Para María De Villota, con cariño desde Autolimite

Tras conocer los primeros detalles del grave accidente sufrido por María De Villota al comienzo de una tanda de pruebas del equipo Marussia para el que trabaja como piloto probador, todos los aficionados al deporte del motor, en general, nos hemos sentido solidarios con ella y con toda su familia.

Su padre, Emilio De Villota, notable piloto en distintas categorías, ganador en los años 80 del Campeonato Aurora y uno de los pocos españoles que compitieron en la Fórmula 1 hasta la llegada de Fernando Alonso, ha sido su mentor y guía en el largo camino de María hasta conseguir realizar su sueño.

Querida María, perseguías un sueño casi imposible y lo has logrado. Todo lo demás es cuestión de pocos grados. Somos más de siete mil millones los habitantes de este planeta Tierra y muy pocos, no llegáis a 50 (50 vs 7.000.000.000), los pilotos privilegiados que cualquier mañana, en cualquier circuito del mundo, os sentáis, fuertemente amarrados, serenos pese a los brincos de vuestro corazón, dentro de esa excepción que es cualquier bólido de Fórmula 1.

Tú estabas haciendo lo que más deseabas en tu vocación de relámpago, estabas poniendo la fiera a punto y un imprevisto te ha herido, como un zarpazo de mala suerte.

El mundo del deporte está salpicado de casos como el tuyo, os ha tocado la cara B, posiblemente tendrás que renunciar a algunas cosas, pero tienes la Vida, lo más importante, y ese es ahora el principal triunfo.

La vida es lucha, victorias y derrotas que forjan a cada individuo en un yunque diferente. No tirarás la toalla, si algo tengo claro en lo que te conozco, es que no te vas a rendir, tendrás que renunciar a Marussia, pero estoy seguro que podrás pilotar otras vueltas de honor en el Circuito del Jarama.

Los que te aplaudiremos sabremos valorar todo lo que has alcanzado. Los aplausos serán los mismos, tendrán incluso mayor valor del que tendrían tras una hipotética victoria de ese Marussia que ponías a punto.

Querida María, desde Autolimite te deseamos todo lo mejor, no vamos a invocar afinidades, las hubo siempre y por eso, porque sabemos de qué aleación está forjado el espíritu de los De Villota, te queremos dar la bienvenida en tu regreso a casa.