De los más de doscientos modelos fabricados por Ferrari a lo largo de su historia, la marca italiana considera como “Sport Prototypes” prácticamente la mitad de ellos. Dichos “Prototipos Deportivos” suponen la esencia propia de Ferrari, fabricante de esos coches de ensueño modificados para competir o desarrollados exclusivamente para las carreras.
La historia de Ferrari ha estado ligada al mundo de la competición desde antes, incluso, de que Enzo Ferrari creara su propia marca de coches. Pero, la mayor parte de las personas relacionan los éxitos de Ferrari con las carreras de Fórmula 1 (es el equipo más longevo en la especialidad) y no podemos olvidar el paso de la marca italiana por otra modalidad tan excitante como las pruebas de resistencia.
En la primera entrega de “Radiografías Ferrari Sport Prototipos” te ofrecimos algunos de los prototipos deportivos más emblemáticos que Ferrari fabricó entre 1947 y 1960, pero la producción de nuevos sport prototipos continuó con especial auge en las siguientes décadas.
Empezamos destacando modelos de competición como el Ferrari Dino 246 S (1960), que tenía un aspecto similar al Ferrari 250 Testa Rossa de la misma época pero introducía un motor 2.4 V6 derivado de la Fórmula 1, que en el modelo de resistencia desarrollaba 250 CV a 7.500 rpm.
Una evolución del mismo propulsor (potenciado hasta los 270 CV) se utilizó también en el Ferrari 246 SP (1961), un punto de inflexión entre los deportivos de Ferrari al ser el primero que montó el motor en disposición central trasera.
Le seguirían otros coches tan emblemáticos como el Ferrari 250 TRI61 (1961), Ferrari 286 SP (1962), Ferrari 330 LM (1962) o el Ferrari 330 TR (1962), el último Ferrari con motor delantero vencedor de las 24 Horas de Le Mans en 1962. Pilotado por Phill Hill y Olivier Gendebien, este modelo único estaba basado en un chasis TR modificado, que tenía la suspensión trasera independiente y una mayor distancia entre ejes, además de un motor 4.0 V12 Tipo 330 que desarrollaba 390 CV a 7.500 rpm.
El Ferrari 250 P (1963) fue el primer Ferrari con motor V12 central trasero y no tardó en obtener la victoria en circuitos tan emblemáticos como Sebring, Le Mans y Nürburgring, dando paso también a una versión “Berlinetta”, denominada Ferrari 250 LM (1963).
Junto a las versiones 250 P (3.0 V12 de 310 CV) y 275 P (3.3 V12 de 320 CV), la exitosa Serie P se ampliaba con el Ferrari 330 P (1963), que montaba un propulsor 4.0 V12 (370 CV a 7.200 rpm) que sería evolucionado posteriormente en los siguientes Ferrari 330 P2 (1965), Ferrari 330 P3 (1966) y Ferrari 330 P4 (1967), alcanzando este último los 450 CV a 8.000 rpm.
Otros modelos como el Ferrari Dino 206 S (1966), Ferrari 412 P (1967), Ferrari 212 E (1969) o el Ferrari 312 P (1969), en versión “Berlinetta” y “Barchetta”, cerraron la extensa creación de Sport Prototipos de Ferrari en la década de 1960, sin olvidar modelos como el Ferrari 350 Can Am (1967) o el Ferrari 612 Can Am (1968) de 620 CV, con los que la marca italiana lucho por la victoria en el exigente campeonato americano “Can Am” de resistencia.
Ferrari entraría en la década de 1970 con nuevos Sport Prototipos como el Ferrari 512 S (1970) y el Ferrari 512 M (1970), que tenían un motor 5.0 V12 que desarrollaba 550 CV a 8.500 rpm en el primero y 610 CV a 9.000 rpm en la versión “Modificata”.
Llegaría a continuación un nuevo Ferrari 312 P (1971), completamente diferente de los 312 P aparecidos solo unos años antes. Aquel sport prototipo es conocido por muchos como Ferrari 312 PB (añadiendo la denominación de su motor “bóxer”), aunque su nombre oficial nunca contó realmente con la “B” añadida por algunos medios de prensa.
Ese mismo año, Ferrari construiría el Ferrari 712 Can Am (1971) para el campeonato de resistencia americano, desarrollado a partir del Ferrari 512 M pero con la cilindrada de su motor V12 incrementada hasta los 6,9 litros (el motor de competición más grande desarrollado por Ferrari), alcanzando así una potencia de 680 CV a 7.000 rpm.
Otros modelos de competición como el Ferrari 512 BB LM (1978) o el Ferrari F40 Competizione (1989) precedieron al último “Sport Prototipo” puro realizado por la marca hasta la fecha. El Ferrari 333 SP (1994) contaba ya con un chasis monocasco de fibra de carbono (desarrollado por Dallara) y un propulsor 4.0 V12 que desarrollaba 650 CV a 11.000 rpm, apareciendo una segunda evolución del Ferrari 333 SP (1995) que introducía mejoras en su aerodinámica y mecánica.
El Ferrari 333 SP supuso todo un éxito deportivo desde su debut, obteniendo numerosas victorias y títulos de constructores y pilotos (entre ellos el español, Fermín Vélez, en el Campeonato IMSA WSC 1995).
Llegarían después otros prototipos deportivos de competición como el Ferrari F50 GT (1996), cuyo motor 4.7 V12 desarrollaba 750 CV a 10.500 rpm, el Ferrari 575 GTC (2003), el Ferrari FXX (2005) realizado a partir del Enzo, el Ferrari 599XX (2010) o el Ferrari FXX K (2015) derivado de LaFerrari, todos ellos realizados a partir de los Gran Turismo de Maranello.
Además de los prototipos de competición desarrollados por Ferrari a lo largo de su historia, sus ingenieros también han realizado algunos prototipos para desarrollar sus modelos de carretera, como el Ferrari 408 4RM (1987), el primer estudio de Ferrari con tracción a las cuatro ruedas.
Y, ahora, disfruta de esta selección de radiografías que te ofrecemos de los Ferrari Sport Prototipos a partir de 1960.
sábado, 27 junio 2020 a las 20:09
MUY BUENO ESTE INFORME !!
A MIS 14 AÑOS VIVÍ EL ACCIDENTE DE IGNAZIO GIUNTI , DELANTE MIO ,EN EL AUTODROMO DE BS AS ARGENTINA .
LUEGO..J P BELTOISE SIGUIÓ CORRIENDO!!🙏
UN TRISTE RECUERDO , PERO UN AUTO BELLÍSIMO EL 512P (B) .
AGRADECIDO.!!👏👏👏
martes, 30 junio 2020 a las 18:59
Muchas gracias por tu comentario Carlos y por compartir con todos nosotros esos recuerdos «racing» que forman parte de la historia del automovilismo. 😉