A Montecarlo con Seis Peniques y los “Taxis”. Parte 2

Cuando has vivido una vez la “noche mágica del Turini” lo más probable es que quedes fascinado para volver siempre que puedas. El Col del Turini forma, junto con Lantosque, Roquesteron, Peira-Cava, Sospel, Vésubie y La Bollène, un conjunto de nombres que evocan grandes gestas en el recorrido del rallye más atractivo del mundo.

Lo normal en las fechas en que se celebra (a principios de año) es que las carreteras por donde discurre estén cubiertas de nieve y hielo en las zonas más altas y frías. Intercalado, para mayor complicación, con zonas de la parte baja de algunos tramos completamente limpias de dichos elementos y con el asfalto seco.

Esto hace muy difícil para los equipos elegir correctamente las gomas, mucho más cuando hace más de treinta años los neumáticos no habían alcanzado el grado de desarrollo actual. En la edición de 1977, los equipos que montaban Pirelli estaban utilizando los “P7 CORSA” en varias configuraciones, incluida la que llevaba hasta 220 clavos “grip-o-matic” de acero al tungsteno y los Michelin, series PB Y TB, con parecidas opciones extremas. De cualquier forma, si montaban para seco, cuando llegaban a las zonas heladas todo eran “risas” haciendo contravolante y viceversa cuando la monta era para nieve o hielo y rodaban con los clavos sobre el asfalto seco.

En esas condiciones, el ambiente que se puede crear en un lugar donde se agolpan miles de personas en la fría noche alpina, para ver dos pasadas de 60 coches haciendo malabarismos, es indescriptible.

Recordando lo que yo había vivido el año anterior en Montecarlo y después del éxito de participación y asistencia obtenidos al patrocinar en mayo del 76 el “I Rally Pub Seis Peniques – XIII Criterium Luis de Baviera”, pensé que había que promover la posibilidad de que otros aficionados pudieran disfrutar la prueba monegasca, precisamente el año que mejor participación española se anunciaba. Para ello, a través de “Seis Peniques” se organizó una expedición en la que se inscribieron más de 70 personas que, a finales de enero de 1977, viajamos de Madrid a Niza en un “Caravelle” de Air France y continuamos hasta Mónaco en dos autobuses, guiados hábilmente por conductores buenos conocedores de la zona ¡¡qué forma de volar bajo!!

Dos días antes del viaje, en el propio Pub en Madrid, se había vivido algo insólito, pues habíamos conseguido (con algún pequeño incentivo) que varios de los participantes que habían tomado la salida en Almería, se desviaran hasta las puertas del mismísimo Pub Seis Peniques durante el “recorrido de concentración”. Después de posar para la posteridad, fueron reconfortados con varios cafés “irlandeses” bien cargaditos para quitarles el sueño y el aburrimiento de esa parte del recorrido hasta Mónaco.

Tras ellos, desde el Pub Seis Peniques, también salieron dos vehículos de la empresa cargados con todo lo necesario para montar una pequeña “sucursal” del Pub en la mismísima cima del Turini, “pilotados” por Anselmo (el otro “alma mater” del Peniques) y Franco (un simpático camarero italiano).

Recuerdo que, en aquellos años, los atentados terroristas nos amargaban la vida casi a diario y la pequeña caravana hubo de soportar varios controles y registros en su recorrido hasta la frontera, auque finalmente llegaron sin problemas a Montecarlo, dispuestos a “calentar” los 13 grados bajo cero del mítico Col de Turini.