Los Mercedes-Benz de características deportivas han sido desarrollados por los ingenieros y especialistas de AMG desde que la marca de la estrella y el prestigioso preparador alemán establecieran su primer acuerdo de colaboración en 1993.
Hasta entonces, AMG era una pequeña empresa de preparación que se había especializado desde 1967 en modelos de Mercedes, inicialmente como coches de competición (ganando carreras tan prestigiosas como las 24 Horas de Spa-Francorchamps 1971) y posteriormente también en coches de carretera con prestaciones deportivas.
AMG mostraba su elevado nivel técnico en los numerosos coches de carreras con los que obtenían cuantiosos triunfos cada temporada, muchos de ellos como preparador oficial de la propia marca alemana.
El buen hacer de AMG llevó a Mercedes a estrechar vínculos con dicho preparador, estableciendo también un primer acuerdo comercial del que salió el Mercedes-Benz C 36 AMG “W202” (280 CV), en aquel momento uno de los competidores directos del BMW M3 “E36” (286 CV).
El éxito de semejante colaboración dio paso a nuevos modelos deportivos de Mercedes-Benz desarrollados por AMG, hasta que el fabricante alemán absorbió definitivamente al pequeño preparador de Affalterbach en 1999, integrándolo así en la estructura del Grupo Daimler.
Pero llegó un momento en el que Mercedes necesitaba dar un salto aún superior en cuanto a las prestaciones y eficacia de sus coches, para cubrir la demanda de exigentes clientes que recurrían a preparadores externos capaces de proporcionarles unas versiones modificadas todavía más potentes, radicales y exclusivas de sus Mercedes (algo similar a lo que hacía AMG inicialmente).
Nacían así las versiones “Black Series”, desarrolladas en la división “AMG Performance Studio”, cuyo primer modelo iba a ser el Mercedes-Benz SLK 55 AMG Black Series (Serie “R171”), que hacía su aparición en 2006 con una imagen aún más llamativa, mejoras en el chasis, un importante trabajo de aligeramiento, retoques deportivos en su interior e importantes cambios en su motor V8 5.4 para incrementar notablemente la potencia y alcanzar los 400 CV.
Todas estas modificaciones pasarían a ser la tónica común en el desarrollo de las futuras versiones “Black Series”, que continuaría con el Mercedes-Benz CLK 63 AMG Black Series (2007), Mercedes-Benz SL 65 AMG Black Series (2008), Mercedes-Benz C 63 AMG Coupé Black Series (2011), Mercedes-Benz SLS AMG Black Series (2013) y el potente Mercedes-AMG GT Black Series (2020), el último deportivo fabricado hasta la fecha por los especialistas de “AMG Performance Studio”.
Cada versión “Black Series” ha puesto sobre el asfalto deportivos cada vez más rápidos, potentes y radicales en su planteamiento, dejando constancia del nivel tecnológico alcanzado por el fabricante de la estrella y su filial AMG.
Y ahora, si quieres conocer más detalles sobre cada uno de estos excitantes Mercedes-Benz AMG Black Series, te invito a que continúes leyendo.
