Hay mundos que parecen no tener apenas relación y, quienes habitan en ellos, podrían parecer la antítesis unos de otros. Así que, planteo una pregunta: ¿Qué tienen en común quienes danzan envueltos en la música disco y quienes pilotan un coche de competición por una estrecha carretera de montaña o un rapidísimo circuito?
Y, sin quererlo evitar, mis recuerdos me llevan a un tiempo, finales de los 70, en que la madrileña “Boite Emmanuelle” se había convertido en el templo donde se reunían en alegre convivencia aquellos mundos aparentemente antagónicos.
Por un lado, jóvenes danzantes a quienes el “Mariscal Romero” y “Polygram Records” prometieron convertir en “Travoltas” de concurso. Por otro, igualmente jóvenes, quienes apuraban la copa hablando un extraño lenguaje de “paellas”, rasantes, curvas ciegas, pie a tabla, contravolantes, cajas “Colotti”, caídas negativas, arneses, trazadas imposibles y pocas frenadas. Aquí, el que más frena, llega fuera de control horario.
Al calor del Pub Seis Peniques y su “Irish Coffe” se había creado ya unos años antes un mundillo habitado por diversas tribus. Por un lado, estaban los que vivían y soñaban con los rallyes, nombres y apellidos que, en su tiempo, vivieron como parejas inseparables en la estrechez de un habitáculo formado por barras antivuelco, redecillas para colocar el casco entre tramo y tramo, ruedas de repuesto, linternas y cuadernos de notas, algunos tan inauditos como aquel que llegué a tener en mis manos, donde el copiloto cantaba la dificultad de las curvas en una gradación que iba de “puta” a “muy puta” y “putísima”.
Por otro lado, con la misma pasión, había otros nombres que hablaban, porque lo conocían de memoria, de ese último metro, pasada la señal de los “50”, donde adelantar apurando la frenada en “el embudo” del circuito urbano de Alcañiz. También hablaban de lances en todo tipo de circuitos improvisados… o del final de recta lleno de piedras, casi cascotes, de Calafat… lo rápido que se pasaba Varzi sin “levantar”, la primera de Le Mans, la “ciega” (antigua curva “Ascari”) y la bajada de Bugatti en el Jarama…
Al mismo tiempo, se daba cita una tercera tribu, reconocible porque en el parabrisas de sus coches lucían los parasoles amarillos con letras negras del Pub Seis Peniques. Ellos no pilotaban, pero eran los que animaban las cunetas en los rallyes y las gradas del Jarama. Los que, muchas noches de aquel Madrid aún festivo, quemaban embrague entre semáforos en su rallye particular, donde “Seis Peniques”, “Emmanuelle”, “Snobissimo”, “Cerebro”, “Camarote” y “Keeper” eran “tramo” obligado.
Esa canción nostálgica y pegadiza de Donna Summer, ese falsete inconfundible de Robin Gibb (artistas irrepetibles que volaban hacia el Paraíso de la música hace poco más de un mes), son estrellas brillantes en el firmamento de la música disco y la “Saturday Night Fever”, de aquel tiempo en que, el “Pub Seis Peniques” y la “Discoteca Emmanuelle”, eran nuestro circuito particular y, un poco, nuestra casa.
martes, 24 julio 2012 a las 16:52
Magnifica historia Abuelete. Que buenos recuerdos me trae de esa maravillosa epoca El Keeper, Snobissimo, Cerebro Arapiles y Goya, Emmanuelle y por supuestos los añorados Seis Peniques ¡¡¡Que bueno!!! Un abrazo.
martes, 24 julio 2012 a las 18:54
Fuimos afortunados, Antonio, nadie nos regalaba nada, pero se podían hacer cosas impensables hoy. Sin embargo, no vamos a renegar de nada. Con los mimbres que tengamos haremos un cesto lleno de ilusiones de futuro para esta juventud que hoy está un poco falta de esperanza. Si lo veis negro, no desesperéis, buscad la salida, seguro que la encontraréis. Del viejo, el consejo, eso es lo que Antonio Boto y este «Abuelete» hacemos. La vida siempre es bella, lo fué para nosotros (ahí están las fotos) y lo será para vosotros, ahora que con el I-pod estáis todo el día dando testimonio de vuestra juventud. Ánimo chavales, a pesar de esa prima gorda (de riesgo) que nos ha salido, ¡¡yá adelgazará!!
sábado, 4 agosto 2012 a las 0:58
Suscribo lo dicho en todos estos estupendos artículos. Yo iniciaba mi andadura por aquel entonces y tuve la oportunidad de disfrutar de esas reuniones y de participar en los Slalom (con el mismo coche, a veces alquilado, corríamos varios amigos). ¡Menudos pilotos aparecen en la foto de grupo grande!
Enhorabuena abuelete.
sábado, 4 agosto 2012 a las 2:39
Gracias Luis,¡¡menuda «cera» les dábais a los coches de alquiler!! Los dejábais tan «suavecitos» que en algunas casas ya no os los querían alquilar, aunque fuérais disfrazados de «inocente viejecita».Fueron sin duda buenos tiempos para ser originales.Los slalom ,ahí siguen como primer peldaño de la competición y la primera vez en que el Circuito del Jarama se convirtió en «tramo» nocturno de un Rallye del Campeonato de España fue en el «III Criterium Pub Seis Peniques de 1978″(XV Luis de Baviera), aquello tuvo la emoción de lo insólito y tuvo continuación. Fue posible porque tuvimos la suerte de encontrar respaldo en la Federación Centro de Automovilismo, con Eladio Doncel de «presi», Agustín Sabio y Marisol en la oficina de Santísima Trinidad,Klaus Borher y «Manel» Vidal ayudando desde el COAC a desarrollar nuevas fórmulas.Hoy recuerdo con cariño todos aquellos nombres y otros que se han borrado de mi memoria, cuyas caras sin embargo,recuerdo como si nos hubiéramos visto anteayer.
jueves, 16 agosto 2012 a las 23:29
Estupendo articulo.En la foto que estas con el F1 de Villota el de detras tuyo es Giussepe Rissi que ahora tiene montado el mejor equipo de Ferrari en EE.UU de GT.A mi me vendia de los primeros monos Nomex de la epoca,que los traia de Londres.
viernes, 17 agosto 2012 a las 0:09
Hola «Zorro», gracias. Lo curioso y extraño es que no anduvieras tú en ninguna de las fotos, estarías en Villasana…Respecto a Guiussepe Rissi, me has recordado el nombre, que lo había olvidado. Creo recordar también que era parte del «staff» de Emilio De Villota.¡¡Qué tiempos!!
miércoles, 6 febrero 2013 a las 18:21
Que felices nos has hecho,desde los viajes a los ratos en tus PUBS con tu alegría y la de Feli ibas un día y te enganchabas.No tengo hecho viajes de Burgos solo, luego cometí el error de llevar a mi mujer y a partir de hay ya los dos
sábado, 9 febrero 2013 a las 19:06
Hola Marcial, ¡¡qué tiempos aquellos en que los más de doscientos km entre Burgos y Madrid ó viceversa eran un pequeño paseo, aunque no hubiera autopista. Hacerlo ahora,con autovía y todo, sería casi imposible sin encontrarse un par de controles de alcoholemia y media docena de radares.Cada cosa en su tiempo y ahora, los «irlandeses» en casita ¿Has visto la receta que os puse en mi relato? Hazle uno a Cristy y luego me cuentas…un abrazo.
domingo, 21 julio 2013 a las 14:10
jajajaja era un niño para vivir esa época, pero me hubiera encantado, mucho mas autentico que ahora!!! un abrazo!!
domingo, 21 julio 2013 a las 18:05
Hola Hugo, fueron buenos años para muchas cosas, pero no desesperes y disfruta con lo de ahora, será diferente en las formas, pero en el fondo se trata de lo mismo, amor por la velocidad y la pasión de vivir. Además, ahora, cada vez está arraigando más la afición por recuperar aquellos coches míticos y aún podeis ver lo deprisa que van con ellos los mismos que los pilotaban entonces, estamos un poco más fondones y «arrugaos», pero la pasión es la misma. Un saludo y nos vemos por Autolimite siempre que te guste lo que veas.
martes, 26 julio 2016 a las 23:57
Que bueno, me ha encantado leerlo. Habrá más? Esa mezcla de motor y café irlandés hace un combinado de nombres y situaciones de lo más interesante de leer, además uno se lo imagina, se transporta a esa época. Gracias y escribe más!