Alonso en Sepang, a golpe de kris malayo

Para algunos “El Tigre de la Malasia” será el personaje principal de una colección de emocionantes aventuras escritas por Emilio Salgari que nos acompañaron en nuestras primeras lecturas. Para muchos, “Sandokán” será el recuerdo de una serie televisiva y una colección de cromos y algún póster que, a mediados de los 70, decoraba carpetas de colegial y humedecía los sueños de muchas quinceañeras. Desconozco si aún hoy pervive el personaje protagonizando algún videojuego.

Lo que es seguro de toda certeza es que Malaysia (así lo escribimos ahora) será siempre un hito importante en la biografía de Fernando Alonso. Allí consiguió en 2003 la primera “pole” y en su circuito había alcanzado el triunfo dos veces antes de ahora, con Renault en 2005 y con McLaren en 2007.

En Sepang tenía que ser donde el doble campeón español consiguiera ayer una de sus mejores victorias, mostrando entre sus dientes el ” kris malayo”*, ese terrible cuchillo que Sandokán y sus cachorros de Mompracem utilizaban en sus audaces golpes de mano.

Tras una Q3 muy apretada, los “sables plateados” de McLaren repiten el orden se salida de Australia, con Hamilton en la “pole” y Button soñando con repetir la jugada. Les sigue a menos de dos décimas el rapidísimo Mercedes de Schumacher, que reaparece  en rueda de prensa, anunciando que el viejo heptacampeón está ahí, en su trabajo de afinador, de regreso en su penúltimo asalto a la gloria. Webber y Vettel, 4º y 6º, con las burbujas desvaneciéndose y Kimi Raikkonen empotrado entre ellos, condenado a dar varios pasos hacia atrás, penalizado por su caja de cambios. Grosjean 7º y Nico Rosberg 8º (este chico no acaba de despegar). El 9º puesto de Alonso, transmutado en 8º, sin saber cual será su suerte a pares o impares. En la 5ª fila, 9º el “Checo” Pérez (puritito México) y 10º un Kimi retranqueado, componen la parte más despejada de una parrilla amenazada por la incógnita de la cantidad y tamaño de las lágrimas que el “Dios de la Lluvia” ha empezado a derramar.

Esta vez Hamilton no se queda pensando en su novia Nicole y Button, quizás recordando el dedito inhiesto de su Michibata, no consigue repetir el sablazo de Albert Park. Estamos en Sepang, empieza la carrera y arrecia el aguacero, Alonso presiona, su “kris” intimida y a mitad de la vuelta ya se ha colocado quinto. Grosjean y Rosberg se han diluido en la neblina y Schumacher ha recibido alguna ayudita para marcarse un trompo que le ha puesto de espaldas al triunfo.

La lluvia empieza a ser torrencial y con ello empieza también el baile en el “pit”. Massa y Pérez entran en la cuarta vuelta a por su ración de neumáticos “extremos”. Grosjean aparca marcha atrás en la puzolana y los comisarios, ni le multan ni le ayudan, ahí se queda.

Quinta vuelta, Button pone también extremos, seguido de Alonso. Después  entra Hamilton y, a continuación, sin apenas espacio entre ellos, Webber y Vettel. Al regresar a pista, el alemán comprueba entre la bruma que Fernando Alonso, con su “cavallino” resucitado bajo la lluvia, le ha dejado atrás. Y, en pleno baile, bandera roja. Aquí no acaba la carrera, pero sí esta retransmisión. En “Mucha carretera por delante” no me propongo dar testimonio de lo obvio, para eso ya está la televisión.

Puede ser que el triunfo de Alonso a orillas del Océano Índico, haya dado a alguien de Maranello un respiro aliviado, pensando que el diluvio se ha quedado en Sepang. Ganando a golpes de “kris” a sus adversarios, derrochó sangre fría ante el acoso de ese valiente  “Checo” Pérez, traído a la F1 con los millones de Carlos Slim, pero capaz, por lo que está demostrando, de amortizar rápidamente la inversión del hombre más rico del planeta.

Pero, que no se equivoquen en Ferrari. Las goteras, el agua del previsible naufragio, están posiblemente en ese túnel de viento cuyos parámetros no parecen saber interpretar correctamente y, también, en la falta de decisión para tomar el cuchillo que lleva Alonso entre sus dientes y “raaasss”, “raaasss”, cortar por lo sano.

No se pueden invocar milagros y conjunciones meteorológicas que coincidan con la fecha de todas las carreras. El calendario es largo y habrá días de lluvia, rayos y truenos, pero hay que aprender a ganar con el cielo despejado. El himno español y el del país de Garibaldi suenan más brillantes a pleno sol.

Por las razones que sean, el campeonato ha comenzado de la mejor manera posible para todos los que sentimos la pasión de la Fórmula 1. Hay emoción, igualdad, nombres nuevos llamados a llegar muy lejos y seis campeones en la pista que, cada uno a su estilo, no están defraudando.

A continuación llegan China (15 Abril), Bahrein (22 Abril) y Barcelona (13 Mayo). Tiempo suficiente para que, al comienzo de la temporada europea, unos y otros hayan podido desplegar todo el talento y recursos necesarios para evolucionar, revolucionarse o admitir que las batallas las ganan solo los mejores.

*KRIS MALAYO: arma blanca de afilada y ondulada hoja de 30 a 40 centímetros de longitud rematada con  un mango de madera curvo. Su forma irregular y la habilidad con que lo manejan los personajes malayos de los relatos de Emilio Salgari convierten al kris en un arma terrible, ideal para un audaz golpe de mano, incluso en la Fórmula 1.