Mónaco siempre es Mónaco
Si has leído mi entrada anterior sobre el Gran Premio de Mónaco habrás visto que, durante más de 500 palabras, no he dicho nada del “glamour” que envuelve la cita monegasca.
Hace más de 30 años, el Mónaco invernal que yo conocí siguiendo varias ediciones del Rallye de Monte Carlo era un lugar maravilloso donde podías cenar en pequeños “bistrot” y deliciosas “trattorias” sin tener que dejar en prenda el Rolex que te iban a regalar tus hijos cuando cumplieras 50 años.
El Rallye ocupaba los hoteles y, después, desaparecía hasta el regreso de la noche del “Turini”. Mientras tanto, podías disfrutar el “dolce far niente” del elegante Café de París y jugarte unas pocas antiguas pesetas con fichas de verdad en su Casino de la “Societé des Bains de Mer” (el petróleo monegasco) en un ambiente de paz y tranquilidad que no teníamos en España a finales de los 70.
Ya había, lo recuerdo perfectamente, un educado “guardia de la porra” regulando el tráfico en una glorieta por donde hace unos días pasaba Alonso a más de 250 km/h con su Ferrari F2012. Te miraba, te evaluaba y te dejaba en paz, era invierno y el “glamour” es friolero.
El “glamour”, como las señoritas de “moral distraída”, llega a Monte Carlo con el buen tiempo y con el Gran Premio de Mónaco. Para entonces, el amable guardia de la porra se ha convertido en una especie de portero del “Billionaire”, la discoteca del inmenso Flavio Briatore. Y una de dos, o pilotas un Lamborghini Aventador y calzas unos náuticos de los que solo se ven en los yates de gran eslora (eso merece sus respetos) o eres un “pringadillo” que has llegado en un crucero de ”todo a 100”, vas a comprar tu camiseta de 40 ó 50 € para que el mundo sepa que has estado en Monte Carlo y regresas a la “fiesta del Capitán”, rezando para que no sea el del “Costa Concordia”.
En el previo que ha realizado Antena 3 sobre el Gran Premio de Mónaco nos han hablado algo de ese “glamour”, encarnado por nuestro Antonio Banderas, en una pre-parrilla atestada de figurones y algunos escotes interesantes. Pero sus cámaras no han llegado a la cubierta de esos barcos con matrículas de paraísos fiscales donde está el verdadero “Paraíso”. Un lugar donde, sobre blancas colchonetas, broncean sus piernas infinitas esas modelos de nombres imposibles.
Al final de la carrera llueve sobre Mónaco y sobre mi memoria. Webber, Rosberg y Alonso han sido los invitados de honor en algún paraíso entre banqueros y millonarios, mientras yo estoy recordando aquel Mónaco de un tiempo ya lejano. El Gran Premio de Mónaco 2012 ya es pasado, ”au revoir”.
sábado, 2 junio 2012 a las 1:43
Qué bien lo cuenta, querido Abuelete. Muchas gracias. Considero imposible, tanto como esas piernas infinitas que menciona, asomarme un día por allí y ver en directo el GP de Mónaco. Todo ese ruido de motores concentrado en tan poco espacio es una ilusión juvenil (más bien infantil) que no se cumplirá nunca. Aún más imposible, por la inflexible ley del tiempo: el GP de Mónaco que me gustaría ver es aquel (¿1970?) que Jochen Rindt le birló en «el gasómetro» a Jack Brabham, dos curvas antes de la bandera. Qué tiempos. Qué valientes eran aquellos tipos ¿no le parece?
sábado, 2 junio 2012 a las 12:01
Querido Uvedoce, mientra existan el Euromillón y el Cuponazo no hay que perder la esperanza de que se nos abran de par en par las puertas y podamos visualizar, a prudente distancia,las piernas infinitas del Paraíso monegasco. Además, llegaríamos cada uno en un Lambo «Aventador» para que nos diera gorrazos de bienvenida el «guardia de la porra», ese que si no eres asquerosamente rico te corre a gorrazos¡¡clasista!!
Lo del viaje al pasado ya está un poco más dificil por ahora, pero algún día aparecerá un Richard Branson ofertándolos en «Virgin Time Travel».Si fuera posible regresar a 1970, yo haría dos cosas:1ª.Habría sido menos impetuoso conduciendo mi R-8TS amarillo aquella madrugada de septiembre que relato en SEGUNDOS CATASTRÓFICOS.(ZONA LIMITE,los relatos del Abuelete del M-3)
2ª.Habría intentado por todos los medios llegar a Jochen Rindt para advertirle que en Monza, otro día aciago, el sábado 5 de Septiembre(siempre septiembre) le esperaba el Destino. Quizás no hubiera servido de nada, porque él no sabría aún que los puntos ganados antes de aquellos entrenamientos del GP de Italia, le harían Campeón del Mundo de Fórmula 1 a título póstumo.Es cierto, eran muy valientes.
lunes, 4 junio 2012 a las 21:42
Desde mi postura de profana en el Mundo del Motor, me intereso mas bien por todo lo que le rodea, que tambien es muy atractivo. Espectacular el Mónaco que describes, tambien a mi me hubiera gustado conocerlo, disfrutar de esas trattorías, del glamour, el sol, el dolce far niente…… y desde luego ver tambien alguna de esas carreras, que, aunque no entienda del tema pienso que tienen una estetica fascinante.
!! Adelante con tus relatos !! Me encantan.
martes, 5 junio 2012 a las 1:19
Todo viaje comienza con un primer paso,tú lo estás dando y quizás en poco tiempo te sorprenda todo lo que vas aprendiendo.En este mundillo alrededor de las carreras se combinan cócteles con ingredientes como el lujo, la vanidad, el exhibicionismo ,la búsqueda de emociones y Mónaco es su máximo exponente. Sin ser parte de ello,lo que pude vivir y conocer de Montecarlo en invierno fué realmente gratificante y aprobar la asignatura primaveral de un Gran Premio queda a lo que decida esa suerte a la que persigo cada semana.Mientras, me conformo disfrutando de esa estética fascinante que nos proporcionan las tomas super lentas en los plasmas actuales, de todo lo cual estos relatos son apenas un pálido reflejo.Gracias.
miércoles, 6 junio 2012 a las 1:17
Pienso que el GP de Mónaco no es el más atractivo del campeonato.
Estoy refiriéndome a lo puramente como carrera de F1.
Los pilotos opinan que ganar ese Gp es como ganar un campeonato.
Y en eso les doy la razón. Correr entre vallas quitamiedos debe ser un horrible martirio, amén de ser super agobiente, angustioso o como se dice ahora …..estresante.
Una vez conocida la parrila de salida hay muy pocas variantes, salvo los abandonos o accidentes. Es muy raro ver adelantamientos teniendo en cuenta la estrechez de la «pista».
En cuanto al glamour, la verdad es que no me llama la atención si lo que quiero es ver una carrera de F1.
No conozco Mónaco ni creo que algún día me toque la primitiva o el cuponazo, entre otras razones porque no juego.
El caso es que nuestro FERNANDO está mandando el la clasificación. ¡Quién lo diría con el coche que comenzó este año.
Algo o mucho han mejorado: no soy muy entendido en esa materia.Opino como un normal seguidor de este deporte.
Parece ser que la cartita del jefe ha hecho efecto en los componentes de la Scudería.
En cuanto a Massa ………. lo veo fuera de Ferrari la próxima temporada, incluso haciendo mejores resultados que los obtenidos hasta la fecha.
Disfrutemos del campeonato, que este año, por lo visto hasta la fecha, se avecina muy competido.
Abulete, tus crónicas son muy objetivas y ya quisieran más de uno de esos periodistas que nos la retransmiten ser tan entendidos como tú.
Saludos
miércoles, 6 junio 2012 a las 23:59
Hola Manolo Capri,Mónaco es Mónaco, como Fútbol es Fútbol, dos aparentes simplezas que son una realidad y Mónaco sin glamour sería incomprensible porque, efectivamente ese metro de anchura que le falta al circuito lo convierten en una especie de excalectric de una sola guía. Respecto a Ferrari,vamos a ver si la «cartita» ha despertado realmente al talento dormido y si no llega la mejora, quizás sea que no hay talento, solo un gran piloto y algunas casualidades. Canadá nos puede aclarar cosas,pero por encima de cualquier expectativa, la que más me atrae es la posibilidad cierta de un triunfo de Schumacher, Hamilton y/o Raikkonen.¡¡siete de siete, sería la mejor muestra de vitalidad de la F1 !!.Me encantaría poder relatarlo.