Hace tiempo unos buenos amigos me quisieron poner en una encrucijada y me hicieron una de esas preguntas sin respuesta racional posible, en temas donde manda más el corazón que la razón.
¿Y a ti, qué rallyes te gustan más, los de antes o los de ahora?
Mi respuesta salió del fondo del corazón y afirmé muy seguro ¡¡sin duda los de “mis tiempos”!!
Me puse manos a la obra y, cuando había gastado casi dos mil palabras tratando de explicar el porqué, llegó la celebración del Rallye de Madrid 2012 y me “apunté” a seguirlo en sus dos etapas, pensando que me serviría para reafirmar mi posición.
Y nada más lejos de la realidad. Han cambiado muchas cosas, pero muchas otras continúan estando ahí, al borde de cada tramo, como si el tiempo se hubiera parado.
Más de treinta años después, me encontré preparando los mismos bocadillos de jamón serrano y de tortilla, bien envueltos en papel de plata. Tampoco faltaba el termo lleno de café bien humeante, para lo que pudiera venir esa noche.
Buenas botas, ropa de abrigo y una linterna para saber dónde poner los pies en ese escenario de oscuridad en el cual, cada paso, te puede llevar a cuarenta días de escayola.
Con el rutómetro en la mano, marcando en cada especial cronometrada los horarios de cierre y paso del “coche 0” (que precede al primer participante), llegamos muy temprano al tramo elegido para poder aparcar en un sitio seguro, cerca de un par de curvas enlazadas donde situarnos en alto. Menos mal que íbamos con tiempo. Los que llegaban algo apurados se han llevado también el retrato de un radar bien camuflado (en los rallyes de antes no volvías a casa con recuerdos de este tipo).
Cuando cae la oscuridad y arrecia el frío, un grupo de jóvenes a nuestro lado montan una hoguera que esparce su calor e ilumina la curva… hasta que aparecen dos coches con la “verbena” encendida y varios agentes con una propuesta convincente: “lo apagáis o vais palante”.
Tres décadas después, eso sí ha cambiado. Recuerdo un tramo del Rallye Costa del Sol de 1976 (Gergal, creo que se llamaba) en el que alguien se empeñó en dejar pequeñas las Fallas de Valencia y organizó la madre de todas las fogatas. Con un par de carretones de fardos de paja “tomados a préstamo” de un barbecho cercano y un centenar de “tifossi” calentándose alrededor, los coches pasaban a su lado tan iluminados por el destello de las llamas como rojos iban sus discos de freno, sobrecalentados en cada apurada de frenada.
De vuelta a la actualidad, en la oscuridad del madrileño puerto de Navafría, con la luna llena queriendo asomarse entre los pinos y el cafelito del termo calentando los adentros, se empieza a escuchar el sonido del motor y la sirena del “coche 0”. Unos momentos después, su batería de faros encienden el pinar, llenándole de luces y sombras, cual bosque animado.
¡Comienza el espectáculo!
lunes, 3 diciembre 2012 a las 17:26
Hola Victor!! aqui me tienes puntual en cuanto puedo para disfrutar y debatir tus grandes relatos.
Me encanta leerte introduces frases que hacen me sienta dentro de esta historia,pero supongo despues despierto y me doy cuenta de los cientos de cambios en las épocas varias vividas en este mundillo de los rallys..
Coches con controles de traccion,llevados desde casi un ordenador….aun cierto es sin manos seria imposibles llevarlos al límite,pero muchisimo menos espectaculares para el aficionado que va para eso,,,,en mi caso, que un piloto reviente el crono de hace 20 años, no me interesa..quiero ver las manos reales del piloto y sobre todo ver el coche trazar…..
Reglamentaciones:
hechas para señores burgueses mas que para aquellos pilotos que hacian 20 tramos sea cual fuese la hora, sin rechistar, incluidos los del grupo b.( sin criticar a los pilotos) me refiero a quienes estan convirtiendo esto en un mundo cada vez mas triste en cuanto a espectaculo mundialista(hoy en día es mas espectacular ver un campeonato estatal que un wrc)
EL PÚBLICO:
Cierto es los apasionados seguimos estando ahí aunque no nos lo pongan fácil ni organizadores DE los eventos … por las distancias criminales para poder ver pasar los participantes y los lugares algo mas decentes tenerlos » guardaditos» para quienes ellos creen conveniente. WRC y sus vips.
Bueno no quiero hacer de esto una carta a los reyes magos pidiendo cosas que se posiblemente no volveran por tema fábricas y economia etc… pero si puedo decir que la epoca de los rallyes mas brillante no es esta en la que vivimos hoy en día…aun por suerte nos quedan los rallyes leyend o el mismo campeonato de España O algunos provinciales,con monturas míticas( o algunos gt) y pilotos espectaculares.
un saludo
lunes, 3 diciembre 2012 a las 18:42
Hola Carlos. Estoy contigo en que hay cosas que han cambiado en el mundo de los rallyes, que les han hecho perder cierto «sabor», aunque también comparto con el Abuelete del M3 que, más o menos, ese «sabor» de los rallyes sigue teniendo un «gusto» muy parecido al de épocas pasadas cuando uno se pone a pie de cuneta.
Cambian los tramos, cambian los coches, cambian los pilotos… pero el espíritu sigue siendo el mismo, ir con el «pie en la tabla».
Algunas cosas creo que han cambiado a peor (la facilidad de ver varios tramos en un mismo día para el espectador y la mayor variedad de tramos por parte de los pilotos) y otras creo que a mejor (la seguridad en todos los aspectos).
Lo cierto es que, en la actualidad, no corren buenos tiempos para los rallyes (para el automovilismo en general), pero me congratula ver que el número de aficionados no se ha resentido lo más mínimo. Lo que sí me desagrada comprobar es la cantidad de tramos que se suspenden en el Rallye de Madrid todos los años por público mal situado (el menor número de tramos también incide en las excesivas aglomeraciones). No sé si pasa lo mismo en otros rallyes del Campeonato de España. En los rallyes del Mundial seguro que no. Ser un poco más respetuosos contribuirá a que los rallyes progresen.
La crisis económica tiene todo que ver en la falta de más marcas y equipos involucrados, pero también la gestión de los organismos que las regulan (la FIA en el Mundial y la RFEdeA en España), que a veces parecen fomentar más sus propios intereses económicos que la actividad del deporte que deberían «defender».
lunes, 3 diciembre 2012 a las 19:43
Hola Carlos,nos pasa con los rallyes lo que nos pasaba a los de mi generación con los «pollos de granja», que no «sabían a pollo»…hasta que nos acostumbramos.jajaja.
Es verdad que la electrónica ha influído mucho en el «carácter» de los coches y es verdad, también que los ecologistas han conseguido comerles el coco a los que tienen que autorizar un rallye y poco a poco los van «encapsulando» hasta convertirlos en parte en versiones más o menos ampliadas de un rallysprint,pero es lo que hay y no queda más remedio que ajustarse a ello. Como dice Víctor M. Fernández (editor de Autolímite)no corren buenos tiempos y se suspenden demasiadas pruebas por temor a responsabilidades posteriores en caso de accidente fatal.Es lamentable que medios que no prestan ninguna atención a este deporte, en cuanto hay alguna desgracia se ponen a exigir «fusilamientos al amanecer», y ya sabemos que los políticos son señores que se duchan con el traje puesto y no se mojan con nada.
Haciendo abstracción de todo ello y volviendo al tema. No cabe duda que en los rallyes del pasado lejano veíamos más numeritos emocionantes por las características propias de los coches sin controles electrónicos. Eso, con pilotos que «controlaban», no digamos nada de los de mitad de la inscripción para abajo,que, además de no llevar controles de tracción, eran ellos(algunos) los que no controlaban nada.Me estoy acordando de un «Talavera» de 1975/76 donde en una bajada se iban apilando los 127, R8TS y «Ochocientoscincuenta» como en «Desguaces Teo». Por cierto, qué gran tipo este Teo ,trayéndonos esos Grupo B que nos hacen revivir emociones. Bueno Carlos, que el tema es tan extenso y hemos hablado aún tan poco de ello que habrá que volver uno y otro comentario sobre el asunto.
lunes, 3 diciembre 2012 a las 22:58
Coincido con vosotros en que no corren buenos tiempos para los rallyes, seguramente si fuesen las tv y patrocinadores los principales proveedores de este deporte estariamos a la altura que merecemos….y siendo un poquito mal pensado..si nos cobrasen entradas por ver un tramo..muchas de las normativas veriamos como cambiarian en un abrir y cerrar de ojos!!.
En lo estrictamente deportivo me referia como fanàtico y» pilotillo» de este mundo. Antiguamente en un rally del mundial sabias q coche y de q marca venia desde 100m tan solo con el sonido, en las cunetas el 90% eran verdaderos expertos de los rallyes, quiero recordar miles de conversaciones con gente allí sentada a nuestra vera comentando incidencias y anécdotas de motores, pilotos etc…hoy en día en el wrc hay mucho Ken Block por los tramos que no valoran el rally en si,solo ver un coche de colorines que hace trompos en youtube aunque despues no haga un podium en toda la temporada.
POR SUERTE EN LOS RALLYES COMARCALES Y CLASICOS AUN SE VIVE EL AMBIENTE DE RALLY DE VERDAD.
un saludo y gas.
martes, 4 diciembre 2012 a las 3:06
Empezando por el final, la verdad es que en el rallye de Madrid, tanto en los tramos como en el Jarama, me encontré muy cómodo, viendo a la peña divertirse en plan bastante sano. Respecto a los rallyes del Mundial, tuve la suerte de vivir tres ediciones del «Monte»76/77/78, fueron una experiencia fabulosa, noche del Turiní incluída. Tengo un relato que estoy dándole forma definitiva para publicarlo en Autolímite. También conocí el «Portugal-Vinho do Porto», otra pasada, con los tramos de tierra de la zona de Coimbra y el asfalto estrecho de Sintra-Penhina y Marku Alen y Vatanen haciendo de las suyas…Después, mi profesión me obligó a tener que conformarme con seguirlos por Eurosport, fué la época de Sáinz,Auriol,Mc Rae,Burns,Makkinen y todos aquellos monstruos (los Grupo B no pude seguirlos en detalle, aparte considerarlos una exageración algo aberrante, excesiva). Con la llegada de Loëb parece que el «negocio» ha ido a menos y quizás el dominio aplastante de Citröen haya sido el motivo de su decadencia. En fín, hablaremos más de ello, mañana tengo que madrugar. Solo una conclusión, a los que nos gusta «esto» sabemos encontrarle el puntito incluso a un Slalom de amiguetes donde además se hacen manos «low cost». Un saludo a todo gasssss.