¡¡Ponle freno!!… que vamos cuesta arriba

Hoy pensaba dedicar esta entrada a comentar la magnífica propuesta de “PONLE FRENO”, esa iniciativa de Antena 3 que pretende aportar racionalidad en el uso de nuestras carreteras. Señalando con el dedo hacia donde están los verdaderos problemas del tráfico, miles de firmas unidas han conseguido que nuestras autoridades hayan dejado en ocasiones de mirar al dedo y apuntar donde está el asunto a resolver o encauzar.

Últimamente, su campaña está reclamando que los cientos o miles de radares que fueron colocados en esos lugares de las autovías donde nunca pasaría nada por ir a más de 120, sean desplazados y reubicados en esos cientos o miles de lugares que se salpican con cristales rotos y algo más, cada vez que se produce un accidente.

Sea por velocidad inadecuada, imprudencias, mala señalización o pésimo estado de muchas vías saturadas y mal trazadas, su implantación estaría plenamente justificada como elemento disuasorio, incluso sancionador. ¡¡Qué pena que no regrese como Director de la Guardia Civil o Ministro del ramo Santiago López Valdivielso!! Un hombre que amaba el automóvil, lo entendía  y sabía ejercer la autoridad sin falseamiento.

Hasta aquí, mi propósito, que aún extendería razonándolo con argumentos que bullen en mi mente y se han visto desplazados por el aluvión de noticias (malas) que saturan los informativos y hacen del automóvil y su entorno un lugar inhóspito y de dudoso futuro en España.

Como tampoco va a ser cosa de abrirse las venas a cada disgusto y ponerse perdido, he optado por mirarlo todo con un prisma evocador de un recuerdo de infancia.

En el modesto barrio donde me crié, teníamos de vecinos una maravillosa y pintoresca pareja, Tomás y Gloria, que una de dos, o han batido todos los récords Guiness de longevidad o hará mucho tiempo que subieron al Cielo pedaleando.

Tomás, un hombre honrado que se dejó literalmente el pelo, la piel y parte de la lengua en el incendio de un coche debajo del cual estaba trabajando. Su mujer, Gloria, miope y castiza como buena madrileña y su perrita, ”Estrella”, formaban un conjunto indescriptible montados en una de aquellas bicicletas tipo “tándem” que se usaban en los años 40/50 como primera opción de transporte, cuando no se habían inventado todavía ni el “Biscúter” ni el “600”.

Verles, él delante y ella detrás, era un espectáculo digno del “Circo Price” y una delicia escuchar de ambos el relato de sus excursiones dominicales. Cuando se aproximaban a una curva, Tomás, con su media lengua, ordenaba: “¡¡apeta Godia, que viene cuva!!” y Gloria apretaba con fe ciega (no veía casi nada) el freno de atrás, aunque fueran cuesta arriba. Y así hasta la próxima curva.

Tengo la sensación de que España en este momento se parece bastante al “tándem” formado por Tomás y Gloria y, sin ponerles nombre, las circunstancias obligan a quienes han heredado la bicicleta oxidada que es nuestro país, a frenar y acelerar al mismo tiempo, con viento huracanado y cuesta arriba.

En Abril se han vendido en España 56.250 coches (un 21,7 % menos respecto al año 2011) y se calcula que, salvo intervención divina, el año se cerrará en torno a las 750.000 unidades (hace pocos años comprábamos casi un millón y medio). No quiero pensar si la intervención resulta un poco menos divina y más “europea”.

Con estas cifras, no es extraño encontrar ofertas en Internet para conducir el coche de nuestros sueños por apenas 70 u 80 euros al mes (luego hay que leerse la letra pequeña). Tampoco extraña, aunque resulta desolador, ver tapadas con papel de estraza las grandes cristaleras de los muchos concesionarios que, a base de no vender ni siquiera los coches matriculados por ellos mismos como “kilómetro 0”, han tenido que olvidarse del brillo de las relucientes carrocerías y apagar las luces de su local vacío.

Sin querer dramatizar, no puedo evitar el desconsuelo que me produce comparar nuestro despeñamiento con las cifras de otros países también tocados por la crisis: Francia con una levísima caída del 1,6 % y 675.000 unidades vendidas en el primer cuatrimestre, contra las 260.369 vendidas en España en el mismo período.

Es duro tener que resignarse a contemplar, desde los pocos escaparates que van quedando o las páginas de Internet como Autolimite, esos autos cada día más potentes, eficaces, aerodinámicos e irresistibles en sus formas, sabiendo en muchos casos que serán, como máximo, ese oscuro objeto del deseo que inundará  nuestros sueños.

Sin embargo, desde aquí, quiero decirle a los jóvenes que no renunciéis a ello, aunque la letra del “Pueblo blanco” de Serrat sea el único camino: “Escapad gente tierna, que esta tierra está enferma, y no esperéis mañana, lo que no te dio ayer, que no hay nada que hacer…”

Otros lo hicieron y, aunque el mundo no sea como nos lo dibuja TVE en “Españoles por el mundo”, tenéis el futuro, mucha carretera por delante (aunque sea  fuera de España) y coches con formas y tecnologías a los que, con vuestro esfuerzo y decisión, tenéis todo el derecho. Ah!! y PROHIBIDO FRENAR CUESTA ARRIBA.