“Undercut” entre compañeros. GP de Singapur 2019
Viendo la cara radiante de alegría de Sebastian Vettel (Ferrari), levantando orgulloso el trofeo que certificaba su victoria en el GP de Singapur, y el semblante de Charles Leclerc (Ferrari), abatido por la tristeza y el rictus de incredulidad por el momento que le tocaba vivir, vinieron a mi memoria imágenes de un tiempo pasado en el que me apasionaba el boxeo.
Recordaba la mirada perdida de algún púgil que, siendo favorito, veía cómo el árbitro levantaba en alto el puño del rival que había sabido cazarle con el “uppercut”, un gancho demoledor de abajo/arriba, como un relámpago, que llega cuando se descuida un instante la guardia y queda abierta la entrada a la mandíbula.
Así había llegado en la vuelta 20 el “undercut” que el ingeniero de estrategia de Ferrari, el español Iñaki Rueda, había diseñado para que Sebastian Vettel (Ferrari) pudiera adelantar a Lewis Hamilton (Mercedes).
Relegando a Charles Leclerc (Ferrari) en su prioridad como líder indiscutible hasta ese momento, el estratega ordenaba la entrada en “pit lane” del piloto alemán, que viajaba en 3ª posición, en una carrera manipulada hasta lo inadmisible por las órdenes de unos ingenieros de pista marcando un ritmo tan lento que desvirtuaba cualquier mérito.
Sin querer encontrar secretas intenciones en la acción del estratega de Maranello, Sebastian Vettel (Ferrari) devoraba el asfalto con las gomas nuevas y conseguía arrebatarle a su compañero la posición tras su paso por el “pit lane”, tan solo una vuelta después.
Con Pierre Gasly (Toro Rosso), Daniel Ricciardo (Renault), Lance Stroll (Racing Point) y Antonio Giovinazzi (Alfa Romeo) por delante, los tres con parada pendiente, ninguno de ellos sería obstáculo en el camino que se abría ahora ante los dos Ferrari para firmar su primer doblete desde el GP de Hungría 2017, consiguiéndolo en un trazado urbano donde sus 23 curvas (varias de ellas de 90º) y una tremenda carga aerodinámica señalaban como favoritos a las “Flechas de plata” de Lewis Hamilton y Valtteri Bottas e incluso al Red Bull de Max Verstappen.
Pero, la temporada 2019 está siendo muy distinta a las anteriores y el despertar de Ferrari resulta una bendición para el futuro de la Fórmula 1, que llega tardío, pero cargado de futuro si los de Maranello consiguen darle a Charles Leclerc y a Sebastian Vettel el “arma” que llevan prometiendo desde hace más de una década.
Aunque viendo el resultado de los entrenamientos “Libres” no parecía muy probable, cuando llegó la hora de la verdad apareció un Charles Leclerc (Ferrari) que dominaba la “Q2” y “Q3” de forma incontestable, imponiéndose a Lewis Hamilton (Mercedes) por 0,191 segundos.
Tras ellos se situarían en la tabla de tiempos Sebastian Vettel (Ferrari), Max Verstappen (Red Bull), Valtteri Bottas (Mercedes), Alex Albon (Red Bull), Carlos Sainz Jr (McLaren), Daniel Ricciardo (Renault), Nico Hülkenberg (Renault) y Lando Norris (McLaren), que tras las posteriores penalizaciones de Daniel Ricciardo (por exceder el límite de potencia en su unidad “MGU-K”) y Sergio Pérez (por cambiar la caja de cambios de su Racing Point) colocaba a Antonio Giovinazzi (Alfa Romeo) en las diez primeras posiciones de parrilla.
Si la tensión previa a la salida convierte este instante en un momento mágico de la Fórmula 1, cualquier observador que lo contemplara desde algún lugar en el espacio quedaría fascinado con el espectáculo nocturno ofrecido por el circuito urbano de Marina Bay.
Evocación de un “Blade Runner” sin lluvia, bajo las siluetas de rascacielos con arquitecturas imposibles, los veinte bólidos convertidos en relámpagos arrancaban tan encendidos como los millones de watios que les iluminaban.
Charles Leclerc (Ferrari) ponía toda la atención para que nadie le robara la primera posición y el grupo se estiraba de manera limpia tras pasar por la primera chicane.
Pocas curvas después, Nico Hülkenberg (Renault) se tocaba con Carlos Sainz Jr (McLaren) y le pinchaba la rueda trasera derecha, obligando al madrileño a realizar una temprana parada en boxes que arruinaba ya el resto de una carrera en la que tenía fundadas esperanzas de sumar un buen puñado de puntos.
Mientras tanto, Lewis Hamilton (McLaren) se tenía que emplear a fondo para defenderse de los ataques de un Sebastian Vettel (Ferrari) que le enseñaba el morro de su monoplaza en cada curva, hasta que el piloto británico conseguía estabilizar su segunda posición y comenzaba la caza de Leclerc (Ferrari), aunque sin conseguir despegarse de la estela de Vettel (Ferrari).
Venían a continuación unas vueltas en las que los cálculos de los estrategas se imponían al deseo natural de los pilotos de explotar a fondo sus máquinas, provocando las quejas ante semejantes restricciones en pilotos como Lewis Hamilton (Mercedes), que reclamaba su derecho a desencadenar la batalla.
Pero la magia de Marina Bay no reside precisamente en el perfil de un trazado con tantas curvas lentas que complican cualquier intento de adelantamiento con sus geométricos 90 grados, aunque fogosos pilotos como Daniel Ricciardo (Renault) o Sergio Pérez (Racing Point) nos brindaban algunas interesantes luchas en pleno proceso de remontada.
El punto de inflexión en la carrera llegaba cuando Sebastian Vettel (Ferrari) y Max Verstappen (Red Bull) copiaban estrategia de “undercut” al finalizar la vuelta 19 (todos los “pit stops”), siendo el piloto alemán el que mejor se posicionaba en la jugada, al colocar su monoplaza por delante de Leclerc tan solo una vuelta después.
Era entonces cuando Charles Leclerc (Ferrari) pedía explicaciones por radio, con un tono enfadado que debió enervarle aún más cuando debía asumir las órdenes de equipo: “No hagas algo estúpido”.
A este Gran Premio le quedarían entonces numerosos incidentes que provocarían la salida del “Safety Car” hasta en tres ocasiones, agrupando así a una manada que luchaba a dentelladas cada vez que les volvían a dejar la pista libre y brindaba un buen espectáculo a los espectadores.
Cuando pasaba Sebastian Vettel (Ferrari) como vencedor bajo la bandera de cuadros, la euforia parecía desmedida en el box de la marca italiana, al conseguir su tercera victoria consecutiva de la temporada, completando con Charles Leclerc (Ferrari) un brillante doblete obtenido a base de estrategia, sin reparar en dolorosos daños colaterales para quien se perfila como soporte y alma del equipo en un futuro que ya es presente.
Lo primero siempre es el equipo, así fue en cualquier tiempo en Maranello y así continuará siendo.
Max Verstappen (Red Bull) completaba el podio de Singapur, mientras las “Flechas de plata” de Lewis Hamilton y Valtteri Bottas, sin el ritmo suficiente, se debían de conformar con la P4 y P5 respectivamente, aunque mantienen intactas sus posibilidades de obtener un doblete triunfal a final de temporada.
La victoria de Sebastian Vettel (Ferrari) supone también un importante impulso en la confianza del piloto alemán, que no subía a lo más alto del podio desde el GP de Bélgica 2018 y había sido eclipsado por los triunfos de Charles Leclerc (Ferrari) en los anteriores GP de Bélgica y GP de Italia de 2019.
Mucha lucha y escaso premio finalmente para Carlos Sainz Jr (McLaren), que terminaba en P12 tras remontar durante toda la carrera, acabando a tan solo 8,1 segundos de la P10 que le hubiera permitido, al menos, sumar un punto de recompensa a tan infructuoso esfuerzo.
CLASIFICACIÓN FINAL GP DE SINGAPUR 2019
1º Sebastian Vettel (Ferrari), 61 vueltas en 1 h 58 m 33,6 s
2º Charles Leclerc (Ferrari), a 2,6 s
3º Max Verstappen (Red Bull-Honda), a 3,8 s
4º Lewis Hamilton (Mercedes), a 4,6 s
5º Valtteri Bottas (Mercedes), a 6,1 s
6º Alexander Albon (Red Bull-Honda), a 11,6 s
7º Lando Norris (McLaren-Renault), a 14,7 s
8º Pierre Gasly (Toro Rosso-Honda), a 15,5 s
9º Nico Hülkenberg (Renault), a 16,7 s
10º Antonio Giovinazzi (Alfa Romeo-Ferrari), a 27,8 s
Pole Position: Charles Leclerc (Ferrari), en 1 m 36,217 s
Vuelta rápida en carrera: Kevin Magnussen (Haas-Ferrari), vuelta 58 en 1 m 42,301 s