salidas que se producirían mientras se iban consumiendo las 71 vueltas del GP, con escasas alternativas, algunos bonitos adelantamientos de Verstappen (Red Bull) Hamilton (Mercedes) Ricciardo (Red Bull) o Vettel (Ferrari) y algunos damnificados que debían abandonar por diferentes averías mecánicas, entre ellos Fernando Alonso (McLaren) en la vuelta 4, Carlos Sainz Jr (Renault) en la vuelta 29 y Sergio Pérez (Force India) en la vuelta 38.
La suerte abandonaba también a Daniel Ricciardo (Red Bull) en la vuelta 62, sufriendo una avería en el embrague de su monoplaza (quizá uno de los motivos de su mala arrancada) que le dejaba fuera de carrera cuando estaba colocado en segunda posición (Verstappen había sufrido una avería similar durante los entrenamientos libres del viernes).
Era la octava vez en la temporada que el “aussie” tenía una avería en carrera y la decepción le llevaba a renegar de su suerte y a gritar enrabietado “odio mi coche”.
Por el contrario, Max Verstappen (Red Bull) caminaba hacia la victoria sin oposición, controlando cualquier intento de aproximación desde la arrancada y con Sebastian Vettel (Ferrari) y Kimi Räikkönen (Ferrari) acompañándole en el luminoso podio.
La cuarta plaza de Lewis Hamilton (Mercedes) era suficiente para que el británico pudiera celebrar su quinto título, mientras que su compañero, Valtteri Bottas (Mercedes), pasaba la meta en el sexto puesto, ya con vuelta perdida.
Aún sin alcanzar el podio y sin coronas de laurel en el cuello (ya apenas se estilan), Lewis Hamilton ha vuelto a estrenar en México su quinto entorchado, para el que ha tenido que trabajar duro, pero sin tener que sobrepasar los límites ni el riesgo asumido por aquel inolvidable Juan Manuel Fangio al que hoy iguala en su ascenso al Olimpo.
De esta forma quedará también para la historia que, solo un año después, Max Verstappen repitió victoria y Lewis Hamilton volvió a conquistar el título sobre el Autódromo Hermanos Rodríguez, como ya lo hicieron en el GP de México 2017.
CLASIFICACIÓN FINAL GP DE MÉXICO 2018
1º Max Verstappen (Red Bull-Tag Heuer Renault), 71 vueltas en 1 h 38 m 28,8 s
2º Sebastian Vettel (Ferrari), a 17,3 s
3º Kimi Räikkönen (Ferrari), a 49,9 s
4º Lewis Hamilton (Mercedes), a 1 m 18,7 s
5º Valtteri Bottas (Mercedes), a 1 vuelta
6º Nico Hülkenberg (Renault), a 2 vueltas
7º Charles Leclerc (Sauber-Ferrari), a 2 vueltas
8º Stoffel Vandoorne (McLaren-Renault), a 2 vuelta
9º Marcus Ericsson (Sauber-Ferrari), a 2 vueltas
10º Pierre Gasly (Toro Rosso-Honda), a 2 vueltas
Pole Position: Daniel Ricciardo (Red Bull-Tag Heuer Renault), en 1 m 14,759 s
Vuelta rápida en carrera: Lewis Hamilton (Mercedes), vuelta 65 en 1 m 18,741 s