Los años del «culo gordo»
Durante las temporadas de 1984, 1985 y 1986, nuestro compañero de “batalla” fue el Renault 5 Turbo en sus distintas evoluciones, sin duda, uno de los coches más apasionantes y espectaculares de cuantos han aparecido en los tramos de rally de todo el mundo. Su impresionante ensanchamiento trasero le llevó a ser conocido, todavía hoy, como “culo gordo”.
Como ya había contado en mi primera entrada, Carlos Sainz y yo nos peleamos a bordo de un Renault 5 Turbo “Cèvennes” (200 CV) de la Red Renault de Madrid durante la temporada de 1984 y fichamos con el equipo oficial Renault al año siguiente.
Los retos a los que nos enfrentamos aquella temporada de 1985 fueron realmente apasionantes. Tuvimos que hacer un gran trabajo de puesta a punto para hacer el Renault 5 Turbo “Tour de Corse” (295 CV) un coche realmente competitivo. Conducir aquel “culo gordo” requería máxima atención ya que, el turbo, tenía un tiempo de respuesta enorme, con lo cual cuando necesitabas la potencia tenías que anticiparte porque si no te quedabas sin ella.
Respecto a las grandes “peleas” entre nosotros y Salvador Serviá… fueron “a muerte”. Su Lancia 037 era una máquina hecha para ganar el Mundial de Rallyes y bastante más equilibrado y fácil de conducir que nuestro “Tour de Corse”. Esto nos obligaba a ir siempre al máximo, con lo cual los problemas del coche surgían o teníamos alguna salida de carretera y prácticamente no podíamos hacer nada. Ahora bien, en el Vasco-Navarro de 1985, las adversas condiciones climatológicas permitieron a Carlos sacar a relucir lo mejor de su pilotaje y pudimos vencer al “invencible” tándem “Servia-Lancia 037”. Allí ganamos nuestro primer rally del Campeonato de España.
Por fin, en el Rally Villa de Llanes, llegaba el tan ansiado Renault 5 Maxi Turbo (350 CV). El coche no podía ser más espectacular. Yo no cabía dentro de mi y, Carlos, exactamente lo mismo. Total, que empezamos las pruebas y, de repente, apareció un fallo en el motor que no pudimos solucionar, pese a venir los ingenieros de Renault desde Francia. Aun así, tomamos la salida en el rally, pues queríamos ver dónde estábamos con respecto a Bruno Saby y su Peugeot 205 Turbo 16 Grupo B. La verdad es que le ganamos algunos tramos e íbamos primeros, pero teníamos que arriesgar tanto para suplir el fallo del motor que, al final, tuvimos un accidente, sin consecuencias físicas pero sí para el coche.
Aquella primera “toma de contacto” nos presentó un coche de una potencia extraordinaria, pero tremendamente exigente en la conducción, magnífico en curvas lentas y muy peligroso en curvas rápidas. Tenía una aceleración comparable a la de un Fórmula 1 en las tres primeras marchas, una prueba que se había realizado en Francia. Yo, como copiloto, acababa totalmente desfallecido en cada rally y con un alto nivel de estrés en cada tramo, ya que requería máxima atención y anticipación para no comerte las curvas. En general, el “Maxi” ha sido el coche en el que más he disfrutado y en el que más me he tenido que emplear, con lo cual la experiencia que adquirí fue enorme para futuros coches de Grupo A.
En ese mismo año 85 ganamos también el Rally Isla de Tenerife, haciendo la etapa nocturna con “el casco al revés” como decíamos. Serviá llegó al último tramo con una ventaja de 7 segundos y ganamos al final del rally por tan solo 3 segundos de ventaja. Aquello fue maravilloso, fue algo que no olvidare jamás. La tensión que vivimos Carlos y yo fue brutal, pero al final conseguimos el merecido triunfo. Anteriormente habíamos ganado el Rally Corte Ingles, en Gran Canaria, otra prueba imborrable en mi memoria.
También corrimos en Madeira, con la suerte de espaldas, ya que, después de un intenso trabajo durante los entrenamientos, rompimos en el primer tramo, “horrible”.
Ya en el año 1986, hicimos todas las carreras con el “Maxi”. La temporada anterior habíamos compaginado el R5 Turbo “Tour de Corse” con el R5 Maxi Turbo. Con el primero ganamos varios rallyes, pero con el “Maxi” siempre nos tuvimos que retirar antes de finalizar la prueba, excepto en el Rally Valeo (que acabamos segundos) y también en nuestras primeras salidas internacionales.
Los enfrentamientos que tuvimos con pilotos como Biasion, Zanussi, Tabaton, etcétera, siempre fueron grandiosos y apasionantes, dejando a más de un piloto de aquellos, totalmente héroes para nosotros, boquiabiertos con los tiempos que hacíamos.
En Francia corrimos el Rally Garrigues contra figuras como Chatriot, Oriol, Ragnotti, pilotos belgas, italianos… Y, desde el primer tramo hasta que rompimos, fuimos liderando el rally. No nos lo podíamos creer. Al final, terminamos la temporada con un sabor agridulce. Tuvimos triunfos pero también grandes decepciones.
En relación a nuestros duelos con Saby, siempre le hemos ganado, excepto en el Rallye de Llanes, que tuvimos un accidente. Y respecto a Tabaton, alguna vez le pudimos ganar, pero normalmente quedaba delante nuestro. Su Lancia Delta S4 era asombrosamente rápido. Yo pude montar en él y era tan “brutal” como súper efectivo.
Normalmente, en los rallyes del Campeonato de España, entrenábamos dos semanas, mientras que, en los rallyes del Campeonato de Europa, empleábamos tres semanas. La verdadera paliza nos la dimos en los rallyes en los que participamos del Campeonato del Mundo, que entrenábamos un mes, más o menos. Recuerdo especialmente los rallyes de Portugal y Córcega, por su complicación a la hora de entrenar. Y para mí, sin duda alguna, el mejor fue el Rally RAC de Inglaterra, en el cual recibí el trofeo de mejor copiloto.
jueves, 19 julio 2012 a las 11:09
Apasionante relato donde ya empezamos a conocer la verdadera «temperatura» de aquellos duelos de los años 80 y la verdadera talla de nuestros ídolos.
Aquello de los grupo B, fue una mezcla de locura,emoción y riesgo que dejó marcada una huella imborrable en el ánimo de los aficionados de todo el mundo y Antonio Boto y Carlos Sáinz supieron estar entre los mejores.
viernes, 20 julio 2012 a las 9:39
Preciosas fotos y relato a bordo de mi coche favorito. El otro día me topé por la M-30 madrileña con un culo gordo de calle circulando tranquilamente. Un poco más y le hago una maniobra de poli yankee al dueño para pararlo y pedirle un autógrafo.
lunes, 23 julio 2012 a las 19:55
http://www.youtube.com/watch?v=bHjNv81mWlI&feature=youtu.be
Después de los años del culo gordo,Antonio Boto tuvo mucho que ver con lo que presenta este vídeo extraido de You Tube .No os lo perdáis.
lunes, 23 julio 2012 a las 22:26
Que bonito el relato y que bonita debio ser aquella epoca se le ponen a uno los pelos de punta cuando lee cosas de estas y a la vez se te vienen imagenes visionadas en el youtube era realmente de locura…esos coches esas carreteras esa gente agolpada no en las cunetas sino dentro de la carretera como si eso fuera una etapa de montaña en el ciclismo y ahora te ponen poco menos que una orden de alejamiento jajaja gracias por contarnos historias como esta a los que eramos unos micos y que nos ha tocado vivir esta epoca de coches que parecen trenes y pilotos jodidos de presupuesto(bueno eso habra sido siempre…) hasta pronto
jueves, 26 julio 2012 a las 22:34
http://www.youtube.com/watch?v=i5-M-5KfVko&feature=player_detailpage
OS ADJUNTO UN ENLACE QUE HARÁ LAS DELICIAS DE LOS QUE AMAMOS «LOS CULOS GORDOS»
EN ÉL VEREMOS COMO EMPEZÓ A «ENGORADAR AQUELLO» HASTA LA CREACIÓN DE UN AUTÉNTICO MITO, EL RENAULT 5 MAXI TURBO.DISFRUTADLO.
viernes, 17 agosto 2012 a las 15:49
Como dice en el video, «los pilotos eran unos artistas», totalmente de acuerdo. Pero eso de que «era fácil de conducir» … Casi todo lo que he leido de gente que los ha pilotado es todo lo contrario.
Ahora, ir de copiloto con alguien como Sainz, llevando esa bestial «pie en la tabla» … Dios, yo pagaría. 8-)»
lunes, 20 agosto 2012 a las 7:47
Hola Alberto,está claro que las sesiones de malabarismo que exigían aquellas «bellas bestias» para llevarlas hasta el control de llegada no estaba al alcance de los mortales. Había que ser un genio, casi un Dios y aún así, no debía ser fácil,sobre todo los «culo gordo» como muy bien relata Antonio.Que el Lancia 037 fuera «relativamente fácil» es obvio analizando su estructura y filosofía y comparándola con el Renault,aquella demencial exhalación que Carlos y Antonio tuvieron la dicha y el coraje de llevar a lo más alto en pelea con los mejores del momento.
martes, 15 enero 2013 a las 18:57
Que tiempos aquellos que vivimos. El Maxi era una fiera salvaje, el 037 una barqueta para Rallyes, el frances con turbocompresor y tiempo de respuesta y latigazo indomable, el italiano con compresor volumetrico, hehco para tener grandes bajos y mayor confort de pilotaje. Saludos a tod@s, amig@s