Polvos y lodos en las penalizaciones de la Fórmula 1

“De aquellos polvos vienen estos lodos” versa un dicho popular, justo lo que está ocurriendo con las decisiones tomadas por los comisarios deportivos en las penalizaciones impuestas a los pilotos en los últimos Grandes Premios de Fórmula 1.

Desde hace ya un par de años, los “polvos” arrastrados por dichas decisiones (o la ausencia de ellas) se han ido convirtiendo en un pegajoso lodo que ha terminado finalmente en fanganosa polémica.

Desde mi punto de vista, todo comenzó en el GP de Austria 2019, cuando Max Verstappen (Red Bull) realizó una cuestionable maniobra de adelantamiento a Charles Leclerc (Ferrari) en la “curva 3” (“Remus”), que los comisarios deportivos no se atrevieron a sancionar e interpretaron como un simple lance de carrera (Verstappen llegó a golpear a Leclerc).

Verstappen, situado por la línea interior, tenía espacio suficiente para haber girado antes y dejar espacio a su rival, pero había hecho eso mismo en la vuelta anterior y Leclerc había vuelto a recuperar la posición, cambiando de estrategia en la siguiente intentona.

El equipo Red Bull “corría en casa” (Austria), las gradas estaban teñidas por el intenso naranja de los aficionados holandeses, la presión era grande… y los comisarios deportivos no tuvieron el valor de penalizar a Verstappen, como sí lo habían hecho anteriormente con Nico Rosberg (GP de Austria 2016), que solo unos años antes fue penalizado (10 segundos) por realizar una maniobra similar a Hamilton en el mismo circuito (Red Bull Ring) y en la misma curva (“curva 3”).

Verstappen (Red Bull) celebró entonces efusivo la victoria, mientras Leclec (Ferrari) mostraba en el podio un gesto contrariado. No entendía cómo no habían penalizado al piloto que le había forzado a salirse de la pista en una maniobra de adelantamiento en la que le llego a tocar.

El piloto monegasco pedía explicaciones al Director de Carrera sobre lo sucedido (parecía que los comisarios habían cambiado las reglas del juego) y aprendía la lección, pagando a Verstappen con la misma moneda tan solo una semana después, en el GP de Gran Bretaña 2019.

Leclerc tenía claro que los comisarios deportivos no podrían penalizarle por realizar a su rival la misma maniobra que le había costado la victoria solo unos días antes en el Red Bull Ring de Spielberg.

Definitivamente, los comisarios deportivos habían formalizado como legal una forma de adelantar que había sido penalizada anteriormente (por no dejar espacio al rival).

Al contrario de lo que muchos veían como una potenciación del espectáculo (con la maniobra de Verstappen sobre Leclerc en Austria), se había dado vía libre a una maniobra de adelantamiento fácil y rápida: el piloto que se encuentra por el interior alarga la frenada y abre la trayectoria para aprovechar toda la anchura de la pista (empujando a su rival hacia el exterior), obligando al contrincante a decelerar para no salirse fuera de la pista o llegar a tocarse.

Se había acabado así la obligación de respetar el espacio de tu adversario sobre el asfalto… me meto por dentro, te echo hacia fuera y ya te he adelantado… fácilmente.

Las habituales escapatorias asfaltadas (en la mayor parte de los circuitos) ha favorecido la situación y el nuevo procedimiento admitido por los comisarios deportivos hacía que el piloto que iba por el exterior levantara el pie del acelerador y dejara de disputar la posición para no acabar fuera de la pista, maniobra que hemos presenciado en numerosas ocasiones desde aquel primer “polvo” entre Verstappen y Leclec.

Pero, de nuevo, el lío volvió en el GP de Austria 2021, cuando Lando Norris (McLaren) realizó sobre Sergio Pérez (Red Bull) este mismo procedimiento de adelantamiento que llevan empleando, impunemente, desde 2019.

Norris, simplemente, aguantó por dentro y achuchó a su rival hacia el exterior de la “curva 4”. La diferencia está en que Pérez no levanto y, arrinconado por su rival, acabó saliéndose por la tierra, resultando más vistosa la sensación de que le había echado fuera de la pista (Norris fue sancionado con 5 segundos por no dejar espacio a su rival).

Solo unas vueltas después, en la misma “curva 4”, Sergio Pérez le hizo a Charles Leclerc (Ferrari) la misma maniobra (arrinconar hacia fuera de la pista) que anteriormente le había realizado Norris.

No solo eso, el mejicano repitió situación con Leclerc en la “curva 6”, siendo finalmente penalizado en dos ocasiones (5 + 5 segundos) por practicar la misma maniobra que había reprochado a Norris (que los pilotos venían realizando sistemáticamente sin penalización desde aquel famoso adelantamiento de Verstappen a Leclerc).

La contrariedad por parte de algunos pilotos ha sido manifiesta. Los comisarios deportivos habían vuelto a cambiar las reglas del juego, aplicando de nuevo las mismas penalizaciones que sancionaban antes del ya comentado incidente Verstappen vs Leclerc de 2019.

Y así, entre numerosos “polvos” arrastrados desde entonces, nos hemos metido de lleno en el “lodo” del accidente protagonizado por Lewis Hamilton (Mercedes) y Max Verstappen (Red Bull) en la primera vuelta del GP de Gran Bretaña 2021, donde la penalización de 10 segundos impuesta al piloto británico ha motivado todo tipo de controversias, polémicas y discusiones, por justa, por injusta, por ser demasiado laxa, por no ser sancionada con mayor dureza…

El análisis de la maniobra de adelantamiento de Hamilton (Mercedes) en Copse ya da para escribir un libro completo, pero vayamos al grano.

Con el reglamento sobre la mano, la sanción de Hamilton podría parecer completamente justa, pues el piloto británico toca a Verstappen en la maniobra de adelantamiento y realmente tiene más espacio para ir hacia el interior de la curva (trayectoria que le obligaría a frenar más y permitiría a su rival ponerse delante).

Pero también es cierto que Verstappen se tira hacia el vértice desde el exterior con absoluta fe (confiando en que su rival va a levantar) y podía haber abierto su trayectoria para evitar el golpe (pensando en la posibilidad de que su rival no levante), maniobra que también hubiera ralentizado su marcha.

Según se puede ver en la “cámara onboard” de Hamilton, el piloto de Mercedes no cambia la trayectoria en ningún momento (mantiene la misma posición del volante) y su línea de trazada parece también alineada con el vértice. No da sensación de que vaya pasado cuando ataca el adelantamiento por el interior y su marcado subviraje se produce, únicamente, por efecto del contacto con el monoplaza de Verstappen.

Teniendo en cuenta esta situación, podríamos considerar la maniobra como un “incidente de carrera” (interpretado así por otros pilotos como Alonso, Leclerc o Bottas), en el que dos gallos se han metido en el mismo corral y estaban midiendo quién la tenía más dura (la cabeza), sin ceder ninguno el más mínimo espacio a su rival.

Vuelvo a recordar la circunstancia de que, la maniobra de adelantar por dentro, abrir la trayectoria y empujar “elegantemente” a tu adversario fuera de la pista, había sido permitido sin sanción por los comisarios deportivos desde aquel primer “polvo” entre Verstappen y Leclerc (siempre Verstappen metido en todos los líos) en el mencionado GP de Austria 2019 (maniobra con la que Verstappen consiguió la victoria). Y es justamente eso lo que hace Hamilton con Verstappen, aunque el piloto holandés no cede espacio y mantiene su línea por el exterior (la colisión entre ellos era así inevitable).

El problema viene motivado por el delicado lugar donde ha tenido lugar el suceso, la curva “Copse” del circuito de Silverstone, donde los pilotos entran a 300 km/h, protagonizando así un espectacular accidente en el que Verstappen golpeó las protecciones con una deceleración de 51 G (afortunadamente sin daños físicos reseñables).

El cruce de acusaciones se hacía entonces tenso entre los responsables de los equipos Red Bull y Mercedes, defendiendo cada uno a su piloto de manera interesada y escasamente objetiva, mientras que los comisarios deportivos aplicaban una simple penalización de 10 segundos de tiempo que permitía a Hamilton ganar la carrera (un “Stop & Go” de 10 segundos le hubiera complicado mucho más esa victoria).

Con Hamilton celebrando efusivamente su triunfo en Silverstone y Verstappen de revisión médica en el hospital, el piloto de Red Bull hacía unas duras declaraciones contra su rival por golpearle en una curva tan rápida, pero todos sabemos que él hubiera hecho exactamente lo mismo (ya le hemos visto hacerlo en repetidas ocasiones).

Quizá, la próxima vez que vea a otro piloto por su interior, Verstappen sea también menos agresivo y abra más su trayectoria, protegiéndose mejor de un posible golpe (Hamilton le ha dejado claro que él no es el único gallito del corral).

Christian Horner (Red Bull) habló de un “error amateur y desesperado” de Hamilton, pero lo cierto es que Verstappen, siempre impulsivo, solo tomó dos tazas de su misma medicina. “Todo piloto que ha conducido en este circuito sabe que no se mete una rueda por el interior de Copse, porque provoca un accidente enorme y la curva era 100 % de Max”, un punto de vista claramente interesado por parte de Horner.

Para Toto Wolff (Mercedes), “cuando eres piloto debes tener claro que el coche del interior te ha ganado ya la curva si ha metido su eje delantero a la mitad de tu coche” (algo que había realizado Hamilton), mientras que el propio Lewis Hamilton afirmaba que “siempre trato de ser mesurado, especialmente cuando lucho con Max. Ya se sabe que es muy agresivo. Yo estaba completamente a su lado y él no me dejó espacio”.

Molesto con las duras críticas de Verstappen, Hamilton remataba en sus declaraciones añadiendo que “no creo que tenga que disculparme por nada. Estábamos compitiendo. Ninguno de nosotros quiere que nadie se lesione”.

La opinión de Fernando Alonso (Alpine) deja claro que “el incidente es complicado de valorar desde fuera. Se vio muy apretado. Creo que Lewis tenía más de medio coche al lado de Max y ya no podía desaparecer del carril interior, no es como si pudieras evaporarte. Ha sido un momento desafortunado en la carrera, pero nada intencionado”.

Charles Leclerc (Ferrari), que iba justo detrás en el momento de la colisión, declaraba que “es bastante difícil culpar a uno u otro. Quizá Lewis no estaba completamente en la trazada, pero también es cierto que Max iba bastante agresivo por fuera. Creo que es un incidente de carrera”.

El propio Leclerc veía como Hamilton le realizaba la misma maniobra de adelantamiento también en Copse (vuelta 50) aunque, en esta ocasión, Hamilton apuraba todavía más la línea interior de la curva y adelantaba el punto de contacto (vértice), dejando más espacio a un Leclerc que tampoco cerraba la trayectoria tanto como Verstappen.

La tensión entre los dos pilotos aspirantes al título venía en ascenso desde el inicio de la temporada. Anteriormente, Verstappen había llevado a Hamilton hasta los límites de la pista en Imola (GP Emilia Romaña 2021) y en Montmeló (GP de España 2021), cerrando la puerta a su rival con cierta agresividad. En Silverstone debió pensar que podría hacer lo mismo, pero se encontró ante un motivado Hamilton que luchó con la misma intensidad. El resultado ya lo conocemos.

Ahora lo que hace falta es que los comisarios deportivos sigan sancionando una maniobra que siempre ha sido sancionable (abrir intencionadamente la trayectoria para no dejar espacio de adelantamiento al adversario por el exterior). Ganaremos así en seguridad y también en espectáculo.

No obstante, la historia de la Fórmula 1 está repleta de numerosas decisiones polémicas al respecto, incluso interesadas o menores según la presión del momento (una decisión inapropiada de los comisarios le costó el Mundial de Pilotos a Senna en el GP de Japón 1989), algo que seguirá ocurriendo mientras dichas decisiones las tome el hombre, el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra y es capaz de generar de aquellos polvos estos lodos.