Leche, miel, ron, canela y… Feliz Navidad 2019
En una fría madrugada de Diciembre como esta, endulzado con un templado vaso de leche, miel, ron y canela, me sentaba ante el teclado para escribir las primeras líneas de “El Abuelete del M3” en Autolimite.com, donde habían hecho para mí un huequecito en forma de Blog (“Mucha carretera por delante”) y otro con la pretensión de narrar una “Pequeña gran historia de la F1”, al que se unían como un apéndice “Los relatos del Abuelete del M3”, pues siendo uno tan “veterano” al volante le habrían ocurrido muchas cosas.
Aceptaba encantado el ofrecimiento y aquí era donde, después de plantar varios árboles y tener una mujer y cuatro hijos, iba a escribir “el libro de mi vida”, hablando de la pasión por el automóvil.
Comenzaba el proyecto con toda la emoción que se suele poner en lo nuevo y han pasado, desde entonces, ocho intensos años y nueve Nochebuenas.
No corren momentos buenos para estas empresas y en la bolsa suenan pocas monedas, pero aquí sigo contando historias, con la ilusión del primer día, sin haberme aburrido ni arrepentido ni un solo momento.
Teniendo el provenir razonablemente resuelto y el horizonte vital no tan lejano, este “Abuelete del M3” pretende seguir teniendo “mucha carretera por delante” y contarte todas las historias que los “jóvenes leones” de la F1 nos ofrecerán en la próxima temporada 2020.
Mientras cabalgo, pienso que nos acercamos a unas fronteras donde el automóvil y su deporte van a estar sometidos a unos vaivenes de tensión que ahora solo podemos imaginar, temiendo lo que se nos viene encima, en nombre de la “sostenibilidad del planeta”.
¿Será un futuro eléctrico?
¿De dónde saldrán los materiales para los miles de millones de baterías que harían falta para mover lo que hoy mueve por las carreteras el denostado petróleo?
¿Cómo se reciclarán sus desechos sin devastar el planeta?
¿De verdad será el hidrógeno una alternativa viable?
Recuerdo aquel invento español del “motor de agua” de los años 50, ahora ha vuelto y dicen que funciona. Me encantaría verlo.
Está llegando la Fórmula 1 al final de la era “híbrida” mientras se habla en algunos foros de robarle definitivamente, también a los rallies, aquel ingrediente de “ruido y furia” que estuvo más de un siglo grabado a sangre y fuego en su ADN.
No perdamos tampoco la esperanza, será el momento de preocuparnos cuando el destino nos alcance. Mientras llega, cumpliendo esta mañana ese rito de tantas madrugadas de ”leche, miel, ron y canela” que inspiran los relatos y muchas de mis crónicas de Fórmula 1, aprovecho para desearos a todos vosotros, aficionados al mundo del automóvil, una Feliz Navidad y un Feliz 2020.