La década de los 70 fue una de las más prolíficas en cuanto a nuevas soluciones tecnológicas, innovaciones e incluso rarezas en los monoplazas del Campeonato del Mundo de Fórmula 1. Y Renault fue la primera marca que apostó por los motores con tecnología “turbo” en la especialidad.
El fabricante francés se lanzaba hacia la conquista del éxito en el Gran Premio de Gran Bretaña de 1977, en donde aparecía por primera vez el Renault RS01 F1, pilotado por Jean-Pierre Jabouille. Su debut no pudo ser más “llamativo”, al romper el motor a las pocas vueltas de carrera y dejar una espectacular estela de humo blanco, visible en buena parte del trazado de Silverstone.
Semejante situación inspiró a Ken Tyrrell para denominar al Renault RS01 F1 como “The Yellow Teapot” (“La Tetera Amarilla”). No podía imaginar el fundador del equipo “Tyrrell” que aquel fallido motor turboalimentado acabaría marcando la línea técnica en la siguiente década y se impondría como solución mecánica entre todos los equipos de Fórmula 1 (el propio equipo Tyrrell montó los motores Renault EF4B 1.5 V6 Turbo en sus Tyrrell 014 y Tyrrell 015 de 1985 y 1986 respectivamente).
Había nacido la “Era Turbo” y Renault siguió evolucionando sus motores turboalimentados a lo largo de las siguientes temporadas. El Renault RS01 recibía leves modificaciones en el chasis y algunos cambios aerodinámicos para la temporada 1978, en donde la evolución del motor Renault-Gordini EF1 1.5 V6 Turbo seguía en desarrollo. Con nueve abandonos durante el año, el balance no parecía excesivamente prometedor, aunque la cuarta posición obtenida por Jabouille al finalizar la temporada, en el GP de EEUU (Watkins Glen), significaba los primeros puntos sumados por un monoplaza con motor turbo en el Mundial de Fórmula 1 y alentaba a los ingenieros de Renault a continuar con su “sueño” de alcanzar el éxito.
El Renault RS10 F1 alineado en la temporada 1979 obtenía ya los primeros resultados contundentes. Jean-Pierre Jabouille marcaba la primera “pole position” en el GP de Sudáfrica (Kyalami) y obtenía la primera victoria para la marca francesa y un motor turbo en el GP de Francia (Dijon-Prenois). Llegarían después nuevas “pole position” de Jabouille (GP de Alemania e Italia) y de René Arnoux (GP de Austria y Holanda), fichado ese año por Renault y capaz de llevar a los monoplazas turboalimentados hasta el podio en los GP de Francia (Dijon-Prenois), Gran Bretaña (Silverstone) y Estados Unidos (Watkins Glen).
Aún faltos de la fiabilidad necesaria, los monoplazas Renault F1 “1.5 V6 Turbo” habían dejado constancia de su velocidad y los éxitos continuarían llegando con la evolución de los siguientes monoplazas.
El Renault RE20 F1 de 1980 obtenía cinco “pole position” y tres victorias (René Arnoux en los GP de Brasil y Sudáfrica y Jean-Pierre Jabouille en el GP de Austria), para dejar paso en 1981 al exitoso Renault RE30 F1.
El Renault RE30 F1 mostró numerosas configuraciones aerodinámicas y tres versiones diferentes: RE30 (1981), RE30 B (1982) y RE30 C (1983). Junto a René Arnoux, el fichaje de Alain Prost supuso un aliciente extra en la consecución de los éxitos y, el Renault RE30 F1, en sus variadas configuraciones, rodó en los circuitos del Campeonato del Mundo de F1 mostrando su poderío “turboalimentado”, aunque seguía careciendo de la fiabilidad mecánica necesaria y protagonizó excesivos abandonos.
La llegada en 1983 del Renault RE40 F1 permitiría a Renault alzarse con el Subcampeonato del Mundo de Constructores y también de pilotos (Alain Prost), disputando el título a Nelson Piquet hasta la última carrera.
Las siguientes temporadas de 1984 y 1985 supondrían ya una actuación más discreta de los Renault RE50 F1 y RE60 F1, pilotados por Derek Warwick y Patrick Tambay, con varios podios pero ninguna nueva victoria, lo que llevó a Renault a retirarse de la Fórmula 1 como equipo al finalizar la temporada 1985, aunque siguió suministrando sus motores 1.5 V6 Turbo a distintos equipos (Lotus, Ligier y Tyrrell), hasta que los motores “Turbo” fueron prohibidos al finalizar la temporada de 1988.
Tras un largo período suministrando exitosos propulsores de Fórmula 1 a otros equipos (ganadores de varios títulos de constructores), Renault volvía a la máxima categoría como equipo en el año 2002, con el Renault R202 F1 ya con motores 3.0 V10 atmosféricos, para obtener el título constructores y de pilotos con Fernando Alonso en las temporadas 2005 (Renault R25 F1) y 2006 (Renault R26 F1).
Ahora disfruta de algunas de las principales radiografías de los Renault F1.