Gran Premio de Mónaco 2012: seis de seis
Tenía que ser Mónaco, como casi siempre, el escenario de lo insólito. ¡¡Sexta prueba y sexto ganador distinto de este endemoniado campeonato 2012!!
Tenía que ser en Mónaco donde Michael Schumacher marcara una nueva “pole” que acrecienta su valor de Dios regresado, aunque su pecado cometido en el anterior Gran Premio de Montmeló se lo haya robado del palmarés (estaba penalizado con cinco posiciones en la parrilla de salida).
Hoy, más que nunca, hubiera yo deseado que el viejo “Káiser” hubiera escalado un peldaño del peculiar podio del Principado, mirando de igual a igual a la realeza monegasca.
Que seis pilotos (siete si la aleación de la “Flecha de Plata” de Schumacher no se hubiera derretido antes del final) acaben jugándose los puntos en solo ¡¡seis segundos!! es algo que no ocurría desde hace mucho tiempo, quizás no llegó a ocurrir nunca desde 1950, o yo no lo recuerdo.
Desde hoy no volveré a hacer bromas y contar chistes de los neumáticos Pirelli, si en algún momento nos parecieron bombones derretidos o flanes de huevo, en las mil curvas de Mónaco hoy se han portado como lo que deben ser, un elemento igualador al que solo le ha faltado la emoción de ese chaparrón anunciado, temido y deseado por todos, según el momento y circunstancia.
El Dios de la lluvia, ante tanta plegaria contradictoria de justos y pecadores, decidió retrasar su llanto hasta después de la carrera.
Mark Webber, ese guerrero leal y valiente como lo fueran todos los “aussies” de la Brigada Ligera en 1916, en Gallípoli, arrancó el primero y llegó primero en ese circuito de Mónaco donde siempre parece que falta un metro de anchura para adelantar o que te adelanten.
Dicen todos los pilotos que lo han probado que una victoria entre sus guarda raíles sabe igual que un campeonato. Me lo creo, una cámara subjetiva en el casco de Vettel me pone los pelos como escarpias.
Entre tanta tensión y tanta pasión, Mark Webber, Nico Rosberg (a 0,643 segundos) y Fernando Alonso (a 0,947 s) fueron los únicos que pudieron saborear las mieles del podio, mientras que Vettel (a 1,343 s), Hamilton (a 4,101 s), Massa (a 6,195 s), Di Resta, Hulkenberg, Räikkönnen y Bruno Senna se tuvieron que conformar con la recompensa de entrar en los puntos.
La ceremonia del champán, a pie de pista y con los Príncipes y princesas a salvo de las salpicaduras, toma una dimensión en la que los eficaces “tuercas” de los tres triunfadores disfrutan plenamente del contenido del botellón, los de Red Bull algo menos, después del interminable trago de Mark Webber saciando su sed de victoria.
Tras el Gran Premio, la otra conclusión que saco es que hay cartas que tardan demasiado en enviarse. Si Luca Cordero di Montezemolo hubiera madrugado más y hubiera puesto en la carta que remitió hace unos días a los integrantes del equipo Ferrari toda la mala leche que esconde bajo sus refinadas formas, seguramente que hoy, Fernando Alonso, tendría ya un coche muy mejorado y más de los 76 puntos que le colocan provisionalmente a la cabeza del Mundial, seguido de Vettel y Webber con 73 y Hamilton con 63. También es muy probable que Massa no estuviera a estas alturas tan cuestionado.
Ahora, el “Gran Circo” se traslada a Canadá y, a su regreso, veremos en Valencia si los de Maranello han tomado nota o volveremos a los días de “Arroz y Tartana”. De momento, hoy, Mónaco ha sido Mónaco.
miércoles, 30 mayo 2012 a las 23:53
Estimado Abuelete, ilústrenos sobre esa carta que Montezemolo envió a su gente en la Fórmula 1. Ignoraba la existencia de la carta en cuestión, sin duda por el precio que han alcanzado las publicaciones más fiables, pero la verdad es que su contenido me interesa especialmente. Por favor, márquese una entrada a propósito de esa presunta mala leche del ‘Marchese’. Muchos se lo agradeceremos.
Un saludo cordial.
jueves, 31 mayo 2012 a las 18:25
http://www.larazon.es/noticia/5262-montezemolo-arenga-por-carta-al-equipo-ferrari
Querido Uvedoce, adjunto la URL de la información que ha salido en los medios con la arenga a todos los que componen ese equipo Ferrari sin el que la Fórmula 1 sería otra cosa.Conociendo la biografía del personaje (versión Wikipedia) y su currículum,sería ingenuo creer que lo que ha trascendido es «todo el asunto».No conozco a ninguna hermanita de la caridad que a base de buenas palabras haya podido domar potros tan salvajes y jamelgos tan remolones como los que este «príncipe boloñés con artes florentinas»ha tenido que gobernar desde que llegó a Maranello.Lauda,Schumacher y el entorno que supo crear fueron su obra maestra en lo deportivo y Alonso podría serlo también si los que han recibido la carta pública se dan por enterados antes de que el cartero llame dos veces.Saludos Uvedoce, me encanta verte por aquí.