Pocos días antes de coronarse por novena vez consecutiva como Campeón del Mundo de Rallyes en 2012, Sébastien Loeb anunciaba que no tenía intención de realizar un programa completo de carreras en la siguiente temporada. En 2013, el piloto galo iba a continuar unido a Citröen, pero tan solo correría en algunas pruebas del “World Rally Championship”.
En realidad, lo único que estaba buscando el piloto galo eran nuevos retos en su trayectoria deportiva, tras batir todos los récord registrados en el Mundial de Rallyes y ser considerado como el mejor piloto de la historia en la especialidad. Su nuevo desafío se encontraba ahora en el mundo de los circuitos y en otro Mundial, el de turismos “World Touring Car Championship” a partir de 2014, también encuadrado dentro del equipo oficial Citroën Racing al volante del nuevo Citroën C-Elysee WTCC.
Pero 2013 no iba a ser tampoco una temporada “en blanco” para Sébastien Loeb, obteniendo la victoria en dos de los cuatro rallyes WRC en los que corría (Montecarlo, Suecia, Argentina y Francia), arrasando en su primera participación en la Subida al Pikes Peak 2013 (en donde marcaba el récord absoluto al volante del Peugeot 208 T16 Pikes Peak) y subiendo a lo más alto del podio en varias pruebas del Campeonato FIA GT (con un McLaren MP4-12C GT3). Además, comenzaba los trabajos de puesta a punto del nuevo Citroën del Mundial de Turismos 2014.
A falta todavía de los éxitos que le queden por escribir en el mundo de los circuitos, Sébastien Loeb será siempre recordado por sus triunfos en el mundo de los rallyes, en donde resultará muy difícil que vuelva a existir otro piloto que consiga superarle.
Tras nueve títulos (diez con el Mundial Junior “JWRC” que conquistó también en 2001 con un Citroën Saxo S1600), 168 rallyes WRC disputados y 78 victorias en el Mundial, Loeb realizaba su última actuación en el Rallye de Francia 2013, confirmándose como el piloto más laureado en la historia de esta especialidad. Todo su exitoso camino lo ha recorrido encuadrado dentro del equipo oficial Citroën, que ha puesto en sus manos los medios necesarios para resultar insuperable frente al resto de sus rivales.
Sébastien Loeb comenzó “jubilando” nada menos que a Carlos Sainz y a Colin McRae (sus dos compañeros del equipo Citroën en 2003) gracias a su imparable empuje al volante de los Citroën Xsara WRC. En 2004 se proclamó por primera vez Campeón del Mundo de Rallyes y, desde entonces, no ha encontrado un rival capaz de hacerle sombra, minando la moral de todos sus contrincantes y de los diferentes compañeros que ha tenido dentro del equipo Citroën (Dani Sordo, Sébastien Ogier o Mikko Hirvonen).
Con semejante registro de títulos y victorias, es realmente improbable que llegue a aparecer un piloto que sea capaz de batir los récord obtenidos por el francés, que ostentará a lo largo de los años y de las décadas el reconocimiento como mejor piloto de rallyes de la Historia.
Ahora… ¿quieres conocer cuales han sido los mejores recuerdos descritos por Sébastien Loeb a lo largo de sus nueve títulos?