Max y Honda ganan en Red Bull Ring. GP Austria 2019
Lo acontecido en el GP de Austria 2019 podría haberse titulado de muchas maneras. Además de “Max y Honda ganan en casa de Red Bull”, a este Abuelete del M3 le vienen a la mente varios titulares más: “Verstappen acaba con el aburrimiento en la F1”… “Verstappen devuelve la victoria a Honda”… “Verstappen arriesga y gana”… “Verstappen vs Leclerc, duelo entre las cumbres”… “Verstappen le robó la victoria a Leclerc”… “El día que triunfó Mad Max”… “Verstappen vence con polémica”… “La victoria de Verstappen que no se atrevieron a quitarle los comisarios deportivos”…
Tenía que llegar la cita al circuito Red Bull Ring de Spielberg para que el espíritu de Red Bull le diera alas nuevas a una Fórmula 1 alicaída ante el dominio aplastante de un Lewis Hamilton a quien, sin embargo, no le ha sentado demasiado bien este paisaje entre montañas.
Rodeado de cumbres, su trazado es un vertiginoso carrusel con pronunciadas rampas donde los motores tienen que dar todo lo que llevan dentro, superando primero la “curva Niki Lauda” (rebautizada en este GP en honor al recientemente fallecido piloto austriaco) y, después, el repechón hasta “Remus”, para lanzarse por un tobogán con la altura de un edificio de 15 plantas, 63 metros de desnivel que necesitan agallas y pocos frenos, aunque la “curva 4” obligue a parar hasta 60 km/h en un trazado que, por su escaso metraje y configuración, resulta ser un experimento salvaje solo para valientes.
Porque valor es lo que necesita esta F1 para volver a los buenos tiempos y, aunque abunde en los veinte elegidos de esta parrilla, son ahora Max Verstappen (Red Bull) y Charles Leclerc (Ferrari), después de su exhibición en la carrera, los máximos exponentes de ello.
El piloto monegasco de Ferrari, porque la “Scuderia” necesita volver a los laureles como lo hizo Niki Lauda, ayer tan presente en el recuerdo (los organizadores regalaron en todas las sillas de las gradas unas gorras rojas en homenaje al triple campeón).
Y Max Verstappen, porque no podía defraudar en casa de Red Bull a miles de compatriotas holandeses que se desplazaron hasta el circuito austriaco para teñir con el color naranja de sus camisetas las gradas de este Gran Premio.
Charles Leclerc (Ferrari) comenzaba dominando en los “Libres” y también en la “Qualy”, marcando en “Q3” un inaccesible crono (1 m 03,003 s) que rendía a Lewis Hamilton (Mercedes) y al propio Max Verstappen (Red Bull), su acompañante finalmente en la primera fila de parrilla, tras la penalización de tres posiciones impuesta al piloto de Mercedes por estorbar a Kimi Räikkönen (Alfa Romeo) durante su vuelta de clasificación.
Con la primera línea ocupada por los dos jóvenes “gallitos”, la segunda la formaron Valtteri Bottas (Mercedes) y Lewis Hamilton (Mercedes), ascendido el británico un puesto por la sanción de 5 posiciones impuesta a Kevin Magnussen (Haas) al tener que sustituir la caja de cambios.
La P5 era ocupada por un brillante Lando Norris (McLaren), por delante de los dos pilotos de Alfa Romeo, Kimi Räikkönen (P6) y Antonio Giovinazzi (P7), mientras Pierre Gasly (Red Bull), Sebastian Vettel (Ferrari) y el penalizado Kevin Magnussen (Haas) cerraban las diez primeras plazas de la parrilla.
Cuando su compañero de equipo marcaba la “pole”, Sebastian Vettel sufría un problema de presión en su propulsor que le impedía ni siquiera disputar la posición durante la “Q3”.
El cambio de varios elementos en su unidad de potencia imponía también una penalización a Carlos Sainz Jr. (McLaren) que le relegaba a las últimas posiciones de la parrilla (P19).
En el momento ceremonial, antes del inicio de carrera, se podía sentir mucho calor en el asfalto y también se veía mucho color en las gradas, con todos los asistentes tocados en “Rojo Lauda” en homenaje al héroe y con los bólidos que le llevaron a la gloria presentes en la celebración (Ferrari 312T de 1974 y el McLaren-TAG Porsche MP4/2 de 1984).
Todo hacía presentir que estábamos a punto de ver algo bien distinto a lo que ha venido ocurriendo hasta ahora y eso es lo que vimos cuando se apagaron los cinco semáforos rojos.
El Ferrari de Charles Leclerc salía disparado hacia esa primera curva rebautizada con el nombre de Niki Lauda y Max Verstappen (Red Bull) se quedaba literalmente clavado en el momento de la arrancada (al activar por error el sistema anticalado), siendo adelantado por los dos monoplazas de Mercedes, el McLaren de Lando Norris (que llegaba a colocarse tercero en la primera vuelta), el Alfa Romeo de Kimi Räikkönen, el Ferrari de Sebastian Vettel y también el Red Bull de Pierre Gasly, que le arrebataba la séptima plaza en la salida del cerrado giro de “Remus”.
Hundido momentáneamente hasta la P8, el indomable Max, el hombre joven que llegó para revolucionar la F1, daba comienzo a su remontada.
Pero también Sebastian Vettel (Ferrari) se encontraba en clave de remontada, empujando más que nunca para espantar sus propios fantasmas, mientras Carlos Sainz Jr (McLaren) hacía lo propio desde su retrasada posición en parrilla de salida, intentando dar caza a un compañero de equipo, Lando Norris (McLaren), que está brillando con luz propia en lo que llevamos de temporada, otro más de los futuros animadores de la Fórmula 1.
No tengo espacio para relatar un vuelta a vuelta, pero imaginad la carrera más parecida a una verdadera batalla, con adelantamientos, acosos, tapones y lances a todos los niveles, siendo Charles Leclerc (Ferrari) el único al que no parecía inquietarle nadie.
Pero ninguno empujaba en este Gran Premio como Max Verstappen (Red Bull), arrasador con ese bólido al que ahora impulsa hasta lo más alto el motor Honda, cumplido el inevitable ciclo de cinco años con el que esta maldita competición castiga a los osados que pretendan acortar con atajos tecnológicos lo que es un hecho palpable en su historia.
Se quemaron recursos y capacidad de espera, en donde Fernando Alonso pagó un alto precio a lo largo de su carrera, primero con Ferrari y después con McLaren-Honda. Ahora tiene que ver desde la barrera cómo fructifican proyectos en los que se quemaron capacidades superiores y dosis de paciencia, urgido por el inevitable fantasma del tiempo que ha marcado el fin de una época.
Poco después de la vuelta 20 comenzaba el baile en “pit lane” entre los pilotos de cabeza, con estrategias diversas a una sola parada, siendo Vettel (Ferrari), Sainz Jr (McLaren), Ricciardo (Renault) y Magnussen (Haas) los únicos que realizarían una doble parada (todos los “pit stops”).
Y en ese primer cambio de neumáticos volvía a quedar patente cierto nerviosismo y falta de coordinación de los hombres de Ferrari, que tardaban nada menos que 6,1 segundos en cambiarle a Sebastian Vettel unos neumáticos que no tenían preparados, perdiendo así 2,6 segundos en su lucha directa contra Valtteri Bottas (Mercedes).
Las cosas volvían a jugar en contra de Vettel (Ferrari) en la vuelta 50, cuando un imparable Max Verstappen (Red Bull) le arrebataba la tercera posición provisional, con ayuda del “DRS” y favorecido por sus neumáticos 10 vueltas más frescos.
Perseguido por un Lewis Hamilton (Mercedes) que estaba a 13 segundos (P5) y montaba neumáticos de compuesto duro más frescos, Sebastian Vettel (Ferrari) decidía entonces realizar una segunda parada en “pit lane” al completar la vuelta 50, para montar neumáticos nuevos de compuesto blando.
Unos giros después (vuelta 56), Max Verstappen (Red Bull) se situaba a la estela de Valtteri Bottas (Mercedes) y daba cuenta de su adversario ya en la segunda apurada de frenada.
El fuego de Verstappen y el impulso de esos seguidores que tintaban las gradas de naranja ayudaban al impetuoso piloto holandés a marcar todas las vueltas rápidas y a recortar la cómoda ventaja que parecía haber alcanzado Charles Leclerc (Ferrari) en el liderato.
En la vuelta 65, Max Verstappen (Red Bull) se colocaba ya a 2 segundos del líder y los atónitos espectadores se disponían a presenciar uno de los mejores duelos entre dos jóvenes leones con un “máster” aprendido sobre ataque y defensa.
En la vuelta 68, Verstappen adelantaba a Leclerc por el interior en la frenada de la curva 2, pero Charles volvía a recuperar la primera posición en la salida, al aprovechar la mejor tracción que tenía por la línea exterior.
Una vuelta después, Max volvía a repetir la misma jugada, frenando por un interior que su rival dejaba algo desprotegido, aunque en esta ocasión se iba a ir largo para tapar el hueco a Leclerc, arrinconando a su rival hacia el exterior de una curva donde no existen muros de hormigón ni puzolanas.
Verstappen cerraba así el paso a Leclerc y ambos se tocaban en la maniobra, abriendo la polémica investigación por parte de los comisarios deportivos que finalmente no cambiaría nada.
Vencida su resistencia, Charles Leclerc (Ferrari) vería escaparse de nuevo ese primer triunfo con el que ya ha flirteado en anteriores carreras, siendo Max Verstappen (Red Bull) el que subiría a lo más alto del podio y obtendría su sexto triunfo en Fórmula 1, ganando para Red Bull a domicilio por segundo año consecutivo y conquistando también la primera victoria de los motores Honda tras su vuelta en 2015.
Valtteri Bottas (Mercedes) completaba un podio que se le escapaba por menos de un segundo a Sebastian Vettel (Ferrari), que previamente se daba el gustazo de adelantar en la penúltima vuelta a un Lewis Hamilton (Mercedes) que no encontró el ritmo en toda la carrera (ambos monoplazas de Mercedes padecieron problemas de sobrecalentamiento en su unidad de potencia).
Excelente P6 de Lando Norris (McLaren), por delante de un discreto Pierre Gasly (Red Bull) y un satisfecho Carlos Sainz Jr (McLaren), que conseguía remontar desde la P19 de salida y protagonizaba un buen número de adelantamientos en pista.
Con el champán del podio ya descorchado, todavía habría que esperar casi tres horas para que los comisarios deportivos decidieran sobre el incidente entre Verstappen y Leclerc, dejando finalmente la maniobra en un “lance de carrera”.
Tal decisión dejaba abierta la polémica, tras las sanciones impuestas a Sebastian Vettel (Ferrari) y Daniel Ricciardo respectivamente en los anteriores GP de Canadá y GP de Francia o recordando la penalización de 10 segundos que le impusieron solo hace unos años a Nico Rosberg por realizar una maniobra similar sobre Lewis Hamilton en la misma curva (GP de Austria 2016).
Lucha, enfrentamiento, adelantamientos, velocidad, vencedores, vencidos y polémica forman parte del espectáculo de la Fórmula 1, que en esta carrera nos ha dejado, por fin, los momentos de emoción que llevábamos esperando con ansia desde el comienzo de la temporada.
CLASIFICACIÓN FINAL GP DE AUSTRIA 2019
1º Max Verstappen (Red Bull-Honda), 71 vueltas en 1 h 22 m 01,8 s
2º Charles Leclerc (Ferrari), a 2,7 s
3º Valtteri Bottas (Mercedes), a 18,9 s
4º Sebastian Vettel (Ferrari), a 19,6 s
5º Lewis Hamilton (Mercedes), a 22,8 s
6º Lando Norris (McLaren-Renault), a 1 vuelta
7º Pierre Gasly (Red Bull-Honda), a 1 vuelta
8º Carlos Sainz Jr (McLaren-Renault), a 1 vuelta
9º Kimi Räikkönen (Alfa Romeo-Ferrari), a 1 vuelta
10º Antonio Giovinazzi (Alfa Romeo-Ferrari), a 1 vuelta
Pole Position: Charles Leclerc (Ferrari), en 1 m 03,003 s
Vuelta rápida en carrera: Max Verstappen (Red Bull), vuelta 60 en 1 m 07,475 s