Alpine, unos gramitos de CO2 y HRT
En estos últimos días hemos asistido a dos noticias de alcance que, como sucede casi siempre en la vida, nos muestran una parte dulce y otra amarga, la cara y la cruz, la cal y la arena, el ying y el yang… ¡la pena es que la parte fea siempre nos toca a nosotros!
Alpine anunciaba su alianza con la firma inglesa de coches artesanales y radicales Caterham, en virtud de la cual los británicos pasan a tener el salomónico 50% de las acciones de Alpine, que pasa a denominarse Societé des Automobiles Alpine Caterham. Esto supone la vuelta a la vida de la mítica Alpine, tras la aparición del precioso y esperanzador prototipo del que ya se dio cuenta en esta publicación. Seguro que más de un veterano aficionado ha soltado una lagrimita de emoción al enterarse.
La nueva sociedad tendrá su base en la fábrica que Alpine ya posee en Dieppe (Francia), en la que actualmente se fabrican todos los coches de competición de las distintas categorías donde participa Renault Sport, y el Clio RS. De esta fábrica saldrán los futuros automóviles de la nueva Alpine, entre ellos se rumorea que precisamente el prototipo A-110 sería el primero. Como parte del acuerdo, Caterham aportará un equipo propio de ingeniería que trabajará en Francia codo a codo con los técnicos franceses.
Aunque parezca mentira, el artífice de esta unión tan tradicional automovilísticamente hablando entre franceses e ingleses es… asiático. Se trata de Tony Fernandes, malasio de nacionalidad y actual propietario de Caterham. Este empresario ha hecho fortuna a ritmo de bólido de competición creando una compañía aérea de primer nivel bajo la marca Air Asia, que es la que ha permitido a su vez catapultar a Caterham desde los talleres artesanales hasta la mismísima Fórmula Uno. Parece que Renault llevaba tiempo buscando la manera de reflotar Alpine, y al final ha sido a través del empuje de este personaje.
La gran cuestión que me planteo más allá de la buena nueva es si en el futuro la marca del rombo seguirá la estrategia de sacar sus coches potentes –básicamente los fabricados bajo la bandera de la prestigiosa Renault Sport- bajo la denominación Alpine. Aunque personalmente no tengo noticia al respecto, sería una interesante oportunidad para Renault, ya que le permitiría sacar de la gama los coches más contaminantes y agruparlos bajo otra denominación, sacando así los “mayores humos” de la marca generalista, y tener una marca con la que diferenciar su producto.
Sería exactamente lo mismo que Fiat ha hecho con Abarth, convirtiéndose (no sólo por este motivo, pero también) en la marca europea con menos emisiones de CO2. Ahora mismo en Fiat es imposible comprar un Punto con más de 100 CV. Así cualquiera. El tiempo dirá, pero no es de descartar, habida cuenta de la ganancia extra en términos de márquetin*.
La cara amarga venía con la confirmación de la venta de HRT. Y digo confirmación porque cualquiera con la información necesaria sabía que HRT sería vendida más pronto que tarde. Lo que nadie se esperaba, incluido el que suscribe, es que fuera tan rápido. En su comunicado oficial HRT dice que tiene varias “novias” y que en breve anuncia con quién se casa. Los pasillos apuntan a que se había empezado a fallar en el pago a proveedores y que se ha tenido que precipitar la operación antes de que la cosa se fuera degradando hasta peligrar el dinero de tito Ecclestone, y por supuesto el prestigio, si es que lo hay –y que afecta a su valoración- de una escudería que ha ido pasando de mano en mano entre especuladores como una patata caliente a la que nadie ha querido o sabido hincar el diente. Además de impagos, había ya sobre la mesa un expediente de regulación de empleo que ha caído como un jarro de agua fría a un equipo humano de 32 personas al que esta historia, no por sabida, ha pillado oficialmente pululando por el planeta (a la hora de escribir esto, atacando el GP de Austin, EEUU).
Detrás de HRT está Thesan y varios accionistas de referencia (como el Banco Popular), todo unido un grupo de inversiones de capital riesgo cuya finalidad en la vida es comprar y vender empresas con una plusvalía de por medio. De cómo se consigue esas plusvalías de por medio hay escritos miles de libros y yo, como ignorante en economía, no voy a dar lecciones a nadie. Pero básicamente la palabra clave es “acelerar” los procesos de la empresa en todos los ámbitos con el objeto de que crezca mucho en poco tiempo, sin importar los resultados o mejor, las consecuencias a medio o largo plazo.
Normalmente el capital riesgo suele agarrar algo para soltarlo a los 2 años como poco, y a los 5 como mucho (excepcionalmente más). En este caso los fuegos de artificio se han terminado muy rápido, tanto que resulta asombroso que sus directores ejecutivos (que no los técnicos o los pilotos) hayan estado desde primavera dejándose ver en los medios todo lo que se ha podido, con la única finalidad de posicionarse positivamente ante posibles compradores –ahora sabemos el motivo-.
Ejecutivos, por cierto, que hoy están en HRT, mañana especulando en la bolsa de Londres y pasado mañan aen Nueva York trabajando para Goldman Sachs. Ni ellos mismos se escondían, y ha sido ciego el que ha querido serlo, pensando que HRT era un embrión de una Caterham, Marussia o Lotus cualquiera. Pues no, como una especie de maldición histórica, los españoles siempre somos distintos.
Como dice el chiste cibernético, la cosa no pinta bien. Parece que todo en HRT es de alquiler, y el patrimonio técnico y físico de la empresa es pequeño, más allá de los coches y el utillaje (comprado a la exitosa Epsilon de Joan Villadelprat, otra invención puramente cañí). El alquiler de la Caja Mágica como sede hay que enmarcarlo en esa operación de publicidad y grandilocuencia que tanto se estila en la naturaleza (el pavo real es un buen ejemplo) para embelesar a la concurrencia. Realmente la Caja Mágica no era una fábrica taller de coches de Fórmula 1. Era un decorado de cartón piedra desde el que epatar al incauto. Lo siento por ellos, o simplemente por toda aquella gente de buena fe que creyeron realmente que este HRT era por fin un proyecto serio de crear una escudería puramente española y con futuro. Por supuesto, la magnífica, ponderada y excelente prensa que informa de la Fórmula 1 de forma masiva (grandes diarios y televisión) no ha contado nunca nada de todo esto, no fuera que algún niño grande fuera a descubrir que los reyes no eran los padres, ya se sabe que el bueno de Pedro todo lo merece y que estar a 3,9 en lugar de a 4,1 segundos del coche de la pole es un grandísimo avance técnico y etcétera, y etcétera.
El destino de HRT estaba escrito desde que fue vendida por otro espécimen puramente español: Un constructor murciano venido a menos, empresario, por cierto, que debía un dinero al banco que casualmente acabó formando parte de la operación de compraventa de HRT el año pasado.
*Una amable fuente de indudable solvencia me indica que aunque en otra marca, el CO2 de los coches de Abarth se cotiza como CO2 de FIAT. Así, la operación contada sólo tendría sentido desde un punto de vista comercial.
viernes, 16 noviembre 2012 a las 13:50
«El Gobierno vasco ha solicitado que el concurso de Epsilon sea declarado culpable, así como la inhabilitación profesional durante cinco años de Joan Villadelprat, gestor de la compañía, que recibió ayudas tanto del Ejecutivo de Vitoria como de otras instituciones de Euskadi, como la Diputación de Álava y el Ayuntamiento de Vitoria. En total, más de 30 millones de dinero público comprometidos en un proyecto que intentaba situar a Euskadi en la vanguardia tecnológica del automovilismo deportivo.»
ES-PA-NYA! ES-PA-NYA!
viernes, 16 noviembre 2012 a las 14:01
En este caso habría que decir ¡EUS-KA-DI, EUS-KA-DI!
La idiosincrasia parece que no entiende de nacionalidades sin patria.
viernes, 16 noviembre 2012 a las 14:04
Más bien ES-PA-ÑO-LES!! ES-PA-ÑO-LES!! ES-PA-ÑO-LES!!
Al menos, a ver si Caterham y Alpine hacen cosas interesantes.
Hasta luego.
lunes, 19 noviembre 2012 a las 11:07
Ayer Lobato dijo literalmente que a ver si de la Rosa hacía una buena carrera para ver si así daba «en los morros» a todos los críticos que dicen cosas sin sentido.
Al margen de que ayer al terminar fue poco diplomático, bastante sarcástico diría yo respecto a la carrera de Brasil, de la Rosa confesó que se le había roto el asiento en la parte final de la carrera. La realidad va poniendo a cada cual en su sitio, sobre todo a los que confunden el culo con las témporas, o en este caso, el respeto y admiración a un piloto como de la Rosa con un despropósito empresarial.
martes, 27 noviembre 2012 a las 11:44
Hace no mucho, quiza un anyo, dije Hispania (ahora HRT) no era positiva para la imagen de Espanya.
De hecho, el tiempo ha demostrado que, lejos de ser positiva, ha resultado ser contraproducente.
martes, 27 noviembre 2012 a las 11:57
Y sobre los titulares de los periódicos alemanes, desprestigiando a HRT, ¡qué!
De todas formas, en la historia de la F1 ha habido ya muchos casos como éste, veremos en qué acaba.
Hasta luego.