Max Verstappen, el chico del millón de entradas
Este fin de semana se debería haber disputado el GP de Holanda de Fórmula 1 (3 de mayo de 2020), pero la maldita pandemia del COVID-19 ha obligado a su aplazamiento.
Nadie sabe, todavía, cuando dará comienzo la “normalidad” y los monoplazas podrán volver a rodar en los circuitos de todo el mundo, pero tengo claro que el GP de Holanda será una de las pruebas que los organizadores tratarán de llevar a cabo, aplicando todos los recursos que sean necesarios.
El motivo se llama Max Verstappen, el piloto holandés que, con tan solo 22 años y 8 victorias de Fórmula 1 en su palmarés, ha conseguido revolucionar la afición de millones de seguidores en su país y levantar de los asientos a millones de aficionados a la F1.
El retorno del GP de Holanda fue confirmado a lo largo de 2019 y tan solo unos días después habían ya colgado el cartel de “no hay entradas”. La avalancha de peticiones fue tal durante la “pre-venta” que los organizadores tuvieron que llegar a la solución salomónica de sortear las 105.000 entradas disponibles entre el millón de aficionados que mostraron su interés en asistir al evento.
El último GP de Holanda se disputó en 1985 sobre el circuito de Zandvoort, con triunfo de Niki Lauda (McLaren-TAG Porsche MP4/2B), acompañado en el podio por Alain Prost (McLaren-TAG Porsche MP4/2B) y Ayrton Senna (Lotus-Renault 97T). Curiosamente, aquella sería la última victoria de Niki Lauda en la F1.
Desde entonces, cinco pilotos holandeses han competido en Fórmula 1 (Jos Verstappen, Christian Albers, Robert Doornbos, Giedo van der Garde y Max Verstappen), pero ha sido el empuje de Max Verstappen el único que ha llevado a Holanda a incluir de nuevo a la Fórmula 1 entre sus principales eventos deportivos.
Aunque el Gran Circo lleva 35 años sin correr sobre el asfalto de Zandvoort, el histórico circuito no es del todo nuevo para muchos de los actuales pilotos de Fórmula 1, puesto que algunos de ellos ya conocen lo que es ganar sobre el trazado holandés. Lewis Hamilton, Valtteri Bottas y Max Verstappen subieron a lo más alto de su podio cuando corrían en Fórmula 3.
No obstante, con motivo de su vuelta al calendario de Fórmula 1, el circuito holandés ha experimentado el reasfaltado en sus 4,3 kilómetros de recorrido, el ensanchamiento de varias zonas, la ampliación de algunas escapatorias y la remodelación de tres de sus giros, destacando el pronunciado peralte (hasta 19 grados) aplicado en las curvas de “Hugenholtz” (curva 3) y “Arie Luyendijk” (en honor al piloto holandés ganador de las 500 Millas de Indianápolis en dos ocasiones).
En cualquier caso, el trazado mantiene su dibujo prácticamente idéntico al mostrado tras su profunda remodelación en 1999 y la mayor parte de las escapatorias siguen siendo de tierra (carecen de las habituales explanadas asfaltadas de los circuitos modernos) y con menos espacio que en los circuitos modernos, lo que hará pagar caro a los pilotos sus errores en pista.
El equipo Red Bull Racing, conocedor del tirón de su piloto entre los aficionados holandeses, lleva ya varios años participando activamente en el Festival de Velocidad celebrado anualmente en Zandvoort, con Max Verstappen como reclamo estrella.
Tanto es así que, en mayo de 2017, permitieron al piloto holandés marcar un récord de vuelta oficioso al volante de un Red Bull-Renault RB8, obteniendo un crono de 1 minuto 19,511 segundos.
Max Verstappen ha sido también el primer piloto en rodar al volante de un Fórmula 1 sobre el remodelado circuito de Zandvoort, solo unos días antes de viajar hacia el GP de Australia 2020 (suspendido por el coronavirus unas horas antes de dar comienzo).
La primera carrera en Zandvoort se disputó en agosto de 1949 y el circuito celebró el Gran Premio de Holanda de Fórmula 1 de manera ininterrumpida entre 1952 y 1985. Con distintos cambios en su trazado a lo largo de los años sigue siendo uno de los pocos circuitos del actual calendario de Fórmula 1 que puede presumir de tener más de siete décadas de historia, junto a Montecarlo (1929), Silverstone (1948), Spa-Francorchamps (1922), Monza (1922) e Interlagos (1940).
Dicen que un aficionado holandés hace el ruido de dos alemanes y cuatro suecos (no sabría compararlo con los aficionados españoles), pero lo cierto es que han abarrotado las gradas de la Fórmula 1 con su “manto naranja”, jaleando a ese nuevo ídolo llamado Max Verstappen.