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Un león llamado Max. GP de Brasil 2019

Un relato de El Abuelete del M3 - 20 noviembre 2019

En el podio de Interlagos, dos “jóvenes leones” de la “escuela Red Bull” levantaban sus trofeos, tras once vueltas de locura que marcaron en final de una carrera digna de mantener en el recuerdo. Max Verstappen (Red Bull) como ganador de la prueba y Pierre Gasly (Toro Rosso) celebrando sobre el segundo escalón su primer podio en la Fórmula 1.

El eufórico piloto francés conseguía pasar bajo la bandera de cuadros a tan solo 0,062 segundos de Lewis Hamilton (Mercedes) que, una hora después, sería penalizado con 5 segundos por tocar a Alexander Albon (Red Bull) en la penúltima vuelta (cuando ambos luchaban por el segundo puesto), dejando así la tercera posición a un brillante Carlos Sainz Jr (McLaren) que firmaba también su primer podio en la especialidad, otro “león” nacido en la misma manada de las bebidas energéticas.

Aunque el piloto español subiera a recoger su trofeo cuando ya los focos se habían apagado, el brillo de su hazaña mantenía todo el esplendor del trabajo bien hecho, habiendo remontado desde la última posición de salida hasta la tercera plaza del podio.

Ni una vuelta pudo dar Sainz en la “Qualy”, donde su unidad de potencia le dejó tirado en el momento de salir a clasificación y debió esperar la autorización de los comisarios deportivos para poder tomar la salida desde la última casilla de la parrilla, respirando hondo, latiendo fuerte, arañando zarpazo a zarpazo posiciones a unos rivales que también enseñaban dientes y garras.

 

 

 

 

 

No es Brasil tierra de leones, pese a su inmensa selva, pero sí lugar de deslumbrantes peleas cuando el Gran Circo de la F1 planta su carpa sobre la pradera paulista.

Será el calor del verano austral que ya asoma, será el carácter y el recuerdo de una afición que pedía a gritos el chorro de la “mangueira” en aquel tiempo inigualable de ardientes multitudes, será que la Fórmula 1 está viva… lo que vimos este día de Noviembre fue una brava pelea de leones, una bonita carrera.

Esta crónica podría ser, aunque no lo sea, para el “National Geographic”, no me pidáis que os relate esa batalla en un “vuelta a vuelta”, habría de usar en exceso la “cámara lenta”, imposible contar todos los mordiscos y zarpazos en una lucha tan cruenta.

Sí recuerdo entre fogonazos de la memoria que Max Verstappen había colocado en “pole position” un Red Bull rápido como un relámpago, por delante del mismo Ferrari de Sebastian Vettel (P2) sobre el que el joven piloto holandés había extendido el manto de la sospecha. P3 para el Mercedes de Lewis Hamilton, flanqueado en P4 por el otro Ferrari de Charles Leclerc; en P5 el Mercedes de Valtteri Bottas y a su lado Alexander Albon sobre su Red Bull (P6), recién confirmado como piloto Red Bull para la próxima temporada; P7 para Pierre Gasly (Toro Rosso), con el Haas de Romain Grosjean a su vera (P8), siendo Kimi Raikkonen (Alfa Romeo) y Kevin Magnussen (Haas) los que cerraban el “top ten” de partida.

 

 

 

 

 

Charles Leclerc (Ferrari) había clasificado en P4, pero una penalización de 10 posiciones por cambiar elementos de su unidad de potencia le situaban en la P14 de parrilla.

Llamar “recta de salida” a un tramo del circuito de Interlagos que no es recto ni plano puede parecer una emocionante ironía, porque allí delante, a muy pocos metros del semáforo, se abre un abismo de eses, bajadas y subidas donde, infierno y gloria, se han visto las mejores victorias y las peores derrotas.

Max Verstappen (Red Bull) sabe que un “joven león” no puede distraerse y arrancaba como una exhalación cuando se apagaban los semáforos rojos, mientras Lewis Hamilton (Mercedes) lanzaba su primer zarpazo en la primera frenada para arrebatar la segunda posición a Sebastian Vettel (Ferrari).

En esta pelea donde todos rugen y si pueden muerden encontrábamos los leones más veteranos luchando contra jóvenes cachorros que arriesgaban en sus peleas para arrebatar la posición a sus “presas”.

Con 49º en el asfalto, no todos los leones sabían cuánto aguantarían sus “garras” sobre el trazado y en el box de Mercedes idearon en la vuelta 20 un “undercut” sobre Max Verstappen (Red Bull) para arrebatarle la primera posición, aunque su parada de 3,4 segundos resultó una eternidad frente a los 1,86 segundos de la respuesta energética en la vuelta 21 (todos los “pit stops”).

 

 

 

 

 

Carlos Sainz Jr (McLaren), con todo perdido y todo por ganar, apostó a una sola parada, montando compuesto “blando” hasta la vuelta 29 y neumáticos “medios” las 42 vueltas restantes, con dos “Safety Car” que le obligaron a afrontar los zarpazos de aquellos rivales que, estrategia y astucia mediante, había ido adelantando.

Con Max Verstappen (Red Bull), Lewis Hamilton (Mercedes), Sebastian Vettel (Ferrari), Charles Leclerc (Ferrari), Alex Albon (Red Bull) y Valtteri Bottas (Mercedes) situados en estas posiciones en su lucha por alcanzar la gloria, tan solo las diferentes estrategias elegidas nos hacía pensar que podrían cambiar este orden a final de carrera.

Pero nadie podía imaginar que todo iba a cambiar tan drásticamente a partir de la vuelta 52, cuando el motor Mercedes de Valtteri Bottas, humeante, le dejaba tirado en medio de la carrera.

El monoplaza, empanzado y atascado sobre una escapatoria de hierba, obligaba al director de carrera a poner sobre la pista el “Safety Car”, momento en el que varios pilotos aprovechaban para volver a montar neumáticos nuevos, entre ellos Max Verstappen y Charles Leclerc (pocas vueltas antes habían realizado su última monta Sebastian Vettel y Alexander Albon).

Cuando el “coche de seguridad” se retiraba en la vuelta 60, daba comienzo una espectacular carrera al “sprint” a once vueltas, liderada en ese momento por Lewis Hamilton (con neumáticos medios desde la vuelta 43).

 

 

 

 

 

Poco le duraba el liderato, porque Max Verstappen (con neumáticos nuevos) le metía el morro ya en la frenada y le adelantaba por el exterior de la primera curva, mientras su compañero Alexander Albon (Red Bull) hacía lo propio con Sebastian Vettel (Ferrari).

Max (Red Bull) ponía segundos por medio y escapaba de sus perseguidores en pocos giros, mientras Hamilton (Mercedes) y Albon (Red Bull) parecían los elegidos para completar el podio, ganando también tiempo a los dos pilotos de Ferrari.

En la vuelta 66, Charles Leclerc (Ferrari), con neumáticos más frescos, asestaba un zarpazo felino a su compañero Sebastian Vettel (Ferrari) en la frenada de final de recta y le arrebataba la cuarta posición y los galones por el interior de la curva. Pocos metros después, ambos pilotos protagonizarían una de las imágenes más bochornosas que hemos presenciado en el equipo que mejor representa la Fórmula 1.

Enfurecido, Sebastian Vettel atacaba de nuevo por el exterior a Leclerc y comenzaba a rebasarle con la ventaja del “DRS”, movía su trayectoria ligeramente en la recta y se tocaba con la rueda delantera derecha de su compañero, un lance inesperado que acababa con ambos pilotos fuera de carrera (con más signos de torpeza que de mala intención) y con el peor gesto de vergüenza en los garajes de Ferrari (ambos pilotos han sido citados por Mattia Binotto para dar explicaciones en Maranello).

 

 

 

 

 

Nuevo “Safety Car” en pista para retirar los monoplazas rojos, nuevo reagrupamiento de todos los agitados “leones” y tan solo dos giros por disputar cuando se reanudaba la prueba. Dos vueltas que podrían haber servido para mantener posiciones, pero que todos los viejos felinos y los jóvenes cachorros aprovecharon para asestar sus últimos zarpazos.

Max Verstappen (Red Bull) marcaba el ritmo definitivo hacia la victoria, pero Alexander Albon (Red Bull) conseguía adelantar a Lewis Hamilton (Mercedes), que en su intento de recuperar la segunda plaza acababa tocando el monoplaza de su rival y lo dejaba cruzado en medio de la pista, momento que aprovechaba Pierre Gasly (Toro Rosso) para colocarse en la segunda posición.

Hamilton afrontaba así la última vuelta al ataque del “osado” piloto francés y ambos pasaban bajo la bandera de cuadros completamente emparejados, consiguiendo Gasly su primer podio en la Fórmula 1 con 62 milésimas de segundo de ventaja respecto a Hamilton, mientras Carlos Sainz Jr (McLaren) cruzaba la meta en una cuarta posición que terminaría convirtiéndose en la tercera plaza tras la posterior sanción de Hamilton (5 segundos de penalización que le relegaban a la P7 final).

No sabemos cuántos de estos “jóvenes leones” alcanzarán la gloria y estarán en ese futuro 2030 en que el motor de combustión interna “híbrido de carbono cero” hará soñar a los aficionados de mañana con estas peleas de hoy, cuando la Fórmula 1 es aún un bello lugar de ruido y furia.

CLASIFICACIÓN FINAL GP DE BRASIL 2019

1º Max Verstappen (Red Bull-Honda), 71 vueltas en 1 h 33 m 14,6 s

2º Pierre Gasly (Toro Rosso-Honda), a 6,0 s

3º Carlos Sainz Jr (McLaren-Renault), a 8,8 s

4º Kimi Räikkönen (Alfa Romeo-Ferrari), a 9,4 s

5º Antonio Giovinazzi (Alfa Romeo-Ferrari), a 10,2 s

6º Daniel Ricciardo (Renault), a 10,5 s

7º Lewis Hamilton (Mercedes), a 11,1 s

8º Lando Norris (McLaren-Renault), a 11,2 s

9º Sergio Pérez (Racing Point-Mercedes), a 11,5 s

10º Daniil Kvyat (Toro Rosso-Honda), a 11,9 s

Pole Position: Max Verstappen (Red Bull), en 1 m 07,508 s

Vuelta rápida en carrera: Valtteri Bottas (Mercedes), vuelta 43 en 1 m 10,698 s

NOTA: Lewis Hamilton (Mercedes) cruzaba la bandera de cuadros en tercera posición, pero recibía una penalización de 5 segundos por golpear a Alexander Albon (Red Bull) en la penúltima vuelta.

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