El coronavirus dicta la agenda de la Fórmula 1
Pese a ser la Fórmula 1 uno de los eventos deportivos más consolidado en sus siete décadas de historia, ha tenido que ser el maldito coronavirus el que haya hecho que tiemblen sus cimientos, ésta pandemia de proporciones oceánicas la que ha cambiado por completo la agenda de la competición.
Han pasado apenas diez días de la fecha en que estaba programado el comienzo de la temporada 2020 y, a la suspensión del GP de Australia 2020, le seguían el aplazamiento de los Grandes Premios de Bahréin (22 de marzo), Vietnam (5 de abril) y China (19 de abril), al que se sumaban los Grandes Premios de Holanda (3 de mayo) y España (10 de mayo).
Posteriormente se anunciaba la anulación definitiva del GP de Mónaco (24 de mayo), disputado ininterrumpidamente desde 1955, mientras que el GP de Azerbaiyán (7 de junio) ha sido el último en posponer su fecha de celebración y el GP de Canadá (14 de junio) podría ponerse en “cuarentena”.
En medio de semejante debacle, de este mar de incertidumbres emergía el propósito de Liberty Media, propietarios de la franquicia, de intentar salvar del naufragio la temporada, con el anuncio de celebrar entre 15 y 18 eventos (en palabras de su CEO, Chase Carey).
No me preguntéis cuales, porque no lo saben ni ellos. Cualquier lista que se adelante ahora son especulaciones sin mucho fundamento, en este vaivén de fechas, posibilidades y propósitos en los que se ha convertido el “paddock” desierto de este momento.
Para encajar el mayor número de pruebas, el propósito de los organizadores, en connivencia con la FIA, los equipos de Fórmula 1 y los promotores locales, es emplear los días del habitual periodo de vacaciones (agosto) para celebrar varias carreras, modificar las fechas en el calendario original ya establecido de algunas pruebas y prolongar el período de celebración del campeonato más allá del 29 de noviembre en el que se debería disputar el último GP de Abu Dhabi (con alguna carrera ya en diciembre).
El COVID-19 lo ha contaminado casi todo y son varias las escuderías que se prestan a fortalecer el frente común para vencer al virus, orientando su potencial tecnológico a la fabricación de elementos sanitarios útiles en esta guerra.
En Gran Bretaña, un colectivo de equipos de Fórmula 1 está evaluando su apoyo en la fabricación de dispositivos respiratorios, en respuesta a la petición de asistencia del gobierno británico.
Es también el caso de la Scuderia Ferrari, que uniendo esfuerzos con Fiat, Chrysler y Marelli están montando una “joint venture” con “Siare Engineering” (especialistas en equipos médicos) para fabricar respiradores que puedan aumentar con su empleo masivo las posibilidades de sobrevivir de miles de contagiados por esta inesperada y cruel pandemia del siglo XXI.
Sumidos en la inactividad de los boxes se han producido algunos intentos de mantener la atención de la afición a esta droga tan adictiva de la velocidad, aunque el intento haya resultado fallido.
Lo que se anunciaba a bombo y platillo como “Virtual Grand Prix Series”, con la supuesta participación de pilotos titulares al volante de los simuladores, se ha quedado en un pálido reflejo de lo esperado, siendo Lando Norris (McLaren) y Nicholas Latiffi (Williams) los únicos pilotos titulares que participaban hace unos días en el GP Virtual de Bahréin.
Poco que decir de una carrera en la que el ganador era el piloto chino, Guanyu Zhou (actual piloto de Fórmula 2), a los mandos de uno de los monoplazas de Renault, siendo Nico Hülkenberg, Esteban Gutiérrez, Stoffel Vandoorne, Anthony Davidson y Johnny Herbert alguno más de los ex-pilotos de Fórmula 1 que participaron en esta prueba digital.
El coronavirus ha marcado otro de los cambios más destacados que se han producido estos días en la agenda de la Fórmula 1. El nuevo reglamento técnico establecido para 2021 va a ser pospuesto hasta 2022, un cambio plenamente justificado ante la falta de tiempo que tendrán los equipos para desarrollar los nuevos monoplazas.
Ha sido una decisión consensuada por todos los principales implicados, que dada la complicada situación financiera han decidido utilizar el mismo chasis de 2020 también para la temporada 2021, dejando abierta la posibilidad de congelar el desarrollo de otros componentes empleados en los actuales monoplazas.
Todo esto plantea interesantes dudas con respecto al mercado de pilotos (muchos de los cuales finalizan contrato en 2020) y también supondrá algún desafío extra en equipos como McLaren, que han confirmado la introducción de los motores Mercedes en la temporada 2021, como tenían previsto (en el mismo monoplaza 2020 en el que utilizan motores Renault).
El único cambio que se mantiene para 2021 es el nuevo techo presupuestario, que pasará a ser de 175 millones de dólares para todos los equipos (casi 161 millones de euros), algo que beneficiará a sus ya mermadas cuentas pero que también podría suponer una incómoda limitación, al tener que desarrollar un coche completamente nuevo para 2022.
Vienen días difíciles para todos los integrantes de este circo rutilante de la Fórmula 1, perdido ya ese brillo fetiche y “hoguera de vanidades” que supone cada año el GP de Mónaco.
Tampoco será fácil mantener la forma y concentración de los pilotos, algunos como Carlos Sainz Jr (McLaren) refugiado del virus en el gimnasio paterno. Y más difícil será aún para algunos equipos el conseguir mantener sus recursos económicos para ser competitivos.
Imposible evaluar el daño que aún pueda causar el coronavirus, este enemigo silencioso que se nos ha colado por las rendijas y resquebraja la supuesta solidez de nuestra sociedad opulenta. En este momento, nada es seguro, ni siquiera la Fórmula 1.
Entretanto, cuidemos de la salud, que es lo que verdaderamente importa.